Por Yuliya Talmazan y Shira Pinson - NBC News
LONDRES — Casi 400 años después de que el primer barco inglés llegara a sus doradas costas, la antigua colonia británica de Barbados se despertó el martes como república.
La diminuta nación caribeña destituyó a la reina Isabel II como jefa de estado en una espectacular ceremonia que comenzó a última hora del lunes, rompiendo así sus lazos con la familia real británica y, con ella, uno de los últimos vínculos imperiales de la isla con el Reino Unido.
El acto se celebró 55 años después de que Barbados obtuviera la plena independencia, pero mantuvo al monarca en el papel ceremonial.
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Al sonar la medianoche (hora local) nació la nueva república entre los vítores de la multitud local. El momento estuvo marcado por una salva de 21 cañonazos y la interpretación del himno nacional de Barbados.
Tras un deslumbrante despliegue de fuegos artificiales, danza y música, la Primera Ministra, Mia Mottley, declaró héroe nacional a la cantante Rihanna, natural de Barbados y estrella mundial.
Sandra Mason, una barbadense que había sido gobernadora general de la isla — o representante de la reina — juró su cargo como primera presidenta del país. El mes pasado fue elegida por el Parlamento para el cargo, pero Mottley seguirá dirigiendo el país.
“Es un paso monumental”, dijo Kristina Hinds, profesora de ciencias políticas en la Universidad de las Indias Occidentales, en el este de Barbados, en una llamada de Zoom desde su casa en Wanstead, al norte de la capital, Bridgetown, antes de la ceremonia. “Creo que forma parte de la evolución de nuestra independencia, y ciertamente hace tiempo que debería haberse producido”, añadió.
El príncipe Carlos, heredero del trono británico, asistió a la celebración del fin de los vínculos formales de Barbados con su madre, de 95 años. Isabel es reina de otros 15 reinos, entre ellos el Reino Unido, Australia, Canadá y Jamaica.
Carlos pronunció un discurso en el que dijo que la creación de la república “ofrece un nuevo comienzo”, mientras que su madre envió a la isla sus “más cálidos deseos” en un comunicado.
“Desde los días más oscuros de nuestro pasado y la espantosa atrocidad de la esclavitud que mancha para siempre nuestra historia, la gente de esta isla forjó su camino con una extraordinaria fortaleza”, afirmó.
Su presencia puede ser una señal del deseo de la familia real de mantener fuertes lazos con la isla, que seguirá formando parte de la Commonwealth, una asociación voluntaria de 54 estados que incluye muchas antiguas colonias británicas y que la reina ha defendido durante toda su vida.
Pero para Hinds, la presencia de Carlos es simbólicamente “un poco extraña”.
“Es problemática para quienes creemos que la monarquía británica, por muy importante que haya sido para Barbados históricamente en aspectos positivos, también ha causado un grave daño al país”, dijo.
En el siglo XVII, Barbados fue reclamada por los británicos y convertida en una lucrativa colonia que utilizaba la mano de obra de cientos de miles de personas traídas como esclavos desde África.
Se convirtió en un importante centro de producción de azúcar, un producto cada vez más importante que ayudó a enriquecer a los propietarios de esclavos británicos.
“El deseo de producir azúcar, que satisfacía el creciente gusto por lo dulce en Inglaterra, hizo que los estilos de vida de los consumidores blancos se construyeran sobre la base de la explotación de los negros y el trabajo de los esclavos”, explicó Christopher Prior, profesor asociado de historia colonial y postcolonial de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido.
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La población actual de la isla, de unos 287,000 habitantes, está compuesta en su mayoría por descendientes de personas traídas como esclavos desde África para trabajar en las plantaciones.
"No es personal"
A pesar de esta historia, sigue existiendo un nivel de respeto por la monarquía y por Gran Bretaña, especialmente entre la población de mayor edad de la isla, dijo Hinds.
Muchos lugares de Barbados llevan el nombre de la reina o de sus antepasados, y la mayor parte de los turistas del país proceden del Reino Unido. A menudo se hace referencia a la isla como la “pequeña Inglaterra”.
No obstante, varios habitantes de Barbados acogieron con satisfacción la decisión de su país de romper los lazos con sus antiguos gobernantes imperiales.
“Para los barbadenses, esto no es algo personal contra la reina, se trata de nuestro orgullo nacional y de la gobernanza”, señaló por teléfono desde su casa en Bridgetown René Holder-McClean-Ramirez, de 45 años, defensor de la comunidad LGBTQ y consultor.
“A medida que crecemos y nos desarrollamos como nación independiente, tener un jefe de estado extranjero no es necesario ni práctico”, argumentó.
Para Ronnie Yearwood, un abogado de Bridgetown, el sentimiento positivo de la medida se combina con el arrepentimiento de que el gobierno haya seguido adelante sin consultar a los ciudadanos sobre el tipo de república que querrían.
Barbados persiguió por primera vez la idea del republicanismo a finales de la década de 1970 y en 2008 propuso celebrar un referéndum sobre la cuestión, pero la fecha se retrasó indefinidamente.
La decisión de destituir a la reina como jefa de Estado se anunció en 2020, pero con pocas consultas sobre la transición, dijo Yearwood.
“Hay mucha decepción”, dijo Yearwood, de 42 años. “Podría haber sido un momento hermoso para todos los barbadenses”.
Nuestra cadena hermana NBC News se puso en contacto tanto con la oficina del primer ministro como con Mason, pero no se le concedieron entrevistas.
"Conversación global"
La decisión de Barbados de deshacerse de la reina se produce tras una oleada de protestas en todo el mundo inspiradas en el movimiento Black Lives Matter de Estados Unidos. Una evaluación más directa del pasado imperial de Gran Bretaña ha contribuido a impulsar un esfuerzo por derribar los símbolos del racismo y el colonialismo desde Cambridge hasta el Caribe.
“Es una manifestación local de una conversación muy global que se está manteniendo sobre el legado del imperio británico y su explotación colonial”, dijo Prior.
“El movimiento de Barbados es otro elemento de nuestros momentos de descolonización”.
Entonces, ¿podría el cambio que se está produciendo en las playas de Barbados marcar el inicio de una oleada de reinos que cortan los lazos con la familia real?
“Cuando la reina fallezca van a surgir nuevos debates, sobre todo en lugares como Australia, sobre si quieren tener a Carlos como jefe de estado”, auguró Prior.
“No quiero sugerir que sea inevitable, pero creo que es muy probable que la cuestión del republicanismo no desaparezca pronto”, agregó.