IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Conozca a las latinas que idean el mundo artístico del futuro

Cada vez hay más hispanas en puestos de liderazgo en instituciones culturales de Estados Unidos, donde pueden promover mayor diversidad directamente "en la mesa donde se visualizan el presente y futuro de los museos".

CIUDAD DE MÉXICO.- El mundo artístico estadounidense ha sido poco diverso desde hace mucho tiempo: a pesar de la cantidad de artistas y arte de diferentes grupos raciales y étnicos, que ofrecen perspectivas variadas, pocas de esas obras han llegado a las grandes salas de los principales museos.

Eso sucede, en parte, porque la gran mayoría de quienes deciden qué será exhibido han sido personas blancas no hispanas.

Pero eso está cambiando.

En los últimos años han llegado a puestos de curaduría artística algunas voces latinas importantes, que a su vez están destacando arte latino en espacios donde tradicionalmente no se veía.

Un ejemplo es E. Carmen Ramos, dominicana-estadounidense que el año pasado fue nombrada para dirigir el departamento de arte y conservación de la National Gallery of Art. Esa galería, ubicada en Washington D.C., contiene más de 150,000 obras (incluido un jardín de esculturas).

"¿No es súper poderoso pensar que eso se logró? ¿Que alguien como yo, una mujer nacida de padres migrantes, ahora está a cargo de eso?", recalca Ramos en una entrevista con Noticias Telemundo.

Tres mujeres latinas (la primera joven, con anteojos y cabello ondulado; la segunda con cabello corto; la tercera con anteojos y cabello largo rizado canoso) que son curadoras de arte
Las curadoras de arte Margaret Salazar-Porzio, Elizabeth Ferrer y E. Carmen RamosIlustración: Shoshana Gordon/Axios. Fotos: Instituto Smithsonian, National Gallery of Art, Neilson Barnard/Getty Images

Agrega que con nombramientos como el suyo "los artistas Latinx pueden esperar una mayor visibilidad para su trabajo, tener expectativa de que hay mayor respeto y entendimiento a las aristas y los matices de los significados de sus obras".

Abriéndose camino

En julio, el Museo Whitney en Nueva York, la destacada institución que organiza la popular Bienal de arte estadounidense contemporáneo, también ascendió a una latina: Marcela Guerrero, que ahora está en el cargo de curadora asociada.

Guerrero está organizando dos grandes exposiciones de arte latino: una se centra íntegramente en la artista de performance Martine Gutierrez, y otra de artistas boricuas para el quinto aniversario del huracán María. La segunda "es la primera exhibición enfocada en arte puertorriqueño en ser organizada por un gran museo estadounidense en casi medio siglo".

El año pasado también fue publicado el libro Latinx Photography in the United States: A Visual History, de la curadora de arte contemporáneo Elizabeth Ferrer, el primer compendio de su tipo que hace un recuento de las contribuciones latinas al desarrollo de la fotografía estadounidense.

La portada del libro sobre fotografía de latinos estadounidenses, por Elizabeth Ferrer.
La portada del libro sobre fotografía de latinos estadounidenses, por Elizabeth Ferrer.Cortesía de UW Press

Y una exposición con co-curaduría de la mexicano-estadounidense Terezita Romo fue inaugurada este domingo 6 de febrero en el Museo de Arte de Denver.

Dice ser la primera exhibición de su tipo –en todas las Américas– centrada en Malintzin (o La Malinche). Esta muestra reúne piezas de artistas latinos en Estados Unidos y Latinoamérica que exploran el efecto que ha tenido en ellos la historia de aquella mujer indígena multilingüe que dejó un legado polémico, dado que fue intérprete para Hernán Cortés y dio a luz a un hijo suyo, considerado por algunos la primera figura del mestizaje.

Poder de decisión

Curadores e historiadores del arte latinos y latinas han fundado y dirigido importantes instituciones hispanas en el pasado, como El Museo del Barrio, en Nueva York, o el Museo Mexicano, en San Francisco.

Pero los nombramientos y trabajos más recientes se han producido en esferas más convencionales y de público más general. Y es ahí donde por mucho tiempo han hecho más falta.

Un sondeo de 2019 hecho por la Fundación Mellon arroja cifras espeluznantes sobre la demografía de las personas a cargo de museos de arte alrededor de Estados Unidos.

El 72% de todas las personas que trabajan en ellos es blanca no hispana, pero la disparidad es todavía mayor en puestos de liderazgo.

En esas posiciones –la persona encargada de curaduría o de los programas educativos, por ejemplo– el 80% de las personas son blancas no hispanas.

"No estamos cerca de la paridad", dice Ramos, ni de que la realidad demográfica del país (los latinos suman casi 19% de la población) se vea reflejada en esas instituciones.

Aunque "sí ha aumentado cuántos somos en los últimos años", celebra la curadora afrolatina, "y en gran medida en puestos como el mío, en organizaciones o departamentos que no son culturalmente específicos".

Agrega que "es esperanzador ver a más y más gente de ascendencia latina en estas posiciones importantes donde se puede trabajar para crear cambios desde dentro", teniendo poder de decisión "en la mesa donde se visualizan el presente y futuro de los museos".

Pero los números todavía demuestran que queda mucho por hacer.

Atrapados por los mercados

La falta de voces diversas no solo se ve del lado de liderazgo de los museos.

También es notoria en la falta de colecciones artísticas con obras hechas por latinos, o las poquísimas exposiciones en las que todas las obras en exhibición son de alguien de orígenes latinos.

Parte del problema se debe al arte latinoamericano, según argumenta la antropóloga de la Universidad de Nueva York Arlene Dávila.

La también profesora de NYU entrevistó a curadores de muchas instituciones, a artistas y a organizadores de ferias de arte para estudiar por qué los creadores y artistas de origen latino han quedado marginados por tanto tiempo. Los hallazgos forman el libro Latinx Art: Artists/Markets/Politics, publicado en 2020.

Ahí Dávila dice que hay una impresión equivocada de que la mayoría del arte latino recibe reconocimiento porque obras de artistas latinoamericanos históricos, como Frida Kahlo, rompen récords en subastas u obras de artistas latinoamericanos actuales pero ya bien establecidos son piezas centrales en ferias.

Es decir, parece que el mercado de arte está valorando todas las creaciones latinas.

Pero en realidad, Dávila encontró que muchísimos artistas latinos –sobre todo aquellos basados en Estados Unidos, usualmente más jóvenes y menos conocidos en el mainstream– se quedan en la periferia.

Por desconocimiento y porque no hay tantas personas dentro de museos que ya saben quiénes son esos artistas, ese arte no es sumado a colecciones, no es exhibido por sí solo, no es publicado en libros de arte, y no es avaluado como para saber cuánto vale y cuánto debe valer monetariamente.

Para cambiar eso "todo tipo de instituciones culturales necesitan contratar a profesionales latinos, coleccionar arte latino, buscar a académicos que hayan estudiado las expresiones culturales latinas", dice Ramos. Pero, sobre todo, "necesitan darse cuenta de que nuestro sentido de la realidad o de lo que es importante está incompleto sin esa representación".

Un museo para el futuro

Hace más de un año se aprobó una ley para crear el Museo Nacional del Latino Estadounidense, después de décadas de esfuerzos de activistas. A principios de febrero, el cubano-estadounidense Jorge Zamanillo fue designado como director permanente para la futura institución.

El museo será parte de la red Smithsonian, y promete resarcir lo que un reporte de los años 90 calificó como "descuido deliberado" hacia las contribuciones de los hispanos al arte, la cultura y la historia.

Sin embargo, sigue estando a años de existir formalmente: hasta diciembre de este año se determinará el sitio en el cual será construido, y faltará ir recaudando suficiente dinero para que la construcción comience y termine.

Por lo pronto, están aquellas latinas abriéndose camino en las mesas donde se toman las decisiones.

“El arte latino es para todos”, concluye Ramos, porque “el trabajo y las ideas de los artistas nos ayudan a comprender nuestro mundo y sociedad, pasado y presente”.