Kayla y Nathan Dahl estaban dormidos en su cama una madrugada cuando su hijo de 2 años se acercó y con dos palabras salvó su vida.
"Mamá, caliente", dijo Brandon, mientras jalaba el pie de su madre.
Kayla Dahl, de 28 años, dijo que pensó en un primer momento que su hijo solo quería que le quitaran la pijama. Segundos después se dio cuenta de lo que su casa en Alvord, Texas, estaba en llamas.
Los detectores de humo no se habían activado y el matrimonio tampoco olió el humo: "Todavía nos estamos recuperando del COVID-19, perdimos el sentido del gusto y el olfato", explicó Kayla Dahl en una entrevista en el diario The Washington Post.
La pareja y sus cinco hijos lograron escapar ilesos por la puerta principal pero toda su casa fue consumida por las llamas.
"Reemplazar esas posesiones va a ser un camino largo y difícil pero, de no haber contado con ese ángel guardián que es mi hijo, no sé dónde estaríamos", dijo la madre.
Esa mañana del pasado 15 de enero Brandon no estaba durmiendo en la habitación que comparte con uno de sus hermanos mayores, dijo Dahl. No se sentía bien la noche anterior, por lo que durmió en la sala de estar que se conecta con la habitación de sus padres, donde ellos podían monitorear mejor su estado de salud.
Alrededor de las 4:30 de la mañana, Brandon logró salir de la sala, que ya estaba en llamas, para alertar a sus padres del incendio.
"De alguna manera, por la gracia de Dios, pudo salir de la sala, que estaba casi completamente incendiada... es un milagro", dijo Dahl.
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La familia llamó al teléfono 911 de emergencias y salió corriendo de la casa. Aunque los detectores de humo, que la pareja dice que habían revisado recientemente, no se activaron, Dahl dijo que la familia había practicado simulacros de incendio y rutas de escape.
Fueron a casa de sus vecinos a esperar que llegaran los bomberos, mientras las llamas devoraban la vivienda de tres dormitorios en la que habían vivido casi seis y años, y destruía además el automóvil y la camioneta familiar, según la madre.
La pareja y sus tres hijos viven ahora con sus vecinos hasta poder encontrar una casa de alquiler, y usar vehículos prestados a sus amigos y familiares para hacer recados. La mejor amiga de la señora Dahl creó una página de GoFundMe para ayudar a la familia.
El próximo fin de semana planean organizar una pequeña fiesta para Brandon: "No creo que entienda del todo el impacto de lo que hizo y lo bueno que es. Pero disfruta de la atención. Si vamos a Walmart o a la gasolinera, y alguien nos reconoce por las noticias, le dan palmaditas en la espalda y le dicen: '¡Eres un héroe!", dijo Dahl.
Con información de WHIO TV, The Washington Post y USA Today