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Sobrevivientes del edificio de Surfside intentaron salvar a sus perros, gatos y loros: fue imposible por la decisión de un juez

“Hicimos todo lo que pudimos”, dice la alcaldesa: los equipos de rescate entraron en el edificio y rastrearon debajo de las camas. Pero tras un avistamiento esperanzador, llegó la tragedia.

La demolición de lo que quedaba en pie del edificio de Surfside, cuyo derrumbe el pasado 24 de junio causó 27 muertos y 118 desaparecidos, permitió a los equipos de rescate volver a trabajar en la búsqueda de posibles supervivientes, pero no ha estado exenta de drama y polémica: vecinos del condominio que lograron salvar la vida en la noche de la tragedia intentaron impedir en los tribunales que el derrumbe controlado se llevara a cabo sin salvar antes a todos los animales domésticos que dejaron atrás. 

La aparición de un gato el sábado por el balcón de una de las viviendas que no se vinieron abajo dio esperanzas a los vecinos que no pudieron llevarse consigo a sus animales cuando evacuaron de emergencia el condominio.

Entre las mascotas que quedaron en las viviendas había al menos un perro en la novena planta y dos loros y un gato en la décima, dijeron las autoridades. 

 

 

La llegada de la tormenta tropical Elsa, que amenaza con descargar fuertes lluvias acompañadas de violentas rachas de viento en el sur de Florida, precipitó la decisión de derribar lo que quedaba del complejo residencial, ante el peligro que suponía para los equipos de emergencia.

El mismo día que se avistó al gato paseando por un balcón, la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, aseguró que se habían realizado al menos tres inspecciones para encontrar mascotas. En ellas se usaron cámaras especializadas y drones, pero ningún animal fue encontrado. 

[La mayoría de la junta directiva del edificio de Surfside dimitió en 2019 ante las disputas por las reparaciones]

Los ingenieros "son conscientes [de que puede haber mascotas vivas] y hacen todo lo posible para hacer una búsqueda adicional", garantizó la alcaldesa durante el fin de semana. Sin embargo, descartó que se llevara a cabo un registro puerta a puerta por el riesgo que deberían enfrentar los rescatistas.

Un bombero, subido a una grúa, trató la semana pasada de encontrar a Coco, el gato de dos mujeres que vivían en un apartamento de la cuarta planta de la torre que se mantuvo en pie. Ambas lograron escapar con su perro, Rigatoni, pero no tuvieron tiempo de llevarse al felino.

 

 

Cuando las autoridades confirmaron que se iba a producir la demolición, un grupo de vecinos llevó el caso ante un juez de Miami para paralizar los planes. Una demandante afirmó que estaba dispuesta a entrar personalmente y que aceptaba el riesgo que conlleva rescatar a su mascota.

Pero el juez Judge Michael Henzman les denegó su petición, después de que las autoridades confirmaran que no habían encontrado ningún animal pese a realizar, finalmente, una búsqueda en cada departamento, incluso mirando debajo de las camas.

"Hicimos todo lo que pudimos para encontrar las mascotas que hubieran podido quedar dentro del edificio antes de la demolición", aseguró la alcaldesa este lunes, "la decisión de derrumbar el edificio fue extremadamente difícil, no fue tomada a la ligera". 

["Cuídense y tengan cuidado". Biden ofrece en Surfside su respaldo a las familias y rescatistas]

Con la detonación de los explosivos situados en el interior de la estructura la noche del domingo, quedaron atrás las esperanzas de reencontrarse con estos miembros tan especiales en el seno de cada familia. 

"La gente depende de ellos para su estabilidad mental y su consuelo", dijo Ken Russell, un funcionario municipal  de Miami, "saber que han dejado a su animal es un sentimiento de culpa tremendo".

Con información de AP y NBC News.