Ariel Maceo Tellez camina por Jaimanitas, al oeste de La Habana, Cuba, y dice que sus veredas están llenas de fantasmas. En las esquinas, llenas de recuerdos, ya casi no tiene amigos porque la mayoría se han lanzado desesperadamente al mar para escapar de las penurias económicas y la represión política que impera en la isla.
"En la población cubana está emigrando todo el que puede. En el último año han salido 300,000 personas huyendo de la miseria y el hambre. Muchos amigos míos juntan unas tablas y se lanzan al mar porque prefieren luchar contra los tiburones que pasar un día más en este infierno", dice Tellez, un poeta cubano de 36 años, en una entrevista telefónica con Noticias Telemundo.
Según datos del Gobierno estadounidense, 224,607 cubanos, más del 2 por ciento de los 11 millones de habitantes de la isla, migraron a Estados Unidos en 2022.
La isla comunista del Caribe, donde viven poco más de 11 millones de personas, volvió a ser noticia mundial esta semana cuando reportes de medios estadounidenses informaron que el Gobierno firmó un acuerdo multimillonario con China para instalar un gran centro secreto de espionaje en su territorio, a solo 90 millas de Florida.
Aunque la noticia fue desmentida por funcionarios cubanos, y la Casa Blanca afirmó que los reportes son "imprecisos", a ciudadanos como Andrea Rodríguez, madre de dos niños de 6 y 7 años, el espionaje chino y las preocupaciones geopolíticas no le quitan el sueño.
"Lo que no me deja dormir es cuando mis hijos se despiertan con hambre y ni siquiera tengo un boniato para darles. Eso me parte el alma", explica con desesperación.
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Los reportes indican que China le pagaría a Cuba miles de millones de dólares por la instalación de la base para presuntamente espiar a Estados Unidos. Analistas consultados por Noticias Telemundo consideran que el Gobierno comunista está haciendo una serie de esfuerzos, antes impensables, para mantener a flote una economía en picada.
La renta de tierras a Rusia por 30 años, el cortejo a la comunidad de emigrados, que históricamente han sido rechazados por los líderes revolucionarios, y el impulso de pequeñas y medianas empresas en un país que nacionalizó todo lo privado luego de que Fidel Castro tomó el poder son algunas de las contradicciones que, según los investigadores, muestran la gravedad de los problemas del país.
Las cifras rojas de la revolución
La isla está siendo golpeada por una de las crisis más duras de las últimas décadas debido a su economía estatizada de lento crecimiento que no se recupera del golpe de la pandemia de COVID-19, un accidentado reordenamiento monetario, una criticada gestión estatal y el endurecimiento de las sanciones impuestas por Estados Unidos.
En una sesión del congreso celebrada el mes pasado, el viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil, admitió que la inflación interanual al cierre de abril fue de 45.4%, mientras que la acumulada alcanzó un 11.39%.
"En 2021 y 2022 la inflación ha crecido más de un 100% en tasa interanual, por eso los precios se han disparado. No hay manera de poner freno al déficit y el endeudamiento debe rondar el 20% del Producto Interno Bruto. Además, el turismo todavía está un 40% por debajo de los registros de 2019, por lo que no genera divisas suficientes y eso ha generado esta pesadilla", explica Elías Amor, un investigador y economista cubano radicado en España.
El alza constante de los precios de alimentos básicos es uno de los mayores problemas que enfrenta la población cubana. Y la creación de tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC), una divisa virtual que vive en tarjetas recargables desde el extranjero, ha acentuado las desigualdades entre quienes reciben remesas y quienes no.
Es en esas tiendas, privativas para muchos, donde actualmente se consiguen algunos de los productos básicos que antes el Estado cubano ofertaba en establecimientos por pesos cubanos, la moneda en que se pagan los salarios.
"Un sueldo normal es como de 3,000 pesos cubanos, pero un MLC cuesta 185 pesos cubanos. Y, cuando vas a las tiendas, un paquete de pollo te puede costar como 10 MLC, entonces, para conseguir pollo tienes que dar más de la mitad de tu sueldo. No puedes comprar lo que necesitas y es muy desesperante", afirma Rodríguez.
En su intervención en el Congreso, Gil se refirió a la crisis turística del país: para el 3 de mayo se habían recibido un millón de visitantes, 119% más que por esas fechas en 2022, pero sólo el 51% de la cantidad de 2019.
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El desabastecimiento y el incremento de los costos, el mercado negro y la reventa de bienes básicos están impactando el poder adquisitivo de los cubanos, que históricamente ha sido bajo. "No se consiguen las cosas, y cuando las encuentras son muy caras. Antes, en La Habana, una libra de limón costaba 5 o 10 pesos cubanos. Ahora te la encuentras en 200, nadie aguanta esos precios", afirma Tellez.
Más pobreza, desigualdad y un éxodo imparable
La ONU calcula que Cuba importa el 80% de los alimentos que consume y, según cifras oficiales, tras caer un 11% en 2020, el Producto Interno Bruto apenas repuntó un 1.3% en 2021 y el año pasado cerró en 2%.
"Esta crisis se produce en medio de una creciente estratificación de la sociedad, aumento de la pobreza y la desigualdad y éxodo masivo, como resultado de la aplicación de políticas presupuestales y cambiarias equivocadas y el desarrollo de un incipiente capitalismo oligárquico", sintetiza Rafael Rojas, historiador y académico cubano del Colegio de México.
A inicios de este año, la crisis agravada ya estaba muy presente en la vida cotidiana de los cubanos. Eso fue lo que hizo que Anyell Valdés, una mujer cubana, llevara a sus hijos a un costoso restaurante de La Habana, donde cenaron langosta, sabiendo que no podía pagar la cuenta. La mujer dijo que se trató de un acto de protesta contra la inflación y la escasez.
"Me enfoqué en lo que mis hijos querían comer, no en lo que costaba”, contó en una entrevista con Noticias Telemundo.
Analistas como Amor y Rojas, entre otros, creen que los efectos de la intensa crisis económica han hecho que el Gobierno cubano emprenda una serie de medidas desesperadas para intentar aminorar el descontento que se siente en las calles de las poblaciones cubanas.
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"Después de todo lo que nos dijeron los jerarcas, de todo el sacrificio y la miseria, esta es la revolución del hambre", comentó Tellez con desaliento.
"Entregándoles" el país a los rusos
La alianza entre Moscú y La Habana recibió un nuevo impulso en mayo pasado, después de que ambos países refrendaran la voluntad de fortalecer la presencia financiera y empresarial rusa en la isla con medidas como la exención de aranceles, concesiones de tierras por 30 años y lazos entre sus sistemas bancarios.
Rojas mantiene sus reservas con las reformas para captar inversiones rusas, sobre todo en áreas estratégicas como la agricultura y en materia de bancarizacion y finanzas.
En toda esta movida rusa hay mucha simulación, propaganda y presión"
rafael rojas historiador
"No creo que, en el actual contexto, se busque una relación subsidiaria como con la Unión Soviética. Por eso los rusos, a través del Instituto Stolypin, están exigiendo que haya reformas estructurales en la isla. Si esas reformas se implementan habrá que valorar sus resultados concretos porque en toda esta movida rusa hay mucha simulación, propaganda y presión sobre Estados Unidos y Europa, para que flexibilicen sus vínculos con la isla", advierte el historiador.
A pesar del tiempo transcurrido, la crisis de 1962 que llevó a EE.UU. y la Unión Soviética al borde de una guerra nuclear por la instalación de plataformas de lanzamiento y misiles nucleares en Cuba sigue siendo recordada. No todos los cubanos ven con buenos ojos la presencia de los rusos en el país.
"Se supone que esto es una revolución soberana, los dirigentes se la pasan hablado de la independencia. Y ahora resulta que, al igual que pasó como en los en los 60 y 70, les estamos entregando el país a los rusos", dice Tellez.
Por su parte, Amor ve los planes de emprendimientos económicos entre Rusia y Cuba como una "gran simulación". Advierte que en el pasado ese tipo de iniciativas no han dado buenos resultados porque los rusos son pragmáticos en sus políticas y las graves deficiencias de la economía cubana requieren de cambios profundos, tanto financieros como políticos.
"Creo que todo eso del arrendamiento de tierras, de que los rusos van a encargarse de las pequeñas y medianas empresas, y de que van a producir azúcar es mentira. Los problemas de la economía cubana no los van a resolver ni los americanos ni los rusos, los tienen que resolver los cubanos", explica.
Cuba corteja a los emigrados que alguna vez dijo no necesitar
En el pasado reciente, y desde que los problemas económicos se han convertido en un reto insoslayable, algunos funcionarios cubanos han hecho llamados para que la diáspora de millones de ciudadanos que han abandonado la isla inviertan en el país.
Esto ha sido visto por algunos analistas como una prueba de la difícil situación de la isla, cuyos dirigentes aún suelen calificar como "gusanos" a los cubanos en el exilio y a quienes se oponen a la revolución castrista.
Es célebre el discurso de Fidel Castro en 1980, cuando ocurrió el éxodo del Mariel y unos 125,000 cubanos escaparon de la isla, donde dijo que el país podía prescindir de los cubanos desafectos al proceso: "No lo queremos, no lo necesitamos", aseguró el entonces presidente.
En 2019, se aprobó una Ley de Inversión Extranjera que, por primera vez, permitía a los cubanos que viven en el extranjero invertir en algunas empresas.
Pero a pesar de los esfuerzos para atraer a posibles inversionistas emigrados, el economista Elías Amor asegura que "mientras el régimen comunista se mantenga y no evolucione hacia un sistema de libertades y de democracia, creo que ningún cubano de la diáspora, incluyéndome a mí mismo, vamos a tener el menor interés de invertir absolutamente nada. Tus propiedades pueden ser expropiadas en cualquier momento, te pueden quitar el dinero del banco o incluso encarcelarte"
Las MIPYMES y la privatización silenciosa
En 2021, Cuba anunció nuevas leyes que regulan las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), y un funcionario resaltaba en Twitter la "nueva oportunidad para mayor participación de cubanos residentes en el exterior en proyectos de desarrollo socio-económico en Cuba".
"Ese llamado se ha ido produciendo gradualmente desde los años de Barack Obama. Sin embargo, el recuerdo de la contrarreforma de los años 2016 y 2017 todavía está fresco en la memoria de muchos. Esta vez, el intento de aprovechar el capital de la diáspora en el relanzamiento de la pequeña empresa tiene en su contra una política adversa a la normalización diplomática de la Administración de Joe Biden, que me parece equivocada", asevera Rojas.
A pesar de que se han aprobado 7,900 Mipymes en el año y medio en que llevan autorizadas, el ministro Gil hizo hincapié en que el modelo socialista de la isla se basa en las compañías e industrias estatales y destacó que 285 registraron pérdidas.
"En realidad, esas Mipymes no son más que que un privilegio. Son para un sector que es devoto del régimen y son ellos los que están obteniendo esas ganancias, no el pueblo cubano. Esas empresas no van a resolver el problema de Cuba porque solo hay unas 8,000. Antes de 1959 habían 62,000 negocios locales y contra eso no se puede competir", asevera Tellez, el poeta.
Mientras deambula por las calles vacías de Jaimanitas y ve el mar que se ha llevado a muchos de sus amigos, Tellez dice que es inevitable recordar otras crisis pasadas como "El Maleconazo", cuando las autoridades comunistas parecían tambalearse por el descontento social y las protestas de 1994. "Nuestra historia se resume en las crisis y dificultades, no en los logros", dice.
En sus versos, el escritor recuerda esa crisis de mediados de los noventa, tras el colapso de la Unión Soviética, que parece más vigente que nunca: "No muy lejos de casa estaba sucediendo algo a lo que llamaron El Maleconazo./Centro Habana era una caldera con un puerco dentro hirviéndose./ Estaba en juego la felicidad de este país/ pero la felicidad nunca regresó/ o nunca estuvo/ o estuvo/ pero la fusilaron".
