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Esta inmigrante lleva años esperando una visa U con miedo a represalias tras testificar contra los hombres que mataron a su novio

La mujer lleva 20 años viviendo en el país desde que expiró su visa de visitante luego de escapar de la guerra civil en su natal Liberia. Su última esperanza de permanecer en el país es la visa U, otorgada a víctimas o testigos de delitos graves que pueden ayudar a la autoridad a resolverlos.

Por MARC LEVY - The Associated Press

HARRISBURG, Philadelphia — A la espera de obtener el permiso de residencia en Estados Unidos, una mujer vive con miedo, temerosa de ser deportada y de posibles represalias luego de testificar contra los hombres que asesinaron a su novio a quemarropa cuando buscaban dinero por la venta de droga.

La mujer, que habló con la agencia de noticias The Associated Press bajo condición de anonimato, dice que vale la pena soportar el miedo. Y esto es porque en Estados Unidos, donde lleva 20 años viviendo desde que expiró su visa de visitante luego de escapar de la guerra civil en su natal Liberia, puede trabajar y enviar dinero a su hijo.

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"Las oportunidades de aquí no están en mi país", dijo la mujer de 55 años. "Todos dependen de mí... Es por lo que trabajo, para ayudar a mi familia".

Su última esperanza de permanecer en el país es la visa U, otorgada a víctimas o testigos de delitos graves que pueden ayudar a la autoridad a resolverlos.

Una inmigrante de Liberia
Una inmigrante de Liberia, que habló con The Associated Press bajo condición de anonimato, el viernes 12 de marzo de 2021.AP Photo/Matt Rourke

Pero el programa es disfuncional, dicen los defensores de los inmigrantes, porque deja a los solicitantes esperando años por una decisión, a veces sin permiso para trabajar o protección contra la deportación. Después de que la administración de Donald Trump facilitó la deportación de los solicitantes de la visa U, ahora esperan la ayuda del presidente Joe Biden, quien respalda cambios en las principales leyes de inmigración y cuyo debate iniciará esta semana en la Cámara de Representantes.

Muchos solicitantes son mujeres y niños que han sufrido abusos. Creado en 2000, el programa de visas U se incluyó en una legislación más amplia para combatir la trata de personas y la violencia contra las mujeres.

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Los defensores han buscado cambios durante años, diciendo que el enorme retraso (más de 160,000 casos, según datos federales) y la falta de protección contra la deportación durante el proceso han debilitado la eficacia de la visa U.

"Estas personas han cumplido su parte del trato y le pedimos al gobierno que cumpla la promesa que le hicieron a estas víctimas", dijo David Freedman, un abogado de la firma Barley Snyder en Pennsylvania que ayuda a las personas con casos de visas.

La ley federal limita las visas U a 10,000 por año, y los intentos para aumentar el límite han fracasado. El proyecto de Biden y los demócratas busca incrementar el límite anual a 30,000.

"Si bien ese es un comienzo prometedor, aún queda más trabajo por hacer dado el tamaño del atraso", opinó Amy Cheung, asesora principal de Asista, una organización que apoya a migrantes.

Cuando se toma una decisión, se aprueban un 85% de las solicitudes, lo malo es que hay pocas visas U disponibles. Eso al menos brinda protección contra la deportación y permiso para trabajar.

Aún así, puede llevar años ingresar a la lista, dejando a las personas vulnerables después de que la Administración Trump emitiera un memorando de 2019 que facilita la deportación de los solicitantes de visa U.

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Whitney Phelps, abogada gerente del Centro de Recursos de Inmigración de Pennsylvania, explica las dificultades cuando la gente considera la solicitud.

"Todo se reduce a lo que es mejor para el cliente, y para un cliente que literalmente no tiene otras opciones, y está dispuesto a esperar esos cinco años sin autorización de trabajo y correr el riesgo de ser puesto en proceso de deportación o incluso de Estados Unidos, la solicitamos", explicó Phelps.

Los solicitantes preocupados por ser deportados pueden temer menos con Biden, quien ha dicho que la prioridad son los migrantes que representan una amenaza.

La mujer liberiana que testificó sobre el asesinato de su novio presentó su solicitud de visa U en 2017. Mientras espera, tiene un beneficio: permiso para trabajar.

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Tiene trabajos a jornada completa como ama de llaves de hotel y asistente de salud en el hogar y espera que el Gobierno vea con buenos ojos su cooperación en un caso en el que tres hombres fueron a prisión.

"Nunca pedí nada cuando testifiqué", afirmó.

Su tiempo en el país no sido fácil: buscó asilo sin éxito, superó una adicción a drogas y sorteó problemas con la ley que la llevaron a largas estadías en la cárcel y de detención por ser inmigrante.

Ahora es voluntaria con quienes luchan contra la adicción y espera que una visa U allane el camino para acceder a un título universitario y le permita visitar a su hijo —ahora adulto— por primera vez desde 2001.

También le brindaría tranquilidad.

"Te pueden agarrar en cualquier momento para que te envíen de regreso a casa", recordó. "Se necesita mucho coraje porque es deprimente pasar por eso todos los días. La gente piensa que estás bien, pero tú no estás bien, porque piensas: ¿cuándo me atraparán?", concluyó.