Por Kim Tong-Hyung – The Associated Press
Fuerzas de defensa civil con rifles y personal con máscaras de gas y trajes rojos para materiales peligrosos desfilaron durante este miércoles por la capital de Corea del Norte en la celebración del 73 aniversario de la nación, un evento que supuso un marcado cambio con respecto a anteriores exhibiciones militares.
El desfile -supervisado por el líder Kim Jong Un, vestido con un traje color crema y visiblemente más delgado que a principios de año- se centró en las organizaciones paramilitares y las fuerzas de seguridad pública de Pyongyang en lugar de en las grandes unidades militares que manejan las armas más importantes del arsenal nuclear y de misiles de la dictadura.
Mientras que en los dos últimos desfiles de Corea del Norte, en enero y en octubre pasado, se mostraron armas estratégicas provocativas para amenazar a Estados Unidos y a los rivales asiáticos, en este último desfile no hubo indicios inmediatos de que se hayan mostrado misiles.
Los medios de comunicación estatales reportaron el jueves que el mensaje del desfile estuvo dirigido a la población local en lugar de a mostrar el creciente poderío militar del país ante Estados Unidos.
Los expertos afirman que el evento, de tono moderado, reflejó los duros desafíos a los que se enfrenta Corea del Norte debido a que su economía quebrada y mal gestionada se ha visto aún más ajustada por las interminables sanciones lideradas por Estados Unidos, el prolongado cierre de fronteras a causa de la pandemia y las inundaciones que han provocado escasez de alimentos en los últimos años.
Las fotos de los medios estatales mostraban a Kim Jong Un sonriendo y saludando desde un balcón a las tropas y a los espectadores en la plaza Kim Il Sung, que lleva el nombre de su abuelo que fundó la nación en 1948. Los reportes no indicaban si el líder pronunció un discurso durante el acto.
La expectativa era que Corea del Norte mostrara misiles y otras armas importantes para presionar a la Administración de Biden sobre la congelación diplomática con Estados Unidos, sobre todo después de que Kim no lograra aprovechar su arsenal para obtener beneficios económicos durante los años de presidencia de Donald Trump.