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México usó fondos para el desarrollo económico de Centroamérica para restringir a migrantes de esos países

Después de que Trump amenazara con imponerle aranceles si no reducía la migración, México usó un fondo pensado para la cooperación y asistencia a sus vecinos para la repatriación de migrantes centroamericanos así como arreglos a centros de detención.
/ Source: The Associated Press

Por María Verza - The Associated Press

CIUDAD DE MÉXICO.- El Gobierno mexicano, en medio de una de las mayores crisis migratorias recientes y ante presiones de Estados Unidos, destinó parte de los recursos de un fondo de cooperación y desarrollo para Centroamérica a sus medidas para contener la migración.

El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador usó más de 4 millones de dólares del Fondo México para arreglos en centros de detención migratoria y para trasladar a migrantes y solicitantes de asilo devueltos desde Estados Unidos, según información y documentos obtenidos por la agencia de noticias The Associated Press (AP). Varias de esas personas migrantes terminaron siendo repatriadas desde México o abandonadas a su suerte en ese país.

Fondo México fue creado por el Gobierno mexicano en 2011 para contribuir al desarrollo económico y social de las naciones de Centroamérica y el Caribe. Con el dinero se han financiado diversos proyectos, sobre todo de infraestructura.

Sin embargo, a mediados de 2019 se rediseñó para atender la crisis migratoria en México, unas semanas después de que la Administración de Donald Trump amenazara con imponer aranceles a las importaciones mexicanas a menos que las autoridades mexicanas detuviera el flujo de personas dirigidas hacia la frontera mexicoestadounidense.

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Los países llegaron a un acuerdo: México evitó las taridas arancelarias a sus productos a cambio de movilizar a miles de efectivos de su recién creada Guardia Nacional a su frontera sur y de aceptar que las personas que busquen solicitar asilo en Estados Unidos tengan que esperar en el territorio mexicano mientras sus casos son procesados; este programa es llamado Quédate en México.  

Pero en ese momento no se dio a conocer que México también cambió los objetivos del fondo, lo cual distorsiona el propósito de ese dinero de asistencia, según analistas y expertos.

La Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana no respondió directamente a las solicitudes de comentario hechas por AP sobre el rediseño del fondo y sobre si este sucedió debido a las exigencias estadounidenses; en vez, la cancillería solo habló de cómo se hicieron mejoras a albergues y centros de detención de personas migrantes.

Solicitantes de asilo hondureños que fueron regresados al lado mexicano de la frontera para esperar su proceso con el programa "Quédate en México", el 24 de agosto de 2019.
Solicitantes de asilo hondureños que fueron regresados al lado mexicano de la frontera para esperar su proceso con el programa "Quédate en México", el 24 de agosto de 2019.Reuters / REUTERS

El cambio al fondo a mediados del año pasado es “una recomposición de la visión migratoria completamente dirigida a la contención, que nos deja sin herramientas y sin materia para diseñar estrategias del desarrollo, que era el objetivo inicial del Gobierno”, lamentó Tonatiuh Guillén, antes encargado del Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano que renunció unos meses después de la llegada de López Obrador a la presidencia. 

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La Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), que depende de la cancillería y gestiona el Fondo México, mostró a partir de solicitudes de información que ha destinado desde 2011 casi 150 millones de dólares a proyectos en 11 países de Centroamérica y el Caribe, entre ellos Belice, Costa Rica, Haití, El Salvador o Jamaica.

AMEXCID informó a AP que en julio del 2019 se destinaron 60 millones de pesos (unos 3.3 millones de dólares) para mejoras en centros de detención y albergues.

En septiembre de ese mismo año, se utilizaron otros 14 millones de pesos (poco más de 700.000 dólares) para traslados de solicitantes de asilo devueltos por Estados Unidos, según la información obtenida con dos solicitudes de información.

López Obrador apostó durante su campaña por multiplicar la cooperación con América Central para que emigrar fuera una opción y no una obligación. Prometió miles de puestos de trabajo para los migrantes con programas de labor en el campo como Sembrando vida, y en los tres primeros meses de su Gobierno —que comenzó en diciembre de 2018— concedió 15.000 visas humanitarias a centroamericanos que llegaron en caravanas.

Sin embargo, con la crisis de los aranceles y la presión de Trump, el presidente López Obrador apresuró el despliegue de la Guardia Nacional mexicana para frenar los cruces, cambió al responsable de migración, designó a militares como jefes de la agencia para migrantes en algunos estados y se multiplicaron las redadas, las detenciones y las deportaciones.

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Uno de los cambios probablemente más radicales fue aceptar que más de 60,000 solicitantes de asilo en Estados Unidos fueran devueltos por la frontera norte mexicana para esperar su proceso en territorios controlados por los cárteles, lo que según activistas aumenta la vulnerabilidad de las personas que piden refugio y viola, según ONG, derechos básicos de las convenciones internacionales.

El Gobierno federal no ha proporcionado información clara sobre cuántas de esas personas fueron trasladadas desde la zona fronteriza al interior o el sur de México, pero la cancillería señaló hace meses que más de mitad habían "decidido volver a sus países".

Solicitantes de asilo de Honduras que fueron devueltos a México desde Estados Unidos afuera de un centro migratorio mexicano en Matamoros, en agosto de 2019.
Solicitantes de asilo de Honduras que fueron devueltos a México desde Estados Unidos afuera de un centro migratorio mexicano en Matamoros, en agosto de 2019.Reuters

Las autoridades aseguran que las mejoras en los centros pagados con el Fondo México resultaron en una mejora para los migrantes e insisten en que los traslados son “voluntarios”.

Sin embargo, a todas luces las personas migrantes de Centroamérica están terminando por autodeportarse, pese a que se frena su proceso de asilo, ante la falta de información y la desesperación, según  Maureen Meyer, vicepresidenta y directora para México de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos.

Los cambios en el destino de los fondos son “una señal clara de cómo la administración de López Obrador cambió sus prioridades migratorias en respuesta a las demandas del Gobierno de Trump”, denunció Meyer.

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En 2019, según AMEXCID, el actual Gobierno aprobó 62 millones del Fondo México para dos de sus principales programas sociales en El Salvador y Honduras: “Sembrando vida”, de apoyo al campo, y otro para jóvenes de esos países. Ambos están dirigidos a inyectar recursos para generar empleos, pero no hay datos de cuánto de este dinero ya está en manos de sus beneficiarios.

El resto de los recursos gestionados por la actual administración, casi 32 millones de dólares, fue para los proyectos vinculados a la migración y a programas destinados a enfrentar la pandemia por COVID-19.

La Secretaría de Relaciones Exteriores indicó que el fondo ya no tiene recursos disponibles. En mayo, el Gobierno federal ordenó eliminar el Fondo México como parte de las iniciativas de López Obrador para eliminar muchos fideicomisos, pues los considera presuntos focos de corrupción.

No obstante, la cancillería mexicana agregó que el cierre del fondo puede llevar años, hasta que concluyan todos los compromisos adquiridos.

“Es claro que se distorsionó el objeto originario de este fondo y también es claro que no tenemos suficiente información del ejercicio del gasto”, resumió Guillén, el exresponsable de Migración en México.