Guillermo De León Serrabi, un salvadoreño de 22 años detenido en el centro de detención del servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en Baker, Florida, asegura que ha perdido parte de la función auditiva en los dos oídos a causa de los golpes recibidos por los guardias en dos ocasiones.
La primera vez, explica, fue cuando rehusó hacerse la prueba del COVID-19 y lo esposaron con las manos en la espalda. Llegando a su celda, uno de los custodios lo empujó: “Estaba indefenso y pegué con mi cabeza en el toilet”, recuerda De León.
“Ya dentro de la celda empezó a golpearme, bofetada. Él me pegó más de tres golpes arriba de mi oreja, lo cual ocasionó que el oído lo perdí hasta el momento”. Tras la agresión que dice haber recibido, De León pidió ayuda médica. Sin embargo, ese mismo día lo transfirieron al centro de detención de ICE de Krome, también en Florida, con la intención, según denuncia, de deportarlo.
“Catorce días estuve botando fluido de mi oído derecho”, asegura, y añade que le dieron antibióticos. “Yo he pedido tomografías y no me quieren hacer nada de eso”, denuncia. Su caso es parte de una queja contra las prácticas en el centro de detención de ICE en Baker, Florida, que varias organizaciones pro inmigrante enviaron este jueves al Departamento de Seguridad Nacional.
Cuando lo trasladaron de regreso al centro de detención de Baker, lo recibieron con represalias, según dice: "Me pusieron a mí de regreso en una celda de segregación por 90 días". Cuenta que en su celda de aislamiento rezaba en voz baja.
“Me golpeó el oído derecho y empezó a sangrar”
De León afirma que el 21 de diciembre 2021 llegó un grupo de cinco oficiales a su celda, supuestamente para intimidarlo. El salvadoreño asegura que les dijo que no les tenía miedo, que al único al que le tenía miedo era a Dios. Fue ahí cuando uno de ellos perdió el control: “Descargó toda su ira con su mano derecha. Me golpeó en el oído izquierdo el cual empezó a sangrar mucho”.
Desconcertado y dolorido, explica, dice que no podía escuchar bien ya tampoco con el oído izquierdo y que le limpiaron la sangre en la enfermería.
De León afirma que ha insistido en vano en estos siete meses en que le hagan una tomografía. “Hasta el día de ahora, yo siempre permanezco con un dolor agudo en mi cabeza”, afirma y agrega que ha perdido función auditiva en ambos oídos.
Hasta el día de ahora, yo siempre permanezco con un dolor agudo en mi cabeza”
GUILLERMO DE LEÓN DETENIDO EN BAKER
“Durante gran parte de su tiempo en detención en solitario, no había podido contactar a su familia ni contactar a su abogado”, dice Sofia Casini, directora de la estrategia de abogacía de visitas en la organización Freedom for Immigrants.
Diecisiete organizaciones, entre ellas Immigrant Action Alliance, Freedom for Immigrants y Americans for Immigrant Justice enviaron la queja este jueves a la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional, a la Oficina de Derechos y Libertades Civiles, y a la oficina de ICE de Miami.
Las organizaciones piden una investigación, que cesen las represalias y detengan las deportaciones de los que siguen detenidos. Además, exigen el cierre del centro, la liberación de todos los que hayan pasado más de 180 días en detención y a los médicamente vulnerables y, además, que ICE termine el contrato con este condado de Florida ubicado a 30 millas de Jacksonville.
Además de inmigrantes, las instalaciones también albergan a presos comunes custodiados por U.S. Marshall Service.
Noticias Telemundo Investiga habló con cinco de los 15 inmigrantes que forman parte de la queja.
“Habla inglés o no hables en absoluto”
La queja detalla varios incidentes de racismo contra las personas latinas y negras. Acusan a algunos guardias de agredir verbalmente a los inmigrantes con insultos racistas y con amenazas sobre látigos.
Marlissa Joseph, una presa de 22 años de Bahamas, dijo a Noticias Telemundo Investiga, desde el centro de detención del condado de Baker, que recibió comentarios racistas agresivos de parte de una empleada blanca del centro.
A los migrantes latinos “los guardias también los discriminaron diciéndoles que hablen inglés o no hablen en absoluto”, denuncia la queja.
“Las personas que trabajan allí demuestran una cultura de racismo y discriminación en contra del inmigrante”, asegura Andrea Jacoski, directora del Programa de Detención del Americans for Justice.
Casini dice que este centro viene arrastrando esos problemas desde hace 10 años, cuando el condado de Baker comenzó el contrato con ICE.
Una investigación de la oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Interna reportó irregularidades en este centro en 2019: “Los detenidos en las cuatro instalaciones tuvieron dificultades para resolver problemas a través de los sistemas de quejas y comunicación, incluidas las denuncias de abuso verbal por parte del personal”, asegura el informe.
No ha sido suficiente para ver cambios, denuncian las organizaciones. “Estas inspecciones finalmente no logran lo que se proponen", afirma Casini, "no hay forma de garantizar que los centros de detención y todo el sistema tengan en cuenta los derechos humanos, en la práctica, de la forma en que se necesitaría para garantizar sus derechos civiles y su seguridad”,
“Un infierno en vida”
“Me sentí morir”, asegura Eric Martinez, un colombiano de 39 años que llevaba 28 en Estados Unidos cuando pasó a custodia de ICE.
Dice que sufrió maltratos físicos y verbales en el centro de detención del condado de Baker. Desde Colombia, ya deportado, describe a Noticias Telemundo lo que dice que pasó en del centro cuando entre varios guardias lo sometieron estando él esposado.
Asegura que un oficial le puso la rodilla en el estómago y no podía respirar: “Ya cuando yo siento que ya no puedo más, como que me está faltando el aire y que me voy a desmayar”, pero cuando comenzó a recuperar el aliento, dice, llegó otro oficial “y con su puño me tira un puño en la nariz y me rompe mi nariz”, relata imitando la fuerza bruta que recibió. Dice que notó cómo sangraba su nariz cuando le trajeron un paño para cubrir su cabeza.
“Ellos te van a tratar de destruir el espíritu. Te van a tratar de destruir lo más profundo que tienes dentro de la paz, de todo. Ese es el propósito de ellos: acabarte para que firmes tu deportación y te vayas”, dice Martinez, que en la queja describe las condiciones de su detención como “un infierno en vida”.
Asegura que, durante los 10 meses que estuvo detenido, nunca vio el sol porque no hay patio en el centro de detención
A pesar de todo, Martínez tiene esperanzas de regresar a Estados Unidos, donde tiene familia y una vida que dejó atrás.
En el reporte interno del centro de detención, los custodios indicaron que la fractura de nariz de Martinez fue un accidente y que, en el forcejeo, el detenido se pegó contra la pared. Él exige que se publiquen los videos de vigilancia porque cree que sería la mejor prueba para apoyar su versión de los hechos.
Tuvo que presentar varias solicitudes para que le operaran la nariz, asegura. También se abrió una investigación sobre su caso, pero lo deportaron antes de obtener un informe final.
“Nunca obtuvo justicia”, dice Casini.
Miedo a represalias
Cosme Alfredo Frías, un dominicano de 57 años, fue deportado tras pasar meses pidiendo una colonoscopia prescrita por un doctor en otro centro por sangre en las heces. Temiendo padecer una enfermedad grave, contactó con las organizaciones proinmigrante.
Las mismas organizaciones presentaron una querella en su nombre para que lo atendieran. Pero esto le costó amenazas de parte de los guardias del centro, según denuncia: “Me dijeron que si yo seguía en eso, que me iba a atener a las consecuencias”
Me dijeron que si yo seguía en eso, que me iba a atener a las consecuencias”
COSME ALFREDO FRÍAS detenido en baker
Frías asegura que lo deportaron como represalia por haberse quejado e interpuesto una queja por la falta de atención médica. Fue deportado hace unas semanas y llegó a República Dominicana. Aún no tiene diagnóstico de su mal, dice.
Casini pide que la oficina de ICE en Miami se haga responsable de la vigilancia y monitoreo de estos centros porque cree que forman parte del problema. “Esta oficina de ICE que se supone que supervisa lo que sucede dentro de estas instalaciones, en lugar de hacer lo que se supone que debe hacer, participa en la deportación de personas como represalia”, asegura.
Noticias Telemundo Investiga preguntó a ICE por estos casos, y todavía no ha habido respuesta.
Las organizaciones también denuncian la pésima higiene y cuidado médico en la pandemia de COVID-19 y que encerraron a los que daban positivo junto con los que no están contagiados.
Según la queja, en mayo de 2022, más de 100 inmigrantes detenidos organizaron una huelga de hambre por los malos tratos y malas condiciones del centro.
Aseguran que esto terminó en represalias contra los detenidos: les pusieron en confinamiento y les cortaron el agua durante días a hombres y mujeres. Las organizaciones dice que esperan aún el reporte de una última investigación realizada en mayo de 2022.
Si conoce casos de presunto maltrato en centros de detención de ICE, puede ponerse en contacto con la autora de este reportaje en belisa.morillo@nbcuni.com
