"Nuestra compasión puede ser ilimitada, pero nuestros recursos no lo son", dijo este miércoles el alcalde de Nueva York, el demócrata Eric Adams, al pedir ayuda al Gobierno estatal y a la Administración federal que preside Joe Biden (ambos, demócratas) para atender la emergencia provocada por el arribo de casi 100,000 solicitantes de asilo —la mayoría enviados en autobúses desde Texas— desde 2022.
Adams estimó que la ciudad podría gastar más de 12,000 millones de dólares en los años fiscales 2023, 2024 y 2025 en alojamiento, alimentos y otros servicios a los miles de solicitantes de asilo que podrían llegar en este periodo, según explico en una conferencia de prensa, agregando que en 2023 la ciudad ya gastó 1,450 millones.
El alcalde estimó que de mantenerse la tendencia actual, para 2025 la ciudad tendrá a 100,000 migrantes bajo su cuidado. Actualmente tienen a 57,000 solicitantes de asilo en distintos albergues.
Adams advirtió que sin la "asistencia inmediata de nuestros socios estatales y federales", seguirá siendo común ver escenas como las que se produjeron a inicios de agosto afuera del hotel Roosevelt, en Manhattan, donde docenas de solicitantes de asilo pasaron días durmiendo en la calle, a la espera de ser procesados en un centro que se habilitó en el edificio para ser reubicados en algún albergue.

"Han dejado que la ciudad de Nueva York recoja las piezas de un sistema de inmigración roto", dijo el alcalde, "nuestra ciudad seguirá siendo un faro para todos los que vengan a nuestras costas, porque así es Nueva York; pero es hora de que ese sea también el estilo de Estados Unidos”.
La vicealcalde de Salud y Servicios Humanos, Anne Williams-Isom, informó de que la ciudad ha ayudado a migrantes "a completar y presentar" 1,300 solicitudes de asilo hasta la fecha, aunque esperan que esa cifra siga aumentando. "Nuestro sistema de refugio se está derrumbando. La ciudad de Nueva York no puede continuar manejando esta crisis nacional por sí sola”, lamentó.
La Sociedad de Ayuda Legal y la Coalición para los Desamparados anunciaron el lunes que presentarán una demanda si la ciudad no agiliza el proceso para llevar a los migrantes a los refugios, informó el canal local New York 1. “Tienen la obligación legal de aceptar una solicitud de todos los que acuden a ellos diciendo: ‘Necesito ayuda ahora mismo’. No se pueden salir del derecho al albergue”, afirmó.
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El alcalde pide al Gobierno federal, entre otras cosas, que acelere las autorizaciones de trabajo para los solicitantes de asilo; declarar el estado de emergencia "para manejar la crisis en la frontera"; y proporcionar más dinero por los costos que asume la ciudad. Exige además "una estrategia federal" para garantizar que "el flujo de llegadas de solicitantes de asilo se distribuya de manera más justa".
Según el alcalde, la ciudad gasta en promedio 383 dólares por noche para albergar y alimentar a cada migrante.
Emergencia también en Massachusetts
Las peticiones del alcade coinciden con las que hizo este martes Massachusetts, donde hay unas 5,600 familias en los refugios de emergencia, un 80% más que hace un año, en gran medida por la llegada de migrantes, según la gobernadora, la demócrata Maura Healey, que declaró el estado de emergencia ante esta situación.
"Estas cifras están siendo impulsadas por una oleada de personas recién llegadas a nuestro país que han pasado por algunos de los viajes más duros que se puedan imaginar”, explicó, “son el rostro de la crisis migratoria internacional. Están aquí porque sus países son demasiado peligrosos”. “Massachusetts es y siempre será un faro de esperanza, compasión, humanidad y oportunidad”, agregó.
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"No tenemos capacidad para trasladar a la gente de albergues a viviendas permanentes" agregó la gobernadora, que lanzó así una petición “urgente y formal” al Gobierno federal para que "elimine los obstáculos y acelere las autorizaciones expeditas de permiso trabajo" para los solicitantes de asilo, además de destinar más fondos para crear nuevos refugios en ese estado.
El flujo constante de familias migrantes que han llegado a Massachusetts en el último año ha puesto a prueba el sistema de refugios de emergencia del estado. Al reducirse los espacios, el Gobierno de Healey recurrió a todo tipo de alojamientos, desde hoteles y moteles hasta residencias universitarias y bases militares.

Un portavoz de la Oficina Ejecutiva de Vivienda y Comunidades Habitables le dijo al diario Boston Herald que, hasta las cifras más recientes registradas el lunes en la mañana, 5,550 familias estaban en refugios estatales: 1,887 en hoteles, 3,546 en refugios permanentes, 62 en la Base Conjunta de Cape Cod, y 55 en una residencia universitaria en Quincy.
"Nuestro sistema de ayuda de emergencia está diseñado para ser un programa de seguridad temporal y de emergencia. No está equipado para gestionar la demanda que hemos visto en los últimos meses. Aunque hemos hecho grandes esfuerzos para ampliar la capacidad, llegamos a un punto en que es insostenible", dijo la vicegobernadora, Kim Driscoll, a la estación local WWLP.
La respuesta federal
Una fuente del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) indicó a NBC News que hasta la fecha, esa agencia ha proporcionado más de 140 millones de dólares en fondos federales a la ciudad de Nueva York.
Reveló que para continuar el apoyo a la ciudad y el estado de Nueva York, "DHS está enviando un equipo de evaluación compuesto por expertos".
De acuerdo con la fuente, la idea es que ese equipo trabaje con los funcionarios de Nueva York para evaluar la situación actual de los inmigrantes e identificar las formas en que la ciudad y el Gobierno federal pueden mejorar la eficiencia y maximizar los recursos.
Se espera –explicó– que tras la revisión junto a los funcionarios de la ciudad, el equipo informará al secretario del DHS, Alejandro, Mayorkas, los próximos pasos recomendados.
La fuente subrayó que la Administración Biden seguirá colaborando directamente con los funcionarios municipales y estatales para "coordinar nuestros esfuerzos y seguiremos pidiendo al Congreso que apruebe una reforma integral de inmigración".