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Miles de migrantes pierden su empleo por demoras en obtener permisos de trabajo

USCIS tiene millones de solicitudes pendientes, en un retraso sin precedentes debido a los obstáculos impuestos por Trump y la pandemia. Y las empresas están preocupadas por la falta de profesionales clave en un momento en el que resulta muy complicado sustituirlos.

Miles de inmigrantes han perdido sus trabajos, o están a punto de perderlos, debido a los retrasos burocráticos sin precedentes en la renovación de permisos de empleo por parte del Gobierno federal, lo que agrava la escasez de mano de obra que sufren las empresas desde hace meses. 

El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, en inglés) asegura que sufre una acumulación sin precedentes de expedientes por tramitar. A 30 de junio tenía pendientes cerca de 1,4 millones de solicitudes de autorización de empleo, el doble que justo antes de la pandemia y el triple que cuando el expresidente Donald Trump llegó a la Casa Blanca a inicios de 2017.

“Somos conscientes del problema”, admitió un oficial de USCIS a la cadena de noticias CNN. La agencia no tiene registro de cuántos permisos han caducado debido al retraso, pero han recibido quejas de inmigrantes, empresas y organizaciones sin fines de lucro.

Los retrasos afectan a los inmigrantes, que se quedan sin ingresos y deben ajustar sus planes en medio de una escenario de absoluta incertidumbre, con demoras que pueden llevar meses, pero también para los empleadores, que pierden a personas esenciales en un momento en el que sustituirlas es más difícil que nunca.

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Abelardo Ríos, un técnico de telecomunicaciones que reside en Florida, fue suspendido de su trabajo la semana pasada por no poder renovar su permiso, y quedó sin salario ni seguro médico.

Ríos, quien busca asilo político en el país, había presentado su solicitud en febrero. Su empleador, en tanto, perdió un trabajador en un puesto difícil de cubrir: instala equipos 5G y “no todo el mundo está dispuesto a subir a una torre de 400 pies”, cuenta en una entrevista con el diario The Washington Post

Ríos forma parte de una demanda colectiva contra USCIS por demoras en el procesamiento, impulsada por la organización sin fines de lucro Asylum Seeker Advocacy Project, que indica que al menos 2,000 de sus miembros han perdido recientemente sus trabajos o están a punto de perderlos debido a estos retrasos.

Un permiso de trabajo para un solicitante de asilo suele tener una validez de dos años. El pedido o la renovación no debería tardar mucho en adjudicarse: en promedio, los empleados de USCIS pasan solo 12 minutos antes de tomar una decisión sobre cada solicitud de autorización de empleo, según estimó la agencia en 2019.

Sin embargo, en los últimos años una serie de problemas generó un cuello de botella sin precedentes. Ya antes de la pandemia, la Administración Trump complicó los trámites y encareció los costos.

Al gestionar menos expedientes (y, por tanto, recibir menos ingresos), sufrió una crisis presupuestaria y congeló la contratación de nuevos empleados, despidiendo además a contratistas. Las medidas de seguridad por el COVID-19 fueron el golpe final a un sistema debilitado. La Administración de Joe Biden ha revertido muchas políticas, pero la agencia sigue sin personal suficiente.

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Los solicitantes de asilo están empleados en industrias que experimentan una escasez de mano de obra de alto perfil: conducción de camiones, servicios de alimentos, enfermería y tecnología, etcétera. Entre ellos se encuentran médicos y especialistas que atendieron a pacientes en plena pandemia de coronavirus, entre otros trabajadores esenciales. 

La salida del mercado laboral de estos inmigrantes agudiza la escasez de mano de obra en el país, a su vez, está impulsando los problemas de la cadena de suministro y la inflación

La última encuesta de la Asociación Nacional de Economía Empresarial encontró que el 47% de las compañías sufrieron una escasez de trabajadores calificados en el tercer trimestre, frente al 32% que informó escasez en el segundo trimestre del año. 

Una empresa de tecnología perdió cinco empleados este año porque sus permisos de trabajo no había sido renovados, indicó Leon Fresco, un abogado de inmigración que representa a la compañía.

Hay mucha preocupación porque esto siga sucediendo”, explicó.

Gad Levanon, vicepresidente de The Conference Board, un grupo de expertos empresariales, recalcó que estos trabajadores son difíciles de reemplazar en medio de la crisis del mercado. 

La llegada de trabajadores extranjeros a Estados Unidos sufrió además una caída bajo la Administración de Trump. La cifra de visas emitidas en el exterior se redujo en más del 60% entre los años fiscales 2016 y 2020. Hay millones de inmigrantes menos en el país de lo que hubiera sido el caso si las tendencias de inmigración anteriores a Trump hubieran continuado.

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La Administración de Biden ha ido recortando trabas a USCIS con cambios de política, pagando horas extra y tratando de contratar más personal. Pero, al revertir las políticas de Trump, también ha aumentado a su vez el caudal de trabajo. 

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Biraj Nepal, un ingeniero de software, recibe frecuentemente el aviso de recursos humanos de que su permiso de trabajo vencerá en enero, un recordatorio de que está a punto de perder su trabajo.”Sentimos que este país es nuestro hogar”, dijo Nepal, que tiene una hija de 4 años y un bebé en camino, “pero vivimos con miedo constante porque no sabemos qué nos pasará mañana”.