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Chile rechaza con el 62% de los votos la nueva constitución impulsada por el presidente Gabriel Boric

Con el 99% los sufragios contados, el Servicio Electoral reportó que el 62% votó en contra de la nueva carta, frente a un 38% que lo hizo a favor. Tras conocer el resultado, el presidente reconoció el "mensaje contundente" del electorado y prometió ajustes en el Gobierno.

Los chilenos salieron a votar este domingo en un plebiscito sobre si adoptarán una nueva y exhaustiva constitución que buscaba cambiar de forma fundamental el país suramericano. Al cierre de las urnas, el total de la votación arrojaba un 62% en contra de adoptar un nuevo texto, frente a un 38% a favor.

La carta propuesta pretendía sustituir la que impuso la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) hace 41 años.

El resultado del plebiscito informado por el autónomo Servicio Electoral de Chile (SERVEL) -que ya ha contabilizado el 99% de los votos- es crucial para el presidente Gabriel Boric, quien ha sido uno de los principales defensores de la nueva constitución.

[El rechazo a la nueva constitución en Chile crece entre bulos y expectativas frustradas]

“El pueblo chileno no quedó satisfecho con la propuesta de constitución y, por ende, ha decidido rechazarla de manera clara en las urnas”, dijo en un mensaje televisado el presidente, Gabriel Boric. “Hacer frente a estos importantes desafíos requerirá prontos ajustes en nuestros equipos de Gobierno, para enfrentar este nuevo período con renovados bríos”, agregó el mandatario.

La votación, que fue obligatoria, arrancó temprano con electores mayormente adultos, que tradicionalmente son los primeros en sufragar. El metro de la capital, Santiago de Chile, que concentra al 40% del electorado, fue gratuito toda la jornada para incentivar la participación. Sus vagones llevaron gran parte de sus asientos ocupados. Además, la mayoría de los 15 millones de electores convocados al plebiscito fueron cambiados a lugares de votación cercanos a sus domicilios.

“Es un día histórico. Por primera vez la gente está decidiendo su propio futuro”, dijo el votante Italo Hernández, de 50 años. “Hay que dejar atrás la Constitución de (Augusto) Pinochet que sólo favorecía a la gente de dinero”.

“Es muy simbólico, muy emotivo”, subrayó.

Gente hace fila para votar en un plebiscito sobre una nueva xonstitución en Santiago, Chile, el domingo 4 de septiembre de 2022.
Gente hace fila para votar en un plebiscito sobre una nueva xonstitución en Santiago, Chile, el domingo 4 de septiembre de 2022.Matías Basualdo / AP

Mabel Castillo, de 42 años, afirmó que “hay otras formas y otros caminos para alcanzar lo que la gente está pidiendo o lo que necesitamos como nación que no es simplemente cambiar una Constitución... todos necesitamos evolucionar”.

“Sé que es una Constitución antigua que necesita cambios, pero no de la manera que hoy en día se está haciendo”, señaló.

Gustavo Puertotorres, un cirujano de 29 años, discrepó al considerar que la nueva Constitución “es la que va a generar el cambio en este país”.

"Los ojos del mundo están puestos en Chile"

Uno de los primeros en acercarse a las urnas fue el presidente de la República, Gabriel Boric, quien lo hizo en Punta Arenas, su ciudad natal, junto a sus padres, su pareja, Iriana Karamanos, y uno de sus dos hermanos.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, saluda a sus simpatizantes antes de emitir su voto en Punta Arenas, Chile, el domingo 4 de septiembre de 2022.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, saluda a sus simpatizantes antes de emitir su voto en Punta Arenas, Chile, el domingo 4 de septiembre de 2022.Andres Poblete / AP

Boric, de 36 años, subrayó que los “ojos del mundo están puertos en Chile”, instó a la ciudadanía a votar “con alegría y responsabilidad” y advirtió que sea cual sea el resultado el país está preparado para seguir adelante con las reformas.

“Puedo garantizar que nuestra voluntad y nuestra acción independiente de cual sea el resultado, será convocar a una amplia unidad nacional de todos los sectores, de todas las organizaciones sociales, de la sociedad civil, de los partidos políticos, queremos escuchar todas las voces para poder seguir adelante con este proceso”, subrayó.

La más madrugadora, sin embargo, fue la expresidenta progresista Michelle Bachelet, quien votó en el consulado de Chile en Ginebra, Suiza, donde estaba empadronada en calidad de Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, cargo que dejó justo esta semana.

Bachelet fue la única de los exmandatarios de Chile que confirmó abiertamente su voto a favor del rechazo, al igual que su colega de centro Eduardo Frei, quien de igual manera se puso en el lado del no.

Los sondeos

Durante meses, los sondeos de opinión han mostrado una clara ventaja del bando del 'Rechazo', pero la diferencia se ha ido estrechando, lo que daba esperanzas a los partidarios del cambio de lograr la victoria.

Marta Lagos, responsable de la encuestadora local MORI, señaló que el resultado sería ajustado y que los chilenos podrían decidir en el último minuto. “El chileno es un animal político que se decide a último minuto”, apuntó.

Roberto Izikson, gerente de la encuestadora Cadem, dijo que el plebiscito se ubica en un “escenario abierto”, y que el resultado dependería de los niveles de participación.

El resultado será crucial para el presidente que ha sido uno de los principales defensores de la nueva Constitución. Los analistas dicen que los votantes también ven la consulta como un referendo sobre el presidente más joven de la historia de Chile, que ha visto su popularidad desplomarse desde que asumió el cargo en marzo.

Una mujer vestida de azul está parada junto a un hombre de chaqueta gris hojeando una copia del borrador para una nueva constitución chilena mientras hablan con un hombre en silla de ruedas sobre el texto
Tres chilenos frente de una caseta que reparte copias del borrador para una nueva Constitución chilena, el 29 de agosto de 2022Marcelo Hernández/Getty Images

El plebiscito culmina un proceso de tres años iniciado cuando un país antes considerado como un ejemplo de estabilidad en la región estalló en protestas callejeras estudiantiles en 2019. Las protestas comenzaron por un aumento en los precios del transporte, pero no tardaron en ampliarse a demandas más generales de más igualdad y más protecciones sociales.

Al año siguiente, poco menos del 80% de los chilenos votaron a favor de cambiar la carta magna del país.

Después, en 2021, eligieron a los delegados de la convención constitucional. En pleno fervor antisistema, los chilenos eligieron principalmente a personas ajenas a la clase política tradicional para redactar el texto. Fue la primera del mundo escrita por un grupo paritario de hombres y mujeres.

La propuesta

Tras meses de trabajo, los delegados entregaron un documento de 178 páginas con 388 artículos que, entre otras cosas, hace énfasis en asuntos sociales e igualdad de género, consagra derechos de la población indígena del país y coloca el cambio climático y el medio ambiente en prioridad en un país que es el mayor productor mundial de cobre. También introduce los derechos a vivienda, salud y educación gratis.

La nueva constitución describe a Chile como un estado plurinacional, establece territorios indígenas autónomos y reconoce un sistema paralelo de justicia en esas zonas, aunque los legisladores decidirían hasta donde podría llegar su autoridad.

“Esto es una puerta para construir una sociedad más justa, más democrática”, consideró la académica mapuche Elisa Loncon. “No es que Chile va a amanecer con sus problemas políticos y económicos automáticamente resueltos, pero es un punto de partida”.

En cambio, la constitución actual –que seguirá vigente– es un documento que prioriza los negocios y el sector privado frente al Estado en cuestiones como educación, pensiones y sanidad. Tampoco hace referencia a la población indígena, que supone casi el 13% de sus 19 millones de habitantes.

Elisa Loncon, líder indígena y primera presidenta de la convención constitucional, dijo que la nueva carta no resolvería de inmediato los problemas económicos y políticos del país, pero era una vía hacia una sociedad más justa y democrática.