La población blanca de Estados Unidos disminuyó un 8.6% en la última década, según los nuevos datos del Censo publicados este jueves, mientras aumentó la diversidad racial por una mayor presencia de minorías como la hispana.
El Censo de 2020 contabilizó a 331.5 millones de ciudadanos, un aumento del 7.4% con respecto a la década anterior, una cifra menor a la registrada en 2010, cuando creció un 9.7%. Es la segunda vez en la historia que la población creció de forma más lenta durante un período de 10 años.
Los latinos, que engloban a personas de cualquier raza, llegaron a los 62.1 millones, un aumento del 23%. Los hispanos son, además, el principal grupo racial que vive en los condados del sur de California, Nuevo México, el oeste y el sur de Texas y algunas zonas de Florida. Sin embargo, destaca que representan el segundo grupo más común que reside en el Oeste y el Medio Oeste del país.
La población blanca siguió siendo el grupo racial o étnico más numeroso en Estados Unidos, con 204.3 millones de personas que se identificaron solamente como blancas. En total, 235.4 millones de personas se declararon blancas solamente o en combinación con otro grupo.
Las personas que se identificaron como asiáticas únicamente o junto a otra raza supusieron 24 millones, el segundo grupo más importante.
El Censo de 2020 modificó el procedimiento de autoidentificación en función de la respuesta a dos preguntas sobre el origen hispano y la raza. Esto reveló que "la población estadounidense es mucho más multirracial y más diversa de lo que medíamos en el pasado", destacó la oficina en un comunicado.
El 86.3% de la población vive áreas metropolitanas y las 5 ciudades más habitadas son Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Houston y Phoenix. Por primera vez, además, la 10 ciudades con más residentes tienen más de 1 millón de personas.
El Censo de 2020 también desveló que el 52% de los condados de todo el país vieron decrecer a su población en los últimos 10 años, mientras que el condado de The Villages, en Florida, es el que creció más rápido en este período con un 39%.
Los resultados detallados del censo de población a nivel local llegan con meses de retraso debido a la pandemia del COVID-19, lo que significa que el complejo proceso y a veces secreto de determinar los límites de los distritos del Congreso ocurrirá con rapidez.
Este procedimiento se realiza una vez cada década y coincide con el censo decenal, un recuento de población que decide desde la representación en el Congreso hasta el reparto de las ayudas federales.
La redistribución de distritos tiene el poder de dar forma a las elecciones durante años. Pero en este ciclo, hay más en juego que nunca, según expertos y activistas por el derecho al voto.
También es la primera vez que se produce el proceso de redistribución de distritos desde que la Corte Suprema eliminó protecciones federales clave contra mapas discriminatorios en 2013, al tiempo que dio luz verde al gerrymandering partidista en 2019, dejando a los activistas temerosos de que los límites podrían diluir significativamente el poder político de las personas de color, incluso cuando las minorías están impulsando el crecimiento de la población del país.
"Desde el punto de vista de los votantes de color en el sur, un tren se dirige por las vías y hemos podido verlo venir durante mucho tiempo. La realidad es que en lugares del sur no se puede hacer un gerrymander partidista sin apuntar a votantes de color", afirmó Michael Li, experto en redistribución de distritos y abogado principal del Centro Brennan para la Justicia de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York. "Debido a la segregación residencial, es más fácil separar o agrupar comunidades de color para mover el dial", añadió.
¿Qué es el gerrymandering?
El gerrymandering, un termino que describe la manipulación en la delimitación de los mapas electorales del país, es tan antiguo como la política estadounidense.
Pero la tecnología y los datos han hecho posible que los legisladores dibujen mapas de distritos con una precisión cada vez mayor. Los expertos y críticos argumentan que dejar que los legisladores tracen los límites de los distritos les permite elegir a sus propios votantes, mientras que las personas que hacen el gerrymandering tienden a argumentar que los votantes los eligieron y les dieron el poder de hacer lo que consideren oportuno.
Y aunque históricamente ambos partidos han sido culpables de esta manipulación, los republicanos invirtieron mucho en campañas para las legislaturas estatales antes del último ciclo y ganaron las votaciones que les ayudaron a asegurar el control del proceso. "El que controla la redistribución de distritos puede controlar el Congreso", escribió el estratega republicano Karl Rove en la primavera de 2010, describiendo el proceso en un artículo de opinión para The Wall Street Journal.
Los mapas que dibujaron los republicanos el año siguiente le dieron al Partido Republicano una ventaja significativa en la última década. Un análisis de la agencia de noticias The Associated Press reveló que en las elecciones de 2016, los republicanos obtuvieron hasta 22 escaños adicionales en la Cámara de Representantes por encima de lo que se hubiera esperado según el porcentaje promedio de votos en los distritos del Congreso de todo el país.
En el ciclo de redistribución de distritos de este año, los republicanos volverán a controlar gran parte del proceso. Los legisladores republicanos están encargados de trazar 187 distritos de la Cámara Baja en comparación con los legisladores demócratas, que controlan el trazado de 75 distritos, según un análisis de Kyle Kondik, del Centro de Política de la Universidad de Virginia.
Los otros 173 límites los trazan los estados con control dividido, comisiones independientes o no se hace ningún mapa porque son estados de un solo distrito. Eso se debe en parte a que los votantes en algunos estados han entregado el control de sus procesos de redistribución de distritos a las comisiones, argumentando que los votantes o los comisionados designados pueden trazar mejores líneas de distrito que los políticos que tienen intereses creados en dibujar mapas que les ayuden a mantener el poder.
En otro artículo de opinión para The Wall Street Journal de este año, Rove argumentó que los demócratas se estaban impulsando a sí mismos en la elaboración de mapas incluso cuando denunciaron el gerrymandering.
"La verdad es que ambas lados usan la redistribución de distritos para mejorar su posición. Sin embargo, solo uno pretende ser más santo que tú en el proceso", explicó.
¿Qué se espera que muestren los datos del Censo y qué sigue en el proceso?
Los datos muestran, de la manera más precisa posible, dónde vive la gente, detallando la composición étnica, racial y en edad de votar de los vecindarios.
Los datos se entregarán a los dibujantes de mapas, las legislaturas estatales y las comisiones independientes, que luego se propusieron crear distritos de la Cámara Baja de igual tamaño, de modo que los 435 miembros representen aproximadamente el mismo número de votantes.
En abril, la Oficina del Censo publicó los totales de población estatal que determinan el número de escaños de la Cámara de Representantes de cada estado, con solo siete escaños moviéndose entre 13 estados, el cambio más pequeño desde que se adoptó el modelo actual de distribución del Congreso en la década de 1940.
Texas fue el que más ganó, obteniendo dos escaños en la Cámara de Representantes. Colorado, Montana, Oregon, Florida y Carolina del Norte ganaron un escaño cada uno.
Las pérdidas se concentraron en el medio oeste industrial, donde Illinois, Michigan, Pennsylvania, West Virginia y Ohio perdieron un asiento. Los baluartes demócratas de California y Nueva York también perdieron un escaño.
Los datos publicados refuerzan una tendencia conocida: que los hispanos son uno de los grupos que han impulsado el crecimiento del país durante la última década. Son la minoría racial y étnica más grande del país, pero eso no se ha traducido automáticamente en más poder político. Los activistas temen que mantener la tendencia podría continuar diluyendo el poder político de los latinos.
Los legisladores latinos han expresado su preocupación de que las nuevas cifras revelen que el censo ha subestimado significativamente a la población latina, como ha ocurrido en los últimos años.
Los intentos fallidos del expresidente Donald Trump de incluir una pregunta sobre ciudadanía en el censo y excluir a las personas sin permiso legal de estar en Estados Unidos en los resultados hicieron que algunos temieran completar la encuesta, según informó NBC News, cadena hermana de Noticias Telemundo.
Fenika Miller, una activista del condado de Houston, Georgia, que trabaja con Black Voters Matter, un grupo de activismo sin fines de lucro, señaló que la redistribución de distritos de 2011 ayudó a dañar su comunidad al dividir las comunidades negras en distritos múltiples.
"Es difícil decir que la población negra ha sido representada de manera justa aquí. Es difícil para la gente creer que podemos tener una representación más progresista, justa y diversa", dijo. "Tenemos que concienciar a la gente para ayudarles a comprender cómo la pérdida del poder afecta negativamente a nuestras comunidades y calidad de vida", declaró.
¿Qué tiene de diferente este ciclo?
Es probable que la pérdida de la Sección 5 de la Ley de Derechos Electorales, que la Corte Suprema anuló en 2013, conduzca al cambio más significativo de este año con respecto a los ciclos anteriores de redistribución de distritos, según activistas y expertos. La disposición requería que los estados le demostraran al Departamento de Justicia que los mapas de sus distritos no discriminarían a los votantes de color.
"No hay nada que evite que los estados sean realmente agresivos y desafíen a un tribunal", opinó Li, del Centro Brennan para la Justicia. "Antes sabías que había un policía en la calle, así que cambiabas un poco tu comportamiento. Ahora, sin un policía en la cuadra, puedes presionar a las ancianas, puedes apuntar a comunidades de color, puedes hacer lo que quieras, y tal vez la policía llegue después de que alguien los llame, pero tal vez no lo hagan", explicó.
El fallo es una de las principales razones por las que los activistas por el derecho al voto han impulsado una legislación electoral federal que busca prohibir el gerrymandering partidista. La propuesta está estancada en el Senado.
Además, según los activistas, un fallo más reciente de la Corte Suprema que decía que los tribunales federales no podían considerar las reclamaciones de gerrymander partidistas ofreció a los republicanos una defensa fácil contra aquellos que podrían argumentar que un mapa es discriminatorio. Existe una fuerte superposición entre raza y partidismo.
Jon Greenbaum, abogado principal y subdirector principal del Comité de Abogados para los Derechos Civiles bajo la Ley, un grupo de activistas sin fines de lucro, dijo que el gerrymandering partidista era de especial preocupación para él en Georgia, donde los votantes negros fueron clave para la victoria del presidente Joe Biden el año pasado y a los resultados de la segunda vuelta del Senado en enero que propiciaron el control de la Cámara Alta para los demócratas. Los republicanos controlan las tres ramas del Gobierno estatal, junto con el proceso de redistribución de distritos.
Greenbaum, uno de los autores de un informe reciente del Comité de Abogados que describe los riesgos de la manipulación partidista en el estado, señaló que el formulario de registro de votantes de Georgia les pide a los votantes que enumeren su raza, no su partido.
"Estoy seguro de que van a escuchar a los dibujantes de mapas en Georgia: partidismo, partidismo, partidismo, partidismo. Evitarán usar la palabra 'raza' tanto como puedan", señaló.
Con información de NBC News