Los presidentes de Estados Unidos y México, Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador, hablaron en una llamada telefónica este martes sobre la situación en la frontera y las medidas que están poniendo en marcha ambos países ante el final del Título 42 este jueves y la llegada masiva de inmigrantes que esperan ya para cruzar a EE.UU.
López Obrador (apodado AMLO) informó por la red social Twitter que Biden y él habían conversado "alrededor de una hora" sobre la frontera y otros temas como la crisis del fentanilo que azota Estados Unidos, un potente opioide cuyas muertes por sobredosis aumentaron casi un 300% en los últimos siete años.
El mandatario mexicano no ofreció más detalles sobre los planes de ambos países para abordar la crisis humanitaria en la frontera.
La llamada se produjo dos días antes de que termine el Título 42, una medida sanitaria activada por el expresidente Donald Trump en marzo de 2020, al inicio de la pandemia del COVID-19, que ha permitido a las autoridades federales expulsar de forma rápida a más de dos millones de solicitantes de asilo en la frontera.
Biden intentó en repetidas ocasiones poner fin a esta medida, pero sus planes se retrasaron por la batalla legal emprendida en distintas cortes por estados republicanos. Cuando la pandemia se desvaneció y la Corte Suprema eliminó el caso de su agenda, el Gobierno fijó finalmente el final de esta norma para el 11 de mayo.

Ante el temor a un aumento récord de llegadas de migrantes tras el fin del Título 42, Biden acordó con López Obrador la semana pasada nuevas políticas para que México reciba más migrantes expulsados de ciertas nacionalidades, y ofrezca visas de residencia y trabajo.
López Obrador ha solicitado en ocasiones anteriores al Gobierno estadounidense que contribuya con más ayuda para el desarrollo en Centroamérica para que sus residentes no tengan que migrar.
Con este acuerdo, México seguirá aceptando a los inmigrantes de Venezuela, Haití, Cuba y Nicaragua rechazados en la frontera, como viene ocurriendo desde octubre de 2022 en el caso de los venezolanos, y desde enero para el resto de las nacionalidades.
Además, las autoridades mexicanas permitirán que hasta 100,000 personas de Honduras, Guatemala y El Salvador que tengan familia en Estados Unidos puedan vivir y trabajar en su territorio. Esto coincide con un anuncio reciente de un nuevo programa de parole en EE.UU. para personas de estos países.
El Gobierno de Biden también informó la semana pasada de que abrirá centros de procesamiento de solicitantes de asilo en países de Centroamérica y Latinoamérica para iniciar los trámites (o denegarlos) para disuadir a los migrantes de viajar a la frontera.
López Obrador exhortó el lunes a los migrantes a no usar a coyotes para viajar hacia la frontera estadounidense y criticó las propuestas de legisladores republicanos para dificultar el proceso de asilo.