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"La familia está devastada": denuncian que ICE deportó a un padre cuyo caso de asilo aún está pendiente

El joven haitiano fue repatriado en medio de la noche, días antes de Navidad y sin aviso previo, dice su defensa. Quedaron en EE.UU. sus hijos y su esposa, quien denuncia maltrato constante de agentes migratorios: "Son muy violentos. Te hablan como que no mereces respeto”.

Desde que W.D. arribó a Haití en un vuelo de deportación de Estados Unidos no quiere probar bocado.

Él no está bien. Sólo está esperando la muerte”, cuenta su mujer, Rodeline*, quien quedó en un refugio para inmigrantes en Texas junto a los hijos de ambos, una niña de cinco años y un bebé de cuatro meses.

La defensa de W.D. denuncia que este padre haitiano fue deportado por error o negligencia por los Servicios de Inmigraciones (ICE, por sus siglas en inglés) tan sólo unos días antes de Navidad, en medio de la noche y sin aviso previo, pese a que había un pedido de revisión de su caso de asilo pendiente y los agentes estaban al tanto de ello. 

Ante la consulta de Noticias Telemundo sobre esta denuncia, un portavoz de ICE indicó que la agencia toma con seriedad la salud y el bienestar de los inmigrantes bajo su custodia. "Antes de expulsar a alguien de EE.UU., ICE lleva a cabo una revisión exhaustiva de su caso para garantizar que se haya otorgado el debido proceso y que no sea elegible para ninguna forma adicional de reparación en el momento de la expulsión", indicó por correo electrónico.

Rodeline, la esposa del joven haitiano W.D., deportado en diciembre, junto a los dos hijos de ambos.
Rodeline, la esposa del joven haitiano deportado en diciembre, junto a los dos hijos de ambos. Cortesía Rodeline D.

El retorno forzado a Haití es el final de un viaje y una ilusión que empezó en 2013, cuando los dos jóvenes haitianos huyeron de la isla con el objetivo de llegar a EE.UU., según relató Rodeline a Noticias Telemundo.

Por años caminaron atravesando el continente, padeciendo episodios de discriminación y delincuencia, hasta lograr cruzar la frontera sur en 2021.

La única esperanza era llegar aquí, para que podamos trabajar, para ayudar a nuestros hijos y nuestra familia”, cuenta la joven haitiana de 28 años.

“Ahora, ya no sé qué hacer”, lamenta con la voz quebrada. “No sé qué decirle”, dice con respecto a su esposo. 

W.D. es uno de los miles de haitianos que han sido deportados en los últimos meses bajo la Administración de Joe Biden a un país donde tienen ínfimas posibilidades de salir adelante y donde muchos de ellos corren riesgo de vida. Desde el 19 de septiembre hasta el 23 de diciembre, Estados Unidos expulsó a más de 11,950 haitianos a Haití en 111 vuelos, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), parte de las Naciones Unidas.

Desde que fue deportado, el joven haitiano “vive aterrorizado”, cuenta González.

W.D. huyó de la isla tras ser apuñalado en el estómago y amenazado de muerte por miembros de un grupo criminal con afiliación política, relata González, y ahora que ha sido forzado a volver, teme lo peor.

Por seguridad, el joven no da entrevistas y se mantiene prácticamente incomunicado. González dice que el 31 de diciembre, le llamó atemorizado desde el teléfono de un amigo de confianza y le contó que miembros de esa pandilla lo habían visto en la calle. “Ah, ya estás aquí. Prepárate”, le dijo uno de ellos.

En medio de la noche y sin aviso previo

W.D. estaba detenido en un centro para inmigrantes de Louisiana, el River Correctional Center, con una orden de deportación para el 22 de diciembre, según había sido informada su esposa. Pero Roseline, quien está en un refugio en Houston, consiguió en los primeros días de diciembre la ayuda de la Iniciativa para la Liberación de Inmigrantes del Sureste (SIFI, por sus siglas en inglés), que hizo un pedido de revisión del caso. 

“Es un solicitante de asilo creíble que huyó porque no tenía otra opción. Su vida corría grave peligro debido a su postura política”, explicó a Noticias Telemundo Mich González, quien representa a W.D. con el equipo de SIFI. 

La defensa del migrante argumenta que la entrevista que le hizo ICE para que sustentara que siente lo que se denomina "miedo creíble" de retornar al país estuvo “plagada de errores” en el proceso, por lo que se pide un segundo interrogatorio o que se le otorgue el asilo.

El 20 de diciembre, su defensa se comunicó con el oficial de deportación de ICE asignado a W.D. explicándole que había una solicitud pendiente para revisar el caso y que debía llegar de la oficina de asilo de Houston un “Z hold” (una orden que pide pausar la expulsión hasta que se decida el amparo pendiente).

Noticias Telemundo tuvo acceso a algunos de los correos entre la defensa de W.D. y la oficina de asilo de Houston en los cuales la oficina indica que estaban considerando la revisión del caso y que el agente de deportación de ICE había sido notificado al respecto.

Sin embargo, W.D. fue deportado el 21 de diciembre, antes de la fecha prevista y sin que se diera un aviso previo a la defensa. “La familia quedó devastada”, cuenta González, quien debió dar la noticia a la esposa de W.D.

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González señala que el padre haitiano puede y debe ser reunificado con su familia. “Es el deber de nuestro Gobierno traerlo de vuelta porque esta deportación violó nuestras obligaciones legales bajo los derechos internacionales”, señala. Por el momento, ICE no ha retornado sus correos de demanda por lo ocurrido. 

Estafas y violencia: “Lo golpearon mucho”

Rodeline cuenta que su marido se resistió a ser trasladado al aeropuerto para ser deportado y denuncia que los agentes respondieron con violencia y lo amarraron. “Llegaron unas personas con máscaras y armas y lo amenazaron que si no subía al avión lo iban a matar ahí mismo”, asegura la joven haitiana de 28 años. 

“Los golpearon mucho. Todavía le duele el cuerpo de cómo lo golpearon”, cuenta.

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La familia denuncia otras experiencias negativas con agentes de inmigración en su corta estancia en Estados Unidos. Rodeline dice que en una ocasión le habrían pedido 300 dólares para liberar a su marido. Con un esfuerzo extraordinario, consiguió hacer la transferencia. “Yo pensaba que lo iban a liberar, yo estaba tan feliz”, cuenta, pero nunca volvió a escuchar del supuesto agente de inmigraciones.

 Cuando en junio pasado cruzó el río Bravo desde Ciudad Acuña, en el norte de México, a Del Rio, en Texas, Rodeline también asegura que fue recibida con maltrato. “Nos pusieron debajo de unas casas de lona y nos quitaron la ropa”, cuenta. Luego, esperaron con su niña acostadas en el piso helado por seis horas. “Te tratan mal. Dios mío, nunca vi gente tratando así”, cuenta. 

Ellos son muy violentos, no sé por qué. Te hablan como que tu no mereces respeto"

Rodeline joven inmigrante haitiana

La mujer asegura que fue llevada en un autobús al centro de detención con grilletes en los pies y los brazos. “No les importa si estás embarazada, si estás bien o no”, dice la joven haitiana, que en ese momento esperaba su bebé. 

“Ellos son muy violentos, no sé por qué. Te hablan como que tu no mereces respeto”, señaló Rodeline, quien asegura que el trato era más degradante hacia las personas “con algún color en la piel”. 

Una familia más separada: “Es inhumano”

“Lo que le pasó a esta familia es inaceptablemente inhumano”, dice Mich González, quien representa W.D. No sólo se refiere a la deportación, sino a la carga que ya traían de su camino al país y el terror de retornar.

“Fue amenazado a punta de pistola, y a su papá le cortaron el brazo. Eso todo lo hicieron poderosas organizaciones criminales, respaldadas políticamente en Haití”, señala. 

Una mujer migrante sostiene a su hijo mientras espera en un campamento improvisado con otras personas después de cruzar el Río Bravo hacia Estados Unidos desde México, el viernes 17 de septiembre de 2021 en Del Río, Texas.
Una mujer migrante sostiene a su hijo mientras espera en un campamento improvisado con otras personas después de cruzar el Río Bravo hacia Estados Unidos desde México. Miles de familia hacen la travesía cada mes con la esperanza de conseguir asilo en el país.Eric Gay / AP

W.D. y Rodeline se conocieron en Brasil en 2013, a donde habían llegado cada uno desde Haití con el sueño de ir a Estados Unidos. Después del terremoto que devastó la isla en 2010, sus padres habían decidido vender lo poco que les quedaba para darles la oportunidad de escapar del hambre y la violencia del país.

De a poco y a pie, la pareja viajó de un país a otro del continente, trabajando, pidiendo ayuda. “Pasamos por Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá”, cuenta Rodeline.

“Cruzamos el agua, caminamos por la sierra, por la selva… murió tanta gente en la selva. Y allí nuestra niña se quebró los dos pies en una caída”, relata. Siguió Costa Rica, Nicaragua, Honduras. En esa última travesía les quitaron todo, “hasta las chancletas de goma”. Sufrieron discriminación, los llamaron “negritos” y les negaron atención médica y subir a autobuses, cuenta la joven migrante.

[Esta es la peligrosa selva entre Colombia y Panamá donde miles de migrantes se arriesgan para llegar a EE.UU.]

La familia debió separarse en Honduras con la esperanza de reencontrarse en suelo estadounidense. El joven padre se quedó trabajando mientras Rodeline seguía camino, embarazada y con la niña, hasta cruzar desde Ciudad Acuña a Texas en junio de 2021.

Tras ser detenida por días, en condiciones de maltrato según denuncia, consiguió asilo en un refugio en Houston. Allí nació su segundo hijo. 

W.D. cruzó la frontera en el mismo punto, en la zona de Del Rio, Texas, el 16 de septiembre. Fue parte de los miles que se agolparon en ese cruce hacia Texas en una crisis humanitaria que conmocionó al país con imágenes de agentes fronterizos a caballo persiguiendo a inmigrantes haitianos. El joven fue entonces detenido y trasladado a Louisiana.


Migrantes se preparan para cruzar el Río Bravo hacia Del Río, Texas, desde Ciudad Acuña, México, el miércoles 22 de septiembre de 2021.
Migrantes se preparan para cruzar el Río Bravo hacia Del Río, Texas, desde Ciudad Acuña, México, el miércoles 22 de septiembre de 2021.Fernando Llano / AP

Rodeline cuenta que su marido pensó en quitarse la vida cuando supo sobre una posible deportación. “Me dijo que mejor se iba muerto a su país si lo regresan”, dice la mujer en español, idioma que aprendió en su largo camino por Latinoamérica.  

La deportación del joven padre fue un golpe difícil para todos. “La niña no está comiendo nada, toda la noche llora, que quiere a su papá”, dice Rodeline. 

No podemos continuar con lo que ha sido un año cruel y atroz de maltrato contra los refugiados haitianos"

Mich González defensa de migrantes

Miles de familias haitianas han sufrido situaciones similares en el último año. Tan sólo el 22 de diciembre, horas después de que W.D. fue deportado, llegaron tres aviones a Haití desde Estados Unidos con 368 inmigrantes, entre ellos al menos 30 niños menores de dos años, según datos provistos por el Instituto por la Justicia y la Democracia en Haití.

“No podemos continuar con lo que ha sido un año verdaderamente cruel y atroz de maltrato contra los refugiados haitianos”, dice González. 

Rodeline aún tiene un dejo de esperanza de que puedan cumplir el objetivo de su travesía por el continente: “Espero que él vuelva aquí para que podamos trabajar y ayudar a los niños a tener un futuro mejor, porque en mi país no hay vida”. 



*El nombre completo de Rodeline es resguardado por la seguridad y privacidad de la familia. Se utilizan las iniciales de su esposo, W.D., para proteger su identidad y por tratarse de un caso de asilo pendiente de resolución.