Oficiales del Departamento estatal de Seguridad Pública fueron vistos llevando a migrantes indocumentados capturados en Texas hasta un punto de control fronterizo en Eagle Pass, donde fueron recibidos por agentes federales de Protección Fronteriza y Aduanas (CBP, en inglés), según informó el diario The Texas Tribune.
Esta medida forma parte de la polémica operación Lone Star lanzada por el gobernador, el republicano Greg Abbott, que firmó una orden ejecutiva en abril para que sus agentes estatales y a la Guardia Nacional arresten a migrantes y los devuelvan a la frontera.
Reporteros del The Texas Tribune confirmaron los traslados en vehículos del Departamento de Justicia Penal hasta la frontera. En un caso, los migrantes esperaron alrededor de tres horas sentados frente a un gran ventilador, entre camiones que los agentes federales estaban inspeccionando, hasta que llegaron oficiales de la Patrulla Fronteriza y se los llevaron en una camioneta blanca.
El proceso se repitió horas después con otro grupo de inmigrantes.
Apenas hay detalles oficiales sobre cómo funciona la operación, pero funcionarios del Departamento Militar texano negaron en julio en una audiencia en el Congreso estatal que la Guardia Nacional desempeñe ningún papel en el traslado de migrantes a la frontera.
Grupos defensores de los derechos de los migrantes denunciaron que la orden de Abbott usurpa atribuciones del Gobierno federal, que según la Corte Suprema ostenta la competencia migratoria.
Además, indican que Texas está violando los derechos civiles de los migrantes al detenerlos de manera arbitraria par enviarlos a la frontera.
Abbott no ha aclarado bajo qué cargos los están arrestando. Sin embargo, recientemente firmó una orden para que las agencias estatales los pudiesen procesar penalmente por allanar propiedad privada al cruzar de manera ilegal desde México.
Abbott, quien busca en noviembre la reelección como gobernador, ha emprendido una serie de medidas contra los migrantes en los últimos meses, que van desde declarar la emergencia en la frontera, o comprometer fondos para la construcción y reparación de vallas fronterizas como las que hizo el expresidente Donald Trump, hasta encarcelar a los migrantes o enviarlos en autobús a Washington D.C.
También ha emprendido una batalla legal contra el Gobierno de Joe Biden, que se ha visto obligado a mantener el Título 42 (que permite devolver de forma exprés a migrantes en la frontera por el COVID-19) y a congelar sus nuevas prioridades de deportación, que eximía a todos los indocumentados que no sean un riesgo de seguridad o acabaran de llegar.
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Expertos consultados por The Texas Tribune tuvieron opiniones divergentes sobre el traslado de migrantes a la frontera: algunos subrayan que las agencias locales tienen una larga historia de colaboración con las autoridades federales en la aplicación de las leyes de inmigración y que la nueva ordenanza no cambia esa relación a profundidad, sino solo va un paso más allá al llevar a los migrantes a las estaciones de la Patrulla Fronteriza.
Quienes critican la medida señalan en cambio que el traslado de inmigrantes hacia la frontera sí supone un cambio drástico al asumir Texas más poderes que corresponden a las autoridades federales.
“El hecho de que no los lleven directamente al otro lado de la frontera no quita que estén implementando la ley de inmigración,” afirmó la profesora Denise Gilman, de la Universidad de Texas.