Por primera vez, el Gobierno permitió este martes entrar a la prensa a su principal centro de detención para menores migrantes en Donna, Texas. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) permitió a varios medios, entre ellos, las agencias de noticias The Associated Press y Reuters, recorrer las instalaciones.
Las imágenes muestran tiendas de campaña saturadas, con niños y familias. En los espacios destinados a albergar a unas 250 personas hay más de 4,000.
También se pudo observar a los menores en una zona de juegos con colchonetas en el suelo para dormir.
Entre los niños más pequeños había una niña de 3 años bajo el cuidado de su hermano de 11 y un recién nacido con una madre de 17 años.
El martes, más de 4,100 personas estaban siendo alojadas en las instalaciones. De acuerdo con lo que vieron los periodistas, la mayoría eran niños no acompañados que son instalados allí antes de ser llevados a las instalaciones del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, en inglés), y antes de ser entregados a un familiar o patrocinador.
Las condiciones en las que están los niños
Los niños estaban siendo alojados en ocho módulos de plástico, cada uno de unos 3,200 pies cuadrados (unos 297 metros cuadrados). En muchos de ellos había más de 500 niños.
Oscar Escamilla, oficial ejecutivo en funciones de la Patrulla Fronteriza en el Valle del Río Grande, dijo que diariamente entran entre 250 y 300 niños y salen muchos menos, según los medios citados.
Los periodistas pudieron observar cómo eran tratados los niños. Estos entraron a una pequeña sala en la que les inspeccionaron la cabeza para ver si tenían piojos. Les lavaron el pelo con una manguera y tiraron las toallas en un bote de basura negra que decía "piojos".
También les hicieron un control de salud para ver si tenían sarna, fiebre u otra enfermedad. No les hicieron la prueba del COVID-19, al menos que tuvieran síntomas. Las enfermeras también les realizaron pruebas psicológicas, les preguntaron si tenían pensamientos suicidas y les quitaron las agujetas de los zapatos para evitar que se hicieran daño.
Más tarde, los niños fueron conducidos por un pasillo de pasto verde a una sala grande donde a los mayores de 14 años se les tomaron las huellas dactilares y una foto.
En una segunda sala, les entregaron avisos de comparecencia ante el tribunal de inmigración. Los agentes de la Patrulla Fronteriza les preguntaron si tenían un contacto en el país y les permitieron hacer una llamada. Les entregaron brazaletes con un código de barras que muestra cuándo se bañaron y sus condiciones médicas.
Hasta ahora, más de 2,000 niños han estado en las instalaciones de Donna por más de 72 horas, incluidos 39 durante más de 15 días.
Un alto funcionario fronterizo aseguró que se prevé que más de un millón de migrantes lleguen a la frontera este año. Esto reflejaría un aumento similar de cruces fronterizos a los de 2019 durante la presidencia de Donald Trump, cuando casi 978,000 migrantes fueron detenidos.
Con información de The Associated Press y Reuters.