Por Saphora Smith, Matteo Moschella y Courtney Kube - NBC News
Miles de afganos desesperados rodearon este lunes aviones de pasajeros e intentaron subirse por la fuerza a una nave en el aeropuerto de Kabul, al tiempo que se extendía el pánico por el país después de que los talibanes tomaran el control de la capital 20 años después de ser derrocados por las fuerzas estadounidenses.
Al menos cinco personas murieron durante los disturbios, según la agencia de noticias Reuters.
Un vídeo que se hizo viral muestra cómo un avión militar de Estados Unidos intenta despegar mientras decenas de afganos corren a su lado en un aparente intento de impedir que se vaya sin ellos. Algunos, incluso, logran subirse y aferrarse al exterior cuando el avión gana velocidad.

Al otro lado del aeropuerto, separado por una hilera de alambre de espino, Estados Unidos completó la evacuación de sus diplomáticos en el país. El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo a última hora del domingo que todo el personal de la embajada había sido trasladado de forma segura a las instalaciones del aeropuerto, cuyo perímetro está asegurado por el Ejército estadounidense.
El secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, dijo el lunes que otros 1,000 soldado serán desplegados en Kabul, llevando a 6,000 las tropas destacadas durante este delicado período. Actualmente hay 2,500 militares sobre el terreno.
Los canales de televisión afganos solo emiten información a favor de los talibanes, y hay rumores de que la conexión a Internet podría quedar cortada en cualquier momento, según afirmó un residente a NBC News a través de WhatsApp y que no quiso ser identificado por temor a represalias. El líder talibán Mullah Abdul Ghani Baradar estaba en todas las redes, agregó.
Los reproches de los afganos
Los afganos aseguran que los estadounidenses solo están centrados en evacuar a sus ciudadanos, dejándolos a merced de los talibanes. El presidente Ashraf Ghani huyó del país el domingo cuando los insurgentes entraron en la capital.
En el resto de la ciudad, la gente señala que una inquietante calma se ha apoderado de las calles después de la conquista de los extremistas de Kabul. La mayoría de las tiendas permanecieron cerradas, había menos gente en la calle en comparación con el domingo y se podía escuchar un frenesí de actividad aeronáutica, según los residentes.
A muchos afganos les preocupa que los talibanes vuelvan a imponer ahora su brutal y austero Gobierno sobre Afganistán, que vio prácticamente eliminados los derechos de las mujeres y perseguía a las minorías.
“Todo el mundo está entrando en pánico”, señaló un afgano que se mudó recientemente a Kabul desde Jalalabad, una ciudad próxima a la frontera con Pakistán, porque nadie en la capital sabe que trabajaba para los estadounidenses como intérprete. "Todo el mundo está intentando llegar al aeropuerto", confirmó.
El joven de 22 años dijo que no intentará llegar allí porque sabe que los estadounidenses no lo dejarán entrar. En cambio, está esperando pacientemente a que finalice su proceso de solicitud de Visa Especial de Inmigrante, un programa para afganos que trabajaron con tropas y diplomáticos estadounidenses.
“No puedo ocupar el asiento de otra persona en un vuelo, tengo que esperar. Es peligroso ir al aeropuerto", reiteró.
No todo el mundo está en la posición de ser paciente y algunos ni siquiera tienen un techo para refugiarse.
Los más pobres, que habían abandonado sus hogares en el campo por la presunta seguridad de la capital, permanecieron en parques y espacios abiertos de la ciudad. La Organización de Naciones Unidas (ONU) comunicó que miles de personas continúan siendo desplazadas hacia Kabul y otras áreas urbanas, y que al menos 17,600 desplazados internos necesitan asistencia humanitaria.
Los extranjeros también se quedaron sentados esperando noticias de sus Gobiernos, o se apresuraron a salir del país.
[El Ejército de EE.UU. abandona la principal base aérea en Afganistán, después de casi 20 años]
"Es como una cuarentena por el COVID-19", explicó Wayne Parry, un ciudadano australiano que dice que se quedó atrapado en Afganistán durante un viaje de trabajo. "Todos están esperando y obviamente están nerviosos".
Parry, de 50 años, dijo que se estaba quedando en una casa de huéspedes en Kabul y, como extranjero, es demasiado arriesgado salir mientras espera noticias del personal diplomático de Australia para abandonar el país.
"Estamos escondidos aquí, no podemos salir. Hay una sensación de resignación porque los talibanes tienen lo que quieren, por lo que no hay nada que podamos hacer excepto sentarse y esperar", explicó.