Por Lauren Egan - NBC News
WASHINGTON — El presidente Joe Biden se reunió virtualmente con el presidente chino Xi Jinping el lunes por la noche, en una conversación que, según la Casa Blanca, no dio lugar a ningún avance en la relación entre Estados Unidos y China, pero dio un paso hacia la gestión de una relación que se ha definido cada vez más hostil.
En un comunicado posterior a la reunión, la Casa Blanca dijo que Biden planteó su preocupación por la represión de Pekín contra el movimiento democrático de Hong Kong, los abusos de China contra los uigures musulmanes en Xinjiang, así como los derechos humanos en general.
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Los dos líderes también discutieron ampliamente sobre Taiwán. La Casa Blanca dijo que Biden subrayó el compromiso de Estados Unidos con la política de “una sola China”, pero fue directo sobre su preocupación de que las acciones de Pekín hacia la democracia autogobernada estaban cada vez más en desacuerdo con el statu quo.
Según los medios de comunicación estatales chinos, Xi advirtió a Biden de que Estados Unidos estaba “jugando con fuego” con respecto a Taiwán y que, aunque Pekín buscaba la “reunificación” pacífica con la isla, estaba preparado para tomar “medidas decididas” contra la independencia de Taiwán.
En una llamada con periodistas, un alto funcionario de la Administración describió la reunión como “respetuosa”, “directa” y “abierta”.
“La reunión en sí misma consistió en que los dos líderes discutieran las formas de gestionar la competencia entre Estados Unidos y China de forma responsable y las formas de establecer puentes para esa competencia”, dijo el funcionario. “Ese fue un tema durante toda la conversación”, añadió.
El Global Times, un tabloide chino respaldado por el estado, publicó que la reunión “inyectó certidumbre” en la relación entre Estados Unidos y China y demostró que, aunque los dos países no pueden evitar la competencia, también hay muchas áreas de cooperación.
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Biden había hablado con Xi por teléfono en dos ocasiones desde que asumió el cargo, pero el lunes fue la primera vez que los dos líderes se reunieron en un entorno más formal. La Casa Blanca esperaba celebrar la reunión en persona, pero Xi no ha salido de China desde enero de 2020, cuando comenzó a propagarse el coronavirus.
“Reunirse virtualmente no es exactamente lo mismo que reunirse en persona, pero ciertamente fue muy diferente a una simple llamada telefónica”, dijo el alto funcionario de la Administración Biden. “Los dos líderes tuvieron un importante retorno de impresiones y una gran capacidad de interacción entre ellos”, explicó.
La relación entre Estados Unidos y China se ha vuelto cada vez más tensa en los últimos años. Los dos países se lanzaron a una guerra comercial bajo la Administración Trump y Biden adoptó una postura dura con China durante su campaña para la presidencia, llamando a Xi “matón”.
El líder chino ha celebrado en repetidas ocasiones lo que, según él, es el poder menguante de Estados Unidos, diciendo que “Oriente se está levantando y Occidente está decayendo.”
Biden y Xi, que hablaron entre sí el lunes a través de intérpretes, compartieron palabras conciliadoras cuando se sentaron para su videoconferencia de tres horas y media.
“Me parece que nuestra responsabilidad como líderes de China y Estados Unidos es garantizar que la competencia entre nuestros países no se desvíe hacia el conflicto, ya sea intencionado o no”, declaró Biden en su discurso de apertura, sentado en una mesa de la Sala Roosevelt.
Xi calificó a Biden de “viejo amigo” -los dos líderes viajaron juntos cuando ambos eran vicepresidentes de sus respectivas naciones- y dijo que sus países deben “aumentar la comunicación y la cooperación”.
“China y Estados Unidos deben respetarse mutuamente, coexistir en paz y perseguir una cooperación en la que todos ganen”, afirmó Xi desde una sala del Gran Salón del Pueblo en Pekín.
Funcionarios de la Administración Biden habían restado importancia a las expectativas antes de la reunión, diciendo a los periodistas que el encuentro tenía como objetivo abrir canales de comunicación entre los dos líderes, más que producir resultados concretos.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, explicó el lunes que Biden sentía que llegaba a la reunión desde una “posición de fuerza” después de su viaje al extranjero el mes pasado a la cumbre del Grupo de los 20 en Roma, en Italia, y a la conferencia de la ONU sobre el clima en Escocia, a las que Xi no asistió en persona.
Psaki dijo que la aprobación del proyecto de ley de infraestructuras, que Biden convirtió en ley el lunes por la tarde, también reforzó la posición del presidente.
“Este proyecto de ley de infraestructuras es esencial e importante por muchas razones, pero una de ellas es: por primera vez en 20 años vamos a invertir más en infraestructuras que China”, comunicó Psaki.
En la llamada con los periodistas, la alta funcionaria de la Administración dijo que Biden presionó a Xi para que siguiera adelante con el acuerdo comercial de “fase uno” que China alcanzó con la Administración Trump.
Biden también sacó a relucir la pandemia de coronavirus y comunicó el “importante papel que desempeña la transparencia” a la hora de abordar la salud mundial, según el funcionario.
Xinhua, la agencia estatal de noticias de China, dijo que Xi le dijo a Biden que las relaciones económicas y comerciales entre Estados Unidos y China eran “de naturaleza mutuamente beneficiosa” y no debían ser politizadas.
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Estados Unidos “debería dejar de abusar o exagerar el concepto de seguridad nacional para reprimir a las empresas chinas”, en una aparente referencia a las restricciones impuestas por el Gobierno estadounidense a empresas tecnológicas chinas como Huawei.
La relación entre Pekín y Washington tuvo un comienzo difícil bajo el Gobierno de Biden, después de que los principales diplomáticos de Estados Unidos y China tuvieran un enfrentamiento público frente a los periodistas durante una reunión en Alaska en marzo.
El Secretario de Estado Antony Blinken criticó a Pekín por su creciente autoritarismo, mientras que el jefe de asuntos exteriores del Partido Comunista Chino, Yang Jiechi, acusó a Washington de hipocresía en materia de derechos humanos.
Blinken y Yang participaron en la reunión del lunes. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, así como los asesores de seguridad nacional Kurt Campbell, Laura Rosenberger y Jon Czin también se unieron a la reunión.
China tiene previsto organizar los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 en Pekín en febrero. Se había rumoreado que Xi aprovecharía la reunión del lunes para invitar a Biden a asistir al evento, pero un alto funcionario de la Administración dijo que no se habló de ello.