El Gobierno de Joe Biden congelará de forma temporal una medida que modificaba el modo en que se procesan los pedidos de asilo en la frontera, según informó el diario Los Angeles Times citando fuentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés).
En qué consiste la medida paralizada
La medida, anunciada en marzo de 2022 y que entró en vigor el 31 de mayo, buscaba acortar el tiempo entre que un inmigrante cruza la frontera y la decisión de si debe ser deportado o puede permanecer en el país. Para ello, permitía a los oficiales federales de los servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, en inglés), y no sólo a los jueces migratorios, procesar las solicitudes de asilo.
Se les otorgaba un plazo de 90 días para resolver: en caso positivo, el migrante podía quedar en el país sin tener que presentarse ante una corte migratoria; en caso negativo, el caso pasaba a una corte migratoria que tenía también 90 días para tomar una decisión. Con ese sistema espera reducir a solo unos meses un proceso que en la actualidad puede demorarse varios años por la saturación de las cortes migratorias y el aumento en la llegada de solicitantes de asilo.
"Con esta norma estamos construyendo un sistema de asilo más funcional y sensato para garantizar que las personas que reúnen los requisitos recibirán protección con mayor agilidad, mientras que las que no reúnen los requisitos serán expulsadas rápidamente”, dijo al anunciarla Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional.
En la práctica, sin embargo, la nueva política apenas se comenzó a implementar: el Departamento de Seguridad Nacional sólo habilitó entrevistas con oficiales de asilo a adultos solteros que se dirigían a a Los Angeles, San Francisco, Boston, Nueva York y Chicago.
Por qué se paraliza ahora la medida
Las fuentes anónimas citadas por Los Angeles Times este miércoles indican que la paralización de la regla es temporal, con el objetivo de asegurarse de que las agencias federales se prepararen para el final del Título 42 el 11 de mayo. Esta política, aprobada en marzo de 2020 por el expresidente Donald Trump por la pandemia de COVID-19, permite la expulsión inmediata de la mayoría de migrantes llegados a la frontera alegando motivos de salud pública.
Defensores de migrantes han advertido que la paralización de la regla puede ser una señal más de que el Gobierno está abandonado sus esfuerzos para humanizar y mejorar el sistema migratorio y volviendo, en cambio, a políticas al estilo de la era Trump.

“Es trágico ver que la Administración abandona incluso un progreso mínimo a favor de reciclar las políticas de Trump que son intencionales en su crueldad”, dijo al periódico Los Angeles Times Heidi Altman, del Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes.
Altman dijo que la política tenía muchos problemas que necesitaban solución, pero que “representaba uno de los pocos esfuerzos de la Administración para priorizar que el proceso sea más humano”.