Un presunto cómplice en la red de coyotes declaró que el conductor del camión en el que murieron este lunes al menos 53 migrantes en San Antonio (Texas) por las altas temperaturas no sabía que el aire acondicionado del trailer no funcionaba, según informó este viernes el diario The Washington Post citando documentos judiciales.
Christian Martínez, de 28 años, detenido también por la tragedia, reconoció su participación en el traslado de los migrantes, y dijo que conocía al conductor, y que el aire acondicionado había dejado de funcionar sin que el conductor lo supiera, según los documentos.
El registro del teléfono celular de Homero Zamorano Jr., de 45 años y acusado de manejar el camión, reveló mensajes que intercambió con Martínez el día en que fueron hallados los migrantes muertos.
Martínez envío un mensaje el lunes a las 12:17 de la tarde sobre el manifiesto del camión. Media hora después, le envió la dirección de un lugar en Laredo, Texas. A la 1:40 de la tarde le empezó a enviar mensajes preguntándole dónde estaba, pero no obtuvo respuesta, así que durante las siguientes horas siguió insistiendo de forma cada vez más desesperada, todo ello según revela el citado diario, que cita uno de esos mensajes: "Llámame, hermano!"
Su último mensaje llegó a las 6:15 de la tarde, pero para entonces el conductor estaba escondido e intentaba escapar tras dejar abandonado el camión, del que ya estaban las autoridades sacando cadáveres y migrantes malheridos. Según dos fuentes oficiales citadas por el diario, estaba drogado con metanfetaminas.
Zamorano Jr., de 45 años, compareció este jueves ante una corte federal de San Antonio. Durante la audiencia, que duró unos cinco minutos, el hombre habló muy poco, limitándose a responder sí o no a las preguntas de la jueza federal Elizabeth Chestney sobre sus derechos y los cargos que se le imputan.
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La jueza le designó dos defensores públicos porque el cargo al que se enfrenta conlleva una posible condena a muerte. La próxima audiencia, en la que se determinará si puede salir bajo fianza, fue programada para la semana que viene.
La hermana del conductor reconoció en exclusiva para Noticias Telemundo que el incidente suponía “una doble devastación”.
“Uno, como familia de migrantes, siempre espera que lleguen bien, que estén bien y que salgan adelante”, dijo. “Es muy triste. Lo siento mucho que [los familiares] estén pasando por esto”, señaló.
Los hermanos Juan Franciso D’Luna-Bilbao y Juan Claudio D’Luna-Méndez, detenidos también por la tragedia, debían comparecer este viernes ante la corte pero fueron eximidos de ese trámite, según adelantó Noticias Telemundo.
Ambos son mexicanos y están acusados de tener varias armas pese a ser indocumentados. Enfrentan hasta diez años de prisión.
En su ruta, el camión pasó sin dificultades un puesto de control de la Patrulla Fronteriza en Texas, según informó un oficial citado por la agencia The Associated Press, que ha reconstruido su ruta.
El vehículo superó el puesto situado en la Interestatal 35, a unas 26 millas al noreste de la ciudad fronteriza de Laredo, Texas.
El funcionario, que habló bajo condición de anonimato sobre la investigación en curso, dijo que en el interior del camión había 73 personas cuando fue descubierto este lunes en San Antonio. Al menos 53 de ellas han fallecido y hay una decena de heridos.
Por ahora se desconoce si los agentes fronterizos llegaron a detener el vehículo o si pasó el puesto de control sin ser interceptado.
Todavía se desconoce cuánto tiempo estuvieron los migrantes en el remolque del camión en sofocantes condiciones y si el hecho de que los traficantes les confiscaron los teléfonos celulares antes de meterlos dentro contribuyó al elevado número de muertos, puesto que no hubo llamadas de emergencia como en sucesos anteriores.
La Corte Suprema dictaminó en 1976 que los agentes de la Patrulla Fronteriza pueden detener vehículos en los puestos de control del interior para interrogarlos brevemente sin necesidad de una orden judicial, incluso si no hay motivos para creer que trasladan a personas de forma ilegal.
Sin embargo, esta práctica ha enfadado a los defensores de la inmigración y de las libertades civiles, que consideran que los puestos de control se prestan a discriminación racista y abusos de autoridad. Algunos conductores publican videos en redes sociales en los que acusan a los agentes de realizar interrogatorios inapropiados y con exceso de fuerza.
El puesto de control de la zona de Laredo se encuentra en una de las carreteras más transitadas de la frontera, sobre todo para los camiones, lo que plantea la posibilidad de ahogar el comercio y crear estragos si se detiene e interroga a todos los automovilistas.
El gobernador, Greg Abbott, anunció esta semana que activará sus propios puestos de control para camiones en zonas del interior, al considerar insuficientes los esfuerzos del Gobierno de Joe Biden por frenar el tráfico de inmigrantes y drogas en la frontera.