Por Alicia Victoria Lozano - NBC News
Montgomery Garnett se aferró a su incienso, intentando en silencio convencer a los agentes de policía de Los Ángeles de que no estaba infringiendo ninguna ley al sentarse en la acera.
Todos los días enciende un incienso en la misma esquina en el corazón del vecindario de Skid Row, a menos de una milla de los restaurantes japoneses de moda de Little Tokyo y los lugares de moda del Distrito de las Artes.
Garnett, un veterano de la Infantería de Marina que ha vivido en Skid Row durante 17 años, dijo que el incienso es una ofrenda a sus vecinos sin hogar. “Rezo por la gente de aquí”, dijo. “Hay mucha gente muriendo en estas calles”, contó.
El barrio de Skid Row ha estado sumido en la miseria y el abandono en los últimos tiempos, y los funcionarios de la ciudad siguen intentando sin éxito resolver la falta de vivienda de miles de personas desamparadas.
La crisis no ha hecho más que profundizarse a lo largo de los años y se ha extendido más allá de los límites de Skid Row hacia vecindarios aburguesados o prósperos. Allí hay ahora tiendas de campaña que obstruyen las aceras y personas sin hogar que buscan refugio en los automóviles.
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A medida que el problema crece, los funcionarios de la ciudad se concentraron en una nueva estrategia para despejar los antiestéticos campamentos, mientras que los proveedores de servicios advierten que ya no hay suficientes viviendas, ni temporales ni permanentes, para ofrecer.
“La política de criminalizar la falta de vivienda nunca ha funcionado”, dijo Georgia Berkovich, directora de asuntos públicos de The Midnight Mission, que ofrece servicios sociales y de emergencia a las personas sin hogar. “Necesitamos más camas. Necesitamos más viviendas”, puntualizó.
La política de criminalizar la falta de vivienda nunca ha funcionado"
Georgia Berkovich The Midnight Mission
Durante el verano, el Ayuntamiento de Los Ángeles adoptó una ordenanza para prohibir que las personas sin hogar duerman en lugares específicos al aire libre, incluidas ciertas aceras y parques. La ordenanza vino con la promesa de adoptar un “enfoque informado” sobre el problema. Pero incluso antes de que el consejo adoptara la ordenanza, las fuerzas de seguridad ya estaban levantando los campamentos.
Las protestas estallaron en marzo cuando activistas y defensores de la vivienda se enfrentaron con la policía que intentaba retirar las tiendas de campaña y otras pertenencias de un gran campamento en Echo Park, un vecindario cerca del centro.
“Fue el cierre más militarizado de un campamento que he presenciado”, dijo Carter Hewgley, director de iniciativas para personas sin hogar de United Way of Greater Los Angeles.
El alguacil de Los Ángeles, Alex Villanueva, fue visto repetidamente durante el verano trabajando junto a los agentes para barrer los campamentos del área de Venice Beach, popular entre los turistas y los residentes adinerados.
“Ha habido una oleada de indignación pública pero, francamente, cuando solo eran personas negras y latinas confinadas en Skid Row, a nadie le molestaba demasiado”, dijo John Maceri, director ejecutivo de The People Concern, una organización de servicios sociales. “A medida que comenzamos a ver que la falta de vivienda en las calles se expandía por toda la ciudad y el condado en grandes cantidades, el público realmente comenzó a prestar atención”, detalló.
Una montaña rusa de decisiones
A lo largo de la historia de Los Ángeles, el enfoque de la ciudad para abordar la falta de vivienda ha sido como una “montaña rusa”, dijo Maceri.
En la década de 1970, los planificadores de la ciudad empujaron deliberadamente a las personas sin hogar más al este hacia Skid Row y lejos del distrito comercial bajo un plan conocido como la “estrategia de contención”. La idea era dar un impulso a los negocios del centro eliminando los signos de deterioro.
En 1984, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano denominó al condado de Los Ángeles como “la capital de las personas sin hogar de los Estados Unidos”, marcando el comienzo de una nueva era que empoderó a las autoridades locales para deshacerse de los campamentos.
Este enfoque continuó en la década de 1990 y principios de la de 2000, pero continuó el problema de la falta de vivienda.
Miles de unidades asequibles y casas diminutas
La vivienda asequible ha sido durante mucho tiempo un desafío en California y la mayor parte de Los Ángeles, con un costo típico de 900,000 dólares por una propiedad, según datos recientes de Zillow.
Con esto en mente, el concejal Kevin de León, cuyo distrito incluye Skid Row, se fijó la meta de agregar 25,000 unidades para personas sin hogar para 2025.
En septiembre, su oficina inició la construcción de un nuevo proyecto en el vecindario de Eagle Rock, que proporcionará 100 camas, que se suman a las 117 casas diminutas ya construidas en el vecindario cercano de Highland Park.
Acusaciones cruzadas, perspectivas distintas
De León se encontraba entre la mayoría de los concejales que votaron a favor de la ordenanza contra los campamentos en julio, y que luego apoyaron su ampliación. Recientemente se enfrentó a activistas de Street Watch Los Ángeles, un grupo de defensa vinculado a los Socialistas Democráticos de América, a quienes acusó de “sobornar” a personas sin hogar para que permanecieran en las calles.
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Los miembros del grupo niegan las afirmaciones y dijeron en un comunicado enviado por correo electrónico que las nuevas zonas de prohibición de acampar cerca de Skid Row son “la versión actual de la misma estrategia racista de ‘desterrar, criminalizar, contener’ utilizada durante décadas”.
“Seamos claros: estas opciones son temporales y carcelarias, sin un camino claro hacia la vivienda permanente en el horizonte”, se lee en parte del comunicado.
El concejal Mike Bonin, que votó en contra de la ordenanza contra los campamentos, teme que la estrategia actual de la ciudad sea más una “curita” que un alivio a largo plazo. “La ciudad está girando en gran medida para resolver el problema de los campamentos y no el problema de la falta de vivienda”, dijo.
La ciudad está buscando resolver el problema de los campamentos y no el problema de la falta de vivienda”
concejal Mike Bonin
“Están motivados por una preocupación genuina por la crisis de salud pública y la preocupación por las personas que viven en las calles, pero no responde al problema de manera adecuada”, opinó.
“Una marca indeleble vergonzosa”
La falta de vivienda en Los Ángeles se ha vuelto endémica a lo largo de las generaciones, convirtiéndose en un espectáculo usual, aunque vergonzoso, para los millones de personas que viven en la región.
Impulsados por la escasez de viviendas asequibles y el desmantelamiento de los servicios sociales, las tiendas de campaña y los campamentos han proliferado en Los Ángeles, incluso cuando las iniciativas aprobadas por los contribuyentes canalizan dinero hacia nuevas opciones de vivienda.
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De León dijo que los residentes de Los Ángeles han sido “muy generosos” con su dinero al financiar estas medidas, pero “la ciudad puede hacerlo mucho mejor”.
A nivel nacional, alrededor de 580,466 personas quedaron sin hogar en 2020, según el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano. Más de una cuarta parte de ellos están en California, o unas 161,548 personas. De ellos, casi 64,000 viven en el condado de Los Ángeles.
Cada día, albergues y organizaciones trabajan para alojar temporalmente a personas que viven en las calles, pero cada día más personas quedan sin hogar. En promedio, 207 personas son relocalizadas cada día en algún espacio en el condado, pero al mismo tiempo, 227 personas se quedan sin hogar, según la Autoridad de Servicios para Personas sin Hogar de Los Ángeles, una agencia creada por la ciudad y el condado.
“Es nuestra marca indeleble vergonzosa”, dijo de León.