Fue el incendio más voraz registrado en la historia reciente de Cuba y también el mayor desastre petroquímico del que se tiene noticia en la isla comunista, pero no todos los bomberos que fueron enviados a extinguir las llamas estaban capacitados para semejante tarea.
Cuatro de los 14 bomberos desaparecidos en el gigantesco fuego en un depósito de combustible de Matanzas —a unas 60 millas de La Habana— tenían entre 19 y 20 años de edad y eran reclutas del servicio militar obligatorio, según han denunciado familiares.
Los jóvenes, reclaman, carecían del entrenamiento para enfrentar un incendio que requirió ayuda internacional y ardió a más de 1,000 grados centígrados dejando 123 heridos, decenas de viviendas dañadas y más de 4,000 desplazados.
Las autoridades cubanas dijeron el miércoles que, a falta de huellas dactilares, dentaduras o ADN, no podrán determinar las identidades de 14 grupos de restos óseos encontrados bajo el combustible petrificado en la Base de Supertanqueros sobre la que cayó un rayo en la madrugada del 5 de agosto.
Sin embargo, presumen que los fragmentos de huesos pertenecen a los 14 bomberos desaparecidos en el incendio, que ardió durante casi una semana a poca distancia de la playa Varadero, uno de los principales polos turísticos de Cuba.
Las autoridades de la isla y la prensa estatal fueron herméticas hasta este jueves con las identidades y edades de quienes se desvanecieron entre las llamas. Pero sus familiares inundaron las redes sociales de mensajes con lamentos y también reclamos desde la semana pasada.
"Tú no eres bombero ni lo serías, tú solo estabas pasando el servicio militar, tú eres médico y así es cómo salvarías vidas tú eres mi eterno neurocirujano. Mi niño pequeño", escribió en una publicación viral la madre de Leo Alejandro Doval Pérez de Prado, uno de los reclutas, diciendo que su hijo planeaba estudiar Ciencias Médicas.
“No necesitamos un héroe. Quién va a asumir la responsabilidad de llevar a esos niños sin experiencia a una escena tan peligrosa", reclamó una familiar de Fabian Naranjo Núñez, otro joven desaparecido.
El gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, decretó el miércoles dos días de duelo oficial que la prensa estatal describió como un “justo tributo a los caídos en el cumplimiento del deber”.
Las familias de los desaparecidos nos podrán celebrar funerales privados ni enterrar los restos, pues el estado de los fragmentos óseos hallados imposibilitó su identificación absoluta, informaron las autoridades el miércoles.
“En este caso no queda otro remedio que el Estado, o sea, las autoridades a las que les corresponde, determinen dónde se van a colocar [los restos], porque nadie tiene derecho a llevarse algo que no sea lo que le corresponde”, dijo en conferencia de prensa Jorge González, presidente de la Sociedad Cubana de Medicina Legal y líder de los peritos que revisaron el área.
Solo dos fallecidos pudieron ser identificados. Uno de ellos murió de sus heridas en un hospital y otro cuerpo fue hallado entre las llamas al inicio del siniestro.
Noticias Telemundo contactó al Centro de Prensa Internacional de Cuba para pedir comentarios a las autoridades, pero no obtuvo respuesta.
Enviados "de forma obligatoria" y "sin el entrenamiento necesario"
El incendio de grandes proporciones reavivó un debate de larga data dentro de Cuba sobre la obligatoriedad del servicio militar, donde jóvenes desde los 18 años reciben entrenamiento con armas de fuego y artillería y, en muchos casos, terminan prestando servicios que poco tienen que ver con la defensa de la seguridad nacional.
“El Servicio Militar está pensado para la defensa de la nación y, por tanto, el alistamiento debería ser única y exclusivamente en misiones de defensa, no en misiones de prestación de servicios, que en cualquier lugar del mundo son servicios públicos para los que se requiere entrenamiento y capacitación", explica el abogado cubano Eloy Viera Cañive refiriéndose a los reclutas que ejercían como bomberos.
"Hay jóvenes que fueron enviados de forma obligatoria a ese lugar [del incendio] sin los medios de protección, sin las medidas de seguridad y sin el entrenamiento necesario para enfrentar un fenómeno de esas magnitudes”, dice.
En mayo, una diplomática cubana causó furor en redes sociales tras afirmar ante el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas que el Servicio Militar en Cuba no era obligatorio, aunque el Código Penal Cubano, aclara el abogado Viera, establece como delito el rehusarse al alistamiento y a "los deberes" como recluta.
“En Cuba no se reclutan ni se reclutarán niños”, dijo la diplomática Yissel González García. “Los ciudadanos de ambos sexos que así lo deseen y lo expresen manifiestamente pueden incorporarse de manera voluntaria al servicio militar”.
Medios de información independientes dentro de Cuba han reportado en los últimos meses sobre madres que denunciaron presiones de las autoridades tras negarse a alistar a sus hijos y apoyar la etiqueta #NoAlServicioMilitarObligatorio, amparándose en las palabras de la diplomática cubana en la ONU.
Algunas de ellas han abandonado el país para establecerse fuera con sus hijos en edad de alistamiento.
"Víctimas" del servicio militar
Dos familias entrevistadas por Noticias Telemundo dijeron que la desaparición de los reclutas en el incendio de Matanzas les recordó dolorosas historias personales con el servicio militar, al que no tuvieron opción de resistirse.
“Yo estoy en contra del servicio militar obligatorio acá en Cuba porque soy una víctima más de él”, dice en conversación telefónica Rancel Areces, de 23 años, quien sufrió un accidente a bordo de una embarcación improvisada a los 18, cuando era recluta de una unidad de marines en Pinar del Río, la provincia más occidental de Cuba.
Areces, quien actualmente sufre de parálisis en el lado izquierdo del cuerpo, dice que en 2018 fue instruido por su superior a lanzarse de la embarcación a alta velocidad, como parte de un entrenamiento militar.
“La lancha me pasó totalmente por arriba. Tengo 40 puntos de sutura en la cabeza. Cuando llegué al hospital estaba con la masa encefálica afuera”, recuerda. "Estuve 24 días en un coma inducido y hoy los médicos están asombrados de mi recuperación, porque pensaban que iba a quedar como un vegetal”.
“Yo no quería ir al servicio, como pasa con la mayoría de los jóvenes aquí”, agrega.
Alfredo González, residente en Matanzas, dice que su hijo Annier González tampoco quería alistarse en 2021, cuando cumplió los 18 años. Pero la familia no tuvo otro remedio.
Al joven lo asignaron como guardia en el techo del Combinado del Sur, una prisión de máxima seguridad en Matanzas, y le entregaron un rifle de asalto AKM, dice su padre. A las dos semanas se quitó la vida con la misma arma.
“Lo pusieron a hacer guardia sin saber cómo ser custodio de una prisión, sin saber si él tenía fobia, miedo, ansiedad", lamenta González. "Mi hijo era un niño. Tenía 18 años, pero era un niño. Y a nadie le importó el caso porque eso ocurrió el 4 de julio, y el 11 de julio todos los fiscales se giraron para el problema de las protestas [contra el Gobierno]".
Las autoridades cubanas no suelen publicar información sobre incidentes mortales ni de otra naturaleza en las instalaciones del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior donde cada año miles de jóvenes cumplen el servicio militar.
González calcula que, si a su hijo lo hubieran enviado a sofocar un incendio como el de Matanzas, habría estado en la misma posición de los familiares de las víctimas: no habría podido evitarlo.
“Cuando tú eres soldado del servicio militar tienes que cumplir las órdenes, quieras o no quieras", dice. "En este país es así”.
