El presidente, Joe Biden, llegó a suelo mexicano este domingo por la noche en su primera visita al país desde que asumió la presidencia de Estados Unidos. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lo recibió con un apretón de manos al bajar del avión presidencial Air Force One, en el nuevo Aeropuerto de Santa Lucía, cerca de la capital.
Se trata de la primer visita de un líder estadounidense al país vecino desde hace una década.
Biden llegó este domingo para participar en la Cumbre de Líderes de Norteamérica con López Obrador y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, con quienes tratará asuntos migratorios, económicos y de narcotráfico.
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"Llega a nuestro país un buen amigo de México: el Presidente Joe Biden de los Estados Unidos de América. Lo recibimos con gusto y todo afecto", tuiteó el canciller mexicano, Marcelo Ebrard.
Biden tuiteó por su parte que la reunión "profundizará nuestra coordinación y promoverá nuestras prioridades compartidas para Amércia del Norte".
Biden arribó al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles a solicitud expresa del presidente López Obrador, para quien era una cuestión política importante tener al mandatario en uno de sus proyectos de infraestructura insignia y más polémicos por la cancelación de un nuevo aeropuerto que había encargado construir su antecesor.
Luego, el mandatario estadounidense se trasladó al Hotel Intercontinental en la Ciudad de México a bordo de una limusina fuertemente escolatada. Las inmediaciones del hotel también fueron aseguradas por cientos de agentes mexicanos y miembros del Servicio Secreto de Estados Unidos.
La llegada de Biden estuvo precedida por su primera visita a la frontera con México y de anuncios importantes que constituyeron un guiño a las relaciones bilaterales entre los dos países.
Días antes, Biden anunció un importante cambio en la política migratoria, que López Obrador aplaudió, aunque fue criticado por organizaciones de derechos humanos. Se espera que la medida aumente las devoluciones de migrantes a México en la frontera a cambio de más visas.
En México, las fuerzas armadas del país detuvieron a Ovidio Guzmán, uno de los hijos del encarcelado narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, a pesar de que los sicarios del Cártel de Sinaloa intentaron evitarlo y el operativo costó 30 vidas. El ratón, como le apodan, es buscado por Estados Unidos por tráfico de drogas.
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Ambos presidentes, junto con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se reunirán en la Ciudad de México el lunes y martes para una cumbre norteamericana en la que, a pesar del reciente acuerdo migratorio, habrá muchos temas sobre la mesa: el cambio climático, la producción industrial, comercio, economía y cómo incrementar la influencia, integración, crecimiento y competitividad de América del Norte.
Biden estuvo antes en el sur de Texas, donde visitó la frontera con México por primera vez desde su llegada a la Casa Blanca en enero de 2021 y se reunió con funcionarios de su Gobierno, agentes fronterizos, y defensores de los derechos humanos en la ciudad de El Paso, actual epicentro de la crisis de migrantes.
Se espera que la migración irregular de personas que cruzan de México a Estados Unidos sea uno de los principales temas de la reunión bilateral entre Biden y López Obrador el lunes por la tarde, antes de que Trudeau se les una para una cena entre los tres líderes.
El martes tendrá lugar la reunión bilateral de Biden y Trudeau y luego celebrarán una junta tripartita. Las reuniones entre los tres líderes norteamericanos se retomaron en noviembre en Washington después de cinco años. El miércoles será el encuentro México-Canadá.
Para Washington, los principales temas serán la migración, el narcotráfico y el impulso de Biden a los vehículos eléctricos y a la producción industrial.
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López Obrador aspira a plantear que se desarrolle un gran plan regional de apoyo a los pobres del continente y se trate en términos de igualdad a todos los países latinoamericanos.
Además, México está buscando fondos para impulsar proyectos de energía solar y explotación de litio en medio de la controversia comercial en torno a sus leyes del sector eléctrico. Tanto Estados Unidos como Canadá consideran que esas normas violan el acuerdo de libre comercio norteamericano, el T-MEC, al considerar que privilegian a las empresas estatales mexicanas frente a las compañías privadas, más interesadas en invertir en energías limpias.
En cuanto a Canadá, el objetivo es simplemente “ganar algo de atención y espacio en esta cumbre”, comentó Louise Blais, una experimentada diplomática canadiense.
“El pragmatismo del negocio va a predominar”, consideró José María Ramos, investigador del Colegio de la Frontera Norte, una universidad especializada en temas transfronterizos.