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Trump propone reducir número de refugiados en el nuevo año fiscal, y activistas religiosos lo acusan de "inmoral"

Propone reducir a 15,000 el número de refugiados aceptados en EE.UU. para el año fiscal que comenzó este jueves, en lo que supone el techo más bajo desde que el programa de asentamiento de refugiados se estableció en 1980.
Dos adultos y un bebé intentan cruzar el muro fronterizo entre México y Estados Unidos.
Dos adultos y un bebé intentan cruzar el muro fronterizo entre México y Estados Unidos.Getty Images
/ Source: Telemundo

WASHINGTON.— La Administración Trump ha propuesto reducir a 15,000 el número de refugiados aceptados en Estados Unidos para el año fiscal que comenzó este jueves, en lo que supone el techo más bajo desde que el programa de asentamiento de refugiados se estableció en 1980.

En un informe entregado al Congreso, los departamentos de Estado, de Seguridad Nacional y de Salud y Servicios Humanos adelantaron que la meta de la Administración Trump es imponer un límite de 15,000 nuevos refugiados para el año fiscal 2021, que comenzó este jueves.

“Al centrarnos en resolver los conflictos que ocasionan el desplazamiento en primer lugar, y al proveer asistencia humanitaria al exterior para proteger y ayudar a los desplazados, podemos prevenir los efectos desestabilizadores de ese desplazamiento” en los países, aseguró el Departamento de Estado.

“Por lo tanto, perseguimos soluciones diplomáticas a crisis en todo el mundo, como lo es nuestro apoyo al gobierno legítimo de Venezuela frente a la tiranía ilegítima del régimen de Maduro”, agregó el informe.

El año pasado, el techo anual había sido de 18,000, pero la Administración Trump ha liderado esfuerzos en los últimos años por combatir la inmigración ilegal en la frontera sur y, simultáneamente, reducir la inmigración legal, incluyendo de refugiados.

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En marzo pasado, escudándose en la pandemia del COVID-19, la Administración cerró las fronteras con Canadá y México, permitiendo sólo viajes esenciales y comercio.

La nueva cifra de refugiados representa un recorte de más del 80% sobre las normas históricas del programa de reasentamiento de refugiados.

La Administración tenía plazo hasta medianoche del miércoles spara avisar al Congreso del nuevo límite en el número de refugiados.

Dos adultos y un bebé intentan cruzar el muro fronterizo entre México y Estados Unidos.
Dos adultos y un bebé intentan cruzar el muro fronterizo entre México y Estados Unidos.Getty Images

Minnesota es uno de los estados con mayor reasentamiento de refugiados y, este miércoles, durante un mitin político en Duluth, el presidente, Donald Trump, nuevamente pintó a los refugiados como una carga para el país, y acusó a su rival demócrata, Joe Biden, de querer fomentar una invasión de extranjeros en el estado.

“Biden convertirá a Minnesota en un campo de refugiados, y ha dicho que va a colmar los recursos públicos, las escuelas e inundará hospitales… ya está sucediendo”, dijo Trump.

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Biden ha prometido una reforma migratoria integral que legalice a la población indocumentada, pero jamás ha propuesto la entrada sin límites de refugiados.

Según el grupo "America´s Voice", con esta decisión,  Trump y Stephen Miller, su principal asesor en asuntos migratorios, efectivamente están "lanzando una bola de demolición" contra la Estatua de la Libertad, al abandonar la tradición estadounidense de dar cobijo a quienes buscan refugio o asilo. 

Eric Schwartz, presidente de Refugees International, dijo que la decisión de Trump decepciona pero no debería sorprender, porque "es parte de la estrategia general de meter miedo y denigrar a los refugiados".

"También es irónico, porque centenares de miles de inmigrantes y refugiados ya asentados está en las primeras líneas de la respuesta al COVID-19, dando a sus compatriotas estadounidenses servicios de salud y otros servicios esenciales", agregó Schwartz, quien estuvo a cargo de los asuntos de inmigración en el Departamento de Estado durante la Administración Obama.

Se calcula que, en la actualidad, hay 176,000 de refugiados que trabajan en el área de servicios de salud, y otros 175,000 en la industria alimentaria.

Por su parte, Ali Noorani, presidente del Foro Nacional de Inmigración, afirmó que la Administración Trump "ha caído en lo más bajo", porque los refugiados atraviesan un riguroso proceso de revisión de antecedentes antes de llegar a EEUU, y la reducción no se justifica en absoluto. Además, la Administración no realizó las debidas consultas con el Congreso. 

 Rechazo de la comunidad de fe

Grupos de la comunidad de fe de inmediato condenaron la decisión del gobierno federal, por considerar que es un acto “inmoral” que pondrá en peligro la vida de miles de personas que huyen de la violencia y buscan refugio en Estados Unidos.

Los activistas urgieron al Congreso a que desoiga las recomendaciones de la Administración e incremente el límite anual a 95,000, que es el techo normal que ha tenido el programa de asentamiento de refugiados.  

En ese sentido, Elissa Díaz, presidenta de la Coalición Ecuménica sobre Inmigración (IIC, por su sigla en inglés), calificó de “pasmosa” la reciente afirmación que hiciera durante una conferencia religiosa, el secretario de Estado, Mike Pompeo, de que Estados Unidos es “el mayor contribuidor al alivio de crisis humanitaria en el mundo”.

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“El reasentamiento de refugiados salva vidas. La Administración Trump está cerrando de un portazo la entrada de personas perseguidas durante la peor crisis de desplazamiento en la historia, con 29,6 millones de refugiados en el mundo”, subrayó Díaz.

Otros activistas de comunidades de fe y grupos religiosos ecuménicos, incluyendo HIAS, la Iglesia Cristiana Reformada, la Iglesia Presbiteriana, y el Concejo Nacional de Mujeres Judías, emitieron un comunicado conjunto en el que también condenaron el nuevo techo en el ingreso de refugiados.

Las decisiones de Trump contra los refugiados “son vergonzosas, crueles y desalmadas. Esta Administración una y otra vez demuestra su desdén hacia la genuina crisis humanitaria que enfrentan los refugiados, y abandona el precedente de larga data de administraciones de ambos partidos”, aseguró  Stephen Schneck, de la Red de Acción Franciscana.

Por su parte, Kirsh O´Mara Vignarajah, presidenta de Lutheran Immigration and Refugee Service, dijo que Estados Unidos simplemente está “abandonando su imperativo moral y legal de proveer refugio a los más vulnerables, y es una bofetada para los estadounidenses cuya fe los obliga a dar la bienvenida al forastero”.