Cientos de migrantes se aglutinaron este domingo por la tarde en la entrada del puente fronterizo Paso del Norte, que conecta Ciudad Juárez, en Chihuahua, México, con El Paso, Texas.
Al parecer un falso rumor difundido en redes sociales de que dejarían pasar a los migrantes hacia Estados Unidos fue lo que motivó a las cientos de personas a acudir al lugar, según reportó la estación afiliada de Noticias Telemundo en El Paso.
En videos compartidos en redes sociales se aprecia cómo cientos de personas corren hacia el puerto de entrada y se agolpan, entre ellos familias con niños pequeños.
Al llegar al puente y ver que las autoridades mexicanas no les estaban permitiendo el cruce hacia Estados Unidos, muchos migrantes comenzaron a protestar. En medio del tumulto decenas de personas saltaron las casetas de seguridad e intentaron avanzar por el puente hacia territorio estadounidense, reportó Telemundo 48.
Agentes de la Guardia Nacional mexicana y de la Oficina de Aduanas y Protección fronteriza, desplegaron barreas con alambre y barricadas a lo largo del puente para obstaculizar el paso de los migrantes.

Por su parte, las autoridades de Estados Unidos tampoco autorizaron el ingreso de los migrantes y cerraron el tránsito vehícular en dirección norte para prevenir una irrupción masiva, según funcionarios de Protección Fronteriza y Aduanas.
Los migrantes permanecieron en el puente protestando contra las políticas migratorias que les han impedido solicitar asilo en Estados Unidos alrededor de una hora, y luego comenzaron a regresar al lado mexicano de la frontera.

Miles de migrantes aguardan en las ciudades mexicanas de la frontera norte a que las cortes en Estados Unidos les permitan tramitar sus casos de asilo desde suelo estadounidense.
Mientras que muchos otros se han quedado varados en las ciudades fronterizas como Juárez, después de que las autoridades estadounidenses los expulsaron tras cruzar la frontera.
Defensores de los derechos humanos han denunciado las condiciones en las que buena parte de estos migrantes esperan por sus casos de asilo en México, hacinados en albergues o durmiendo en las calles, donde con frecuencia son víctimas de las organizaciones criminales.