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EE.UU. expulsa a cubanos y nicaragüenses por el Título 42 tras un acuerdo con México

El Gobierno de Biden amplía la devoluciones de indocumentados tras llegar a un pacto que aún es secreto con las autoridades mexicanas y pese a que anunció el fin de esta medida.

Por Elliot Spagat y Christopher Sherman — The Associated Pres

El Gobierno de Joe Biden ha comenzado a expulsar a inmigrantes cubanos y nicaragüenses a México en virtud del Título 42, que permite rechazar en la frontera a solicitantes de asilo debido a la pandemia de coronavirus, ampliando así el uso de la norma pese a que anunció su intención de desactivarla en las próximas semanas.

Estados Unidos llegó a un acuerdo con México para expulsar hasta 100 cubanos y 20 nicaragüenses al día desde tres lugares: San Diego, en California; y El Paso y el valle del Río Grande en Texas.

Las expulsiones comenzaron el 27 de abril y terminarán el 22 de mayo, según informó un funcionario estadounidense a la agencia de noticias The Associated Press bajo condición de anonimato porque el acuerdo no se ha hecho público.

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Estados Unidos y México acordaron el 26 de abril expulsiones muy limitadas de cubanos y nicaragüenses, según un funcionario mexicano de alto nivel que habló bajo condición de anonimato por no estar autorizado a comentar públicamente.

La decisión fue motivada por el aumento del número de migrantes de esos dos países que llegan a la frontera con Estados Unidos.

Otro funcionario mexicano, tampoco autorizado a comentar públicamente, confirmó que hasta 100 cubanos y 20 nicaragüenses fueron expulsados en San Diego. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) no respondió a una solicitud de comentarios.

Hasta la semana pasada, México sólo aceptaba a guatemaltecos, hondureños y salvadoreños —además de los mexicanos— bajo la autoridad del Título 42. Otras nacionalidades están sujetas al Título 42, pero los costes, las tensas relaciones diplomáticas y otras consideraciones suelen dificultar su devolución a sus países.

Para Estados Unidos es casi imposible expulsar a los inmigrantes a Cuba o Nicaragua debido a las malas relaciones con esos Gobiernos. Esto ha supuesto un gran reto para la Administración, ya que cada vez más personas de esos países buscan refugio en Estados Unidos.

Los cubanos fueron detenidos por las autoridades estadounidenses más de 32,000 veces en la frontera con México en marzo, el doble que en febrero y más de cinco veces el recuento de octubre, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).

Nicaragua suavizó las restricciones de viaje desde Cuba en noviembre, facilitando a los cubanos continuar por tierra hasta la frontera estadounidense. La mayoría entra en Estados Unidos por Yuma, en Arizona, y Del Río, en Texas, o sus alrededores.

El mes pasado, Cuba y Estados Unidos dieron un paso tentativo hacia el descongelamiento de las relaciones y la reanudación de los esfuerzos conjuntos para abordar la migración irregular durante las conversaciones de más alto nivel entre estos países en cuatro años.

No hubo grandes avances, pero el mero hecho de que Estados Unidos mantuviera conversaciones sustantivas fue una señal de que las relaciones podrían mejorar bajo el mandato de Biden, después de haber estado profundamente congeladas bajo su predecesor, dijo el viernes el viceministro de Asuntos Exteriores, Carlos Fernández de Cossio.

“Parecen comprometidos. Han ratificado que están comprometidos con los acuerdos vigentes”, dijo Fernández de Cossio. “Así que no tenemos motivos para desconfiar de lo que dicen, pero el tiempo lo dirá”, agregó.

El fin del Título 42 se ha convertido en motivo de batalla política en ciernes de las elecciones de noviembre e incluso dentro del Partido Demócrata, por la preocupación de que Estados Unidos no esté preparado para el aumento temido de solicitantes de asilo.

Las autoridades interceptaron a 221,000 migrantes en marzo en la frontera, la cifra más alta en 22 años.

La Casa Blanca y el Departamento de Seguridad Nacional han respaldado públicamente la decisión de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) de poner fin a la medida porque ya no podía justificarse por motivos de protección de la salud pública.

Pero la práctica de expulsar a cubanos y nicaragüenses va en contra de las declaraciones públicas de la Administración de que estaba eliminando el uso de los poderes de la pandemia para prepararse para el 23 de mayo. El periódico The Washington Post informó el miércoles que Estados Unidos y México llegaron a un acuerdo para hacerlo con los cubanos y nicaragüenses.

Estados Unidos ha expulsado a los migrantes más de 1.8 millones de veces en virtud de la autoridad del Título 42 desde marzo de 2020, anulando de hecho los derechos a solicitar asilo en virtud de la legislación estadounidense y de los tratados internacionales. Al hacerlo, los migrantes no están sujetos a la ley de inmigración, que incluye los derechos a buscar protección contra la persecución.

La Administración de Biden dijo en los archivos judiciales que comenzó a procesar más adultos centroamericanos bajo las leyes de inmigración después del anuncio del CDC el 1 de abril. Pero un juez federal de Louisiana dictaminó la semana pasada que no se podía empezar a retirar el Título 42 mientras estuviera en vigor.

El juez de distrito Robert Summerhays criticó duramente la decisión de los CDC, sugiriendo que intentaría mantener el Título 42 en vigor después del 23 de mayo. Se ha programado una audiencia el 13 de mayo para los argumentos orales.

Marisa Limón, directora de promoción y planificación del Hope Border Institute, dijo que los defensores comenzaron a enterarse de las expulsiones de cubanos y nicaragüenses de El Paso el lunes y confirmaron la nueva práctica con funcionarios estadounidenses.

Limón dijo que la Administración está “tratando de sacar hasta la última gota del Título 42” antes de que expire. Lo calificó de “aleccionador”, pero coherente con sus esfuerzos para que otros países del hemisferio occidental asuman más responsabilidad en la acogida de personas que huyen de sus hogares.