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Muere una niña inmigrante de 8 años bajo custodia de la Patrulla Fronteriza en Texas

Anadith Tanay Reyes Álvarez había nacido en Panamá con un problema cardíaco, y hace tres años fue operada de esta dolencia, según informó el cónsul de Honduras en McAllen.

Por Valeria Gonzalez y Rebecca Santana - The Associated Press

Una niña migrante de 8 años que estaba bajo custodia de la Patrulla Fronteriza murió este miércoles tras sufrir “una emergencia médica” en un centro de procesamiento en Texas, según informó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).

Anadith Tanay Reyes Álvarez, de nacionalidad panameña aunque sus padres eran hondureños, había nacido con un problema del corazón, según informó este jueves el cónsul hondureño destacado en McAllen, José Leonardo Navas.

Había llegado a Estados Unidos junto a sus padres y dos hermanos; su padre le contó al cónsul que la niña sufría una cardiopatía y que había sido operada tres años antes en Panamá.

La niña sufrió "una emergencia médica" cuando estaba detenida con su familia en un centro de la CBP en Harlingen, a unas 30 millas de McAllen, en el Valle del Río Grande, uno de los corredores donde más cruces irregulares se registran.

“Los servicios médicos de emergencia fueron llamados a la estación y la transportaron al hospital local donde fue declarada muerta”, dijo la CBP en un comunicado, que calificó de "trágico" su deceso.

La CBP dijo que notificó la muerte al Departamento de Seguridad Nacional y a la policía local, y que hay una investigación en curso. El juez a cargo del caso, Jesús T. García, confirmó que se hará autopsia.

Esta muerte se conoce apenas días después del fallecimiento de un joven hondureño de 17 años en un albergue federal en Florida para menores migrantes no acompañados. Familiares del adolescente aseguran que sufría epilepsia y que no tenía sus medicamentos.

Centros de procesamiento al máximo

La Patrulla Fronteriza tenía a 28,717 personas bajo custodia el 10 de mayo, tras el incremento de cruces justo antes de que expirara el pasado 12 de mayo el Título 42 (la norma sanitaria aprobada por el expresidente Donald Trump en marzo de 2020 para negar el asilo a la mayoría de inmigrantes por la pandemia de COVID-19), según documentos citados por la agencia de noticias The Associated Press.

Desde entonces los cruces irregulares en la frontera sur han caído un 56%, pero los centros de procesamiento de la CBP están aún saturados por las llegadas masivas de los días anteriores (de hasta 11,000 diarios).

El domingo 14 de mayo, la cifra de migrantes en centros de procesamiento había descendido a 22,259, aún inusualmente alta. El tiempo medio de detención ese día fue de 77 horas, cinco más que el máximo permitido por la política de la agencia.

La semana pasada, la Patrulla Fronteriza empezó a dejar en libertad a los migrantes sin cita de comparecencia ante una corte migratoria, siguiendo instrucciones del Gobierno de Joe Biden, indicándoles que se presentaran en una oficina de inmigración en 60 días.

Esta medida ahorra tiempo a los agentes de la Patrulla Fronteriza y les permite liberar espacio en los centros de detención, pero un día después un juez federal bloqueó la iniciativa y esta semana extendió su validez. La Casa Blanca alega que la prohibición es “dañina” y puede resultar en un “hacinamiento peligroso en las instalaciones”.

Las autoridades informaron este martes que la Patrulla Fronteriza ha procesado y liberado desde el pasado jueves a más de 6,413 sin cita para presentarse ante un juez de inmigración.

Durante el Gobierno de Donald Trump, las muertes de menores bajo custodia pusieron en tela de juicio los métodos de las autoridades para proteger a los migrantes más vulnerables en un momento en que Estados Unidos registraba un aumento significativo del número de familias con niños que llegaban a la frontera sur.

En diciembre de 2018, una niña de Guatemala de 7 años, Jakelin Amei Rosmery Caal Maquin, murió después de ser recogida por la Patrulla Fronteriza en una zona remota de Nuevo México tras cruzar la frontera con su padre. Apenas unas semanas después, otro niño de guatemalteco, Felipe Gómez Alonzo, falleció en Nochebuena después de permanecer detenido con su padre una semana antes en Texas.

[El joven hondureño que murió en un albergue era epiléptico. Aseguran que no lo informó]

Juan de León Gutiérrez, de 16 años, murió el 30 de abril de 2019 luego de que los funcionarios se percataran de que estaba enfermo en un centro de detención de menores gestionado por el Departamento de Salud y Servicios Humanos. El médico forense de Corpus Christi, Texas, dijo que al adolescentes se le había diagnosticado una enfermedad rara conocida como tumor hinchado de Pott, que puede estar causada por una infección grave de los senos paranasales o un traumatismo craneoencefálico.

En mayo de ese mismo año, Wilmer Josué Ramírez Vásquez, un niño de 2 años y medio, murió tras varias semanas en el hospital. Tras sufrir fiebre alta y dificultad para respirar, las autoridades lo llevaron a un hospital infantil donde se le diagnosticó neumonía.

También en mayo de 2019, un migrante guatemalteco de 16 años murió bajo custodia estadounidense. Carlos Gregorio Hernández Vásquez había sido retenido por las autoridades de inmigración durante seis días -el doble del tiempo que la ley federal generalmente permite- y luego lo transfirieron a otro centro de detención incluso después de que se le diagnosticara gripe.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos también admitió en 2019 que Darlyn Cristabel Cordova-Valle, una niña de 10 años, había muerto el año anterior bajo custodia estadounidense.

La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, en inglés) denunció en junio de 2019 que, en meses previos, al menos siete menores habían muerto “bajo custodia (de la CBP) o tras ser detenidos por las agencias federales de inmigración en la frontera”.

Sus muertes, indicó ACLU, “revelan las terribles condiciones en las que la CBP retiene a cientos de niños”, algunos incluso por largos períodos de tiempo, agregó. La detención de menores migrantes fue uno de los puntos más espinosos de la contienda electoral de 2020, cuando Trump perdió la reelección.

Harlingen Station es un centro de 50,000 pies cuadrados, ubicado en una zona agrícola y ganadera, de acuerdo al sitio oficial de la CBP, que indica que las instalaciones terminaron de construirse en el año 2000. Atiende más de 1,200 millas cuadradas de la frontera entre Estados Unidos y México.