Después de que migrantes en un centro de detención en el norte de México colocaran colchones contra las barras de sus celdas y les prendieran fuego el lunes, los guardias se alejaron y aparentemente no hicieron ningún intento por liberarlos, antes de que el recinto se llenara de humo y matara a 38 de ellos, revelaron videos mostrados el jueves.
Horas después de que comenzara el fuego en la noche del lunes, decenas de cadáveres cubiertos con mantas de color metálico fueron ubicados afuera del centro de detención en Ciudad Juárez, ubicada al otro de la frontera de El Paso, Texas, y uno de los puntos principales de cruce hacia Estados Unidos para los inmigrantes.
Un total de 29 personas resultaron heridas y estaban en estado "delicado-serio", de acuerdo con el Instituto Nacional de Inmigración.
En el momento del fuego, 68 hombres de América Central y Sur se encontraban detenidos en la instalación, explicó esa agencia.
En el video, dos personas vestidas como guardias entran corriendo en el ángulo que capta la cámara y al menos un migrante aparece detrás de una puerta de barrotes en el otro lado. Pero los guardias parecen no hacer ningún esfuerzo por abrir las puertas de la celda, y en su lugar parecen huir cuando el humo llena la instalación en cuestiones de segundos.
Adán Augusto López, secretario de Interior de México, confirmó la autenticidad del video en una entrevista con el periodista local Joaquín López Doriga.
Las autoridades informaron que los fallecidos y lesionados provenían de Guatemala, Honduras, El Salvador Venezuela, Colombia y Ecuador, según una declaración de la Oficina del Fiscal General de México.
El ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Mario Búcaro, confirmó que 28 de los muertos eran guatemaltecos.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que el incendio comenzó cuando los migrantes protestaron al enterarse de que iban a ser deportados. “No imaginaron que esto iba a causar esta terrible desgracia”, dijo López Obrador.
“A los hombres no los dejaron salir hasta que llegaron los bomberos”
Las muertes forzaron al Gobierno a alquilar camiones nevera para almacenar los cuerpos de los migrantes, declaró a los reporteros el fiscal del estado de Chihuahua, César Jáuregui.
El centro de detención está frente al ayuntamiento de Juárez.
En un hospital cercano, Viangly Infante Padrón, un migrante venezolano de 31 años que busca asilo en Estados Unidos con su esposo y tres niños, esperaba por su esposo, quien era tratado por inhalación de humo. La noche anterior, Padrón había esperado por la liberación de su esposo cuando estalló el fuego.
"Había humo por todos lados. Dejaron salir a las mujeres y a los [empleados] de inmigración", dijo. "A los hombres no los dejaron salir hasta que llegaron los bomberos".
Viangly vio varios cuerpos antes de encontrar a su esposo en una ambulancia. "Estaba desesperada porque vi un cadáver, otro y otro, y a él no lo veía".
Más temprano el martes, unos 100 migrantes se concentraron en las afueras de la instalación para demandar información sobre sus familiares.
Katiuska Márquez, una venezolana de 23 años, con dos niños, de 2 y 4 años, buscaba a su medio hermano, Orlando Maldonado, quien había viajado con ella.
"Queremos saber si esta vivo o muerto", dijo. Se preguntó cómo todos los guardias habían logrado salir vivos y sólo los migrantes murieron. "¿No los pudieron sacar?". Las autoridades no respondieron a esa pregunta de inmediato.
Márquez y Maldonado fueron detenidos el lunes junto a sus hijos y otras 20 personas. Habían estado en Juárez esperando por una cita con las autoridades de Estados Unidos para pedir asilo. Estaban viviendo en un cuarto alquilado con otras 10 personas, por el que pagaban con dinero que pedían en las calles.
"Estaba en un semáforo con un pedazo de cartón pidiendo para mis hijos, y la gente me ayudaba con comida", dijo. De pronto, los agentes vinieron y detuvieron a todo el mundo.
Todos fuimos llevados al centro de detención de inmigración, pero solo los hombres fueron colocados en celdas. Tres horas después, las mujeres y los niños fueron liberados.
Tensiones en Ciudad Juárez
Aparentemente, las tensiones entre las autoridades y los migrantes han estado altas en semanas recientes en Ciudad Juárez, donde los refugios están llenos de personas esperando por oportunidades para cruzar hacia Estados Unidos o por sus procesos de asilo.
Más de 30 refugios para migrantes y otras organizaciones defensoras de los inmigrantes publicaron una carta abierta el 9 de marzo en la que se quejaban de la criminalización de los migrantes y quienes buscan asilo en Juárez. La misiva acusó a las autoridades de abusar de los migrantes y usar fuerza excesiva durante las redadas, incluyendo quejas de que la policía municipal cuestionaba a la gente en la calles sobre su estatus migratorio sin causa aparente.
El alto nivel de frustración en Ciudad Juárez fue evidente a principios del mes cuando cientos de migrantes, mayormente de Venezuela, trataron de pasar a la fuerza en uno de los puentes internacionales de El Paso, tras falsos rumores de que Estados Unidos les permitiría entrar al país. Las autoridades estadounidenses se lo impidieron.
Después de eso, Cruz Pérez Cuéllar, alcalde de Ciudad Juárez, comenzó una campaña para informar a los migrantes de que había espacio en los refugios y no tenían que mendigar en las calles. Le pidió a los residentes no darles dinero y dijo que las autoridades los sacarían de las intersecciones donde era peligroso pararse a pedir ayudar, además de ser, supuestamente, un inconveniente para los residentes de la ciudad.
Grupos defensores de los migrantes que recientemente denunciaron las tácticas más agresivas de las autoridades, dijeron el martes que el centro de detención había rebasado su capacidad y el lugar donde ocurrió el incendio era pequeño y poco ventilado.
"Se venía venir [esta tragedia]", dijeron esos grupos en la declaración. "La política migratoria de México mata".
La agencia nacional de inmigración dijo el martes que "rechazaba enérgicamente las acciones que condujeron a esta tragedia", sin dar más explicación.
El "uso extensivo de centros de detención de inmigración conduce a tragedias como esta", afirmó en Twitter Felipe González Morales, el relator especial de las Naciones Unidas para los derechos humanos de los migrantes. A tono con las leyes internacionales, los centros de detención de inmigración deben ser la excepción y no la regla, escribió.
Centros de detención: una historia oscura
Los centros de detención de migrantes en México han enfrentado hacinamiento, protestas y motines en varias ocasiones.
En octubre, un grupo mayormente de venezolanos se amotinó dentro de un centro de detención en Tijuana. En noviembre docenas de migrantes se rebelaron en la mayor instalación de detención en la sureña ciudad de Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala. No hubo muertos en esos dos incidentes.
México se ha convertido en el tercer destino para quienes buscan asilo, después de Estados Unidos y Alemania. Sin embargo, sigue siendo un país por el que los migrantes pasan camino a Estados Unidos.
Quienes buscan asilo, deben permanecer en el estado en el que hacen su solicitud en México, lo que resulta en grandes masas de personas a la espera en la frontera sur con Guatemala. Hay también decenas de miles permanecen en las ciudades fronterizas.
En una misa celebrada en memoria de los migrantes, el obispo monseñor José Guadalupe Torres Campos lamentó el repentino luto que ha cubierto a la comunidad de migrantes. "El grito, el llanto de todos es demasiado, demasiado dolor, demasiada muerte", dijo.