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Las protestas ambientalistas tienen larga historia en EE.UU. pero la policía nunca había matado a un activista. Hasta ahora

Las autoridades dijeron que 'Tortuguita' disparó primero a los agentes, que lo abatieron a tiros. Pero la familia del ambientalista ha puesto en duda la versión oficial y exige respuestas.

Por Evan Bush y Denise Chow - NBC News

El homicidio el mes pasado de un activista no binario conocido como 'Tortuguita', que fue baleado durante una protesta en el bosque South River de Atlanta, Georgia, marcó la primera vez en Estados Unidos que un policía mata a un ambientalista.

La policía ingresó al bosque el 18 de enero después de meses de tensión con los activistas, que se habían quedado a acampar en la zona como protesta. 'Tortuguita' recibió un disparo y otras siete personas fueron detenidas. Fue la segunda ronda de arrestos tras una redada en menos de un mes.

La Oficina de Investigación de Georgia indicó que 'Tortuguita' le disparó primero a un policía estatal, antes de que los otros agentes lo abatieran a tiros. La agencia agregó que no había imágenes disponibles de las cámaras corporales de los oficiales involucrados en el tiroteo.

La pareja de 'Tortuguita' sostiene un retrato de la víctima.
La pareja de 'Tortuguita' sostiene un retrato de la víctima.AP / AP

Los abogados de la familia de 'Tortuguita', cuyo nombre completo es Manuel Esteban Páez Terán, han cuestionado la versión oficial del tiroteo y dicen que la Oficina de Investigación de Georgia no ha respondido a sus llamadas.

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“Nos hemos puesto en contacto con ellos a través de todos los canales que tenemos disponibles. No hemos obtenido respuesta, ninguna oferta de compartir información con la familia”, denunció Jeff Filipovits, un abogado de derechos civiles de Atlanta. “Quieren saber qué le pasó a su hijo”.

Acampar en un lugar ha sido una de las formas de protesta más socorridas por los activistas ambientalistas desde hace décadas, pero la manifestación en Atlanta fue diferente a otras. Mientras que la policía suele intermediar en las protestas, en el caso de Atlanta actuaron como antagonistas de los activistas porque su propio interés estaba en juego: el desarrollo de un complejo policial al que los manifestantes se oponían.

“Hay un largo historial de enfrentamientos hostiles entre activistas ambientalistas que recurren a la acción directa y los agentes de la ley”, dijo Keith Woodhouse, profesor asistente en la Universidad de Northwestern que escribió un libro sobre el activismo ambiental radical. “La gran diferencia es que uno de estos activistas fue asesinado a tiros, y creo que eso no tiene precedentes en Estados Unidos”.

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Y en la era de las protestas modernas, cada vez sucede con más frecuencia que los grupos ecologistas forman parte de una red mucho más amplia de activistas sociales, cuando antes estaban separados de otros movimientos.

Equipo de tácticas especiales SWAT de la policía de Atlanta, Georgia, en el parque Gresham, el 18 de enero de 2023.
Equipo de tácticas especiales SWAT de la policía de Atlanta, Georgia, en el parque Gresham, el 18 de enero de 2023.AP

“El tema de la policía en Estados Unidos, la militarización de las fuerzas policiales, el movimiento Black Lives Matter, todos esos temas están relacionados con la protección de este bosque para estos activistas”, explicó Woodhouse.

El conflicto en torno a la 'Ciudad policía' se ha estado gestando desde los últimos dos años

El centro de entrenamiento policial, propuesto por la Fundación de la Policía de Atlanta y la Ciudad de Atlanta, se ubicaría en 85 acres que forman parte del South River Forest de 3,500 acres, justo al sureste de los límites de la ciudad de Atlanta. El centro de capacitación incluye un “paisaje urbano simulado”, edificios en llamas, una perrera para animales policía, un “curso de operaciones de vehículos” y un campo de tiro a media milla de los vecindarios más cercanos, según la fundación.

Los grupos ambientalistas cabildearon en contra de la construcción del centro de capacitación, diciendo que destruiría la copa de los árboles, dañaría el hábitat de animales anfibios, aves migratorias y aumentaría la probabilidad de inundaciones por aguas pluviales en las áreas circundantes. Algunos opositores ven el centro de entrenamiento como un ejemplo de militarización policial y han denunciado las inversiones en los aparatos de vigilancia del Estado.

El movimiento ambiental no es ajeno a las tácticas radicales, la desobediencia civil y la confrontación con las autoridades que a veces resultan en arrestos o violencia.

Durante la década de 1980, mientras los ambientalistas radicales erigían barricadas, se encadenaban a grúas y se subían a las copas de los árboles, “los manifestantes a veces eran arrastrados y arrojados en camionetas, a veces rociados con gas pimienta”, indicó Woodhouse.

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"La justicia racial y ambiental están unidas"

Mike Roselle, cofundador del grupo de defensa ambiental Earth First, dijo que incluso en algunos de los días más combativos del activismo forestal, en la década de 1980, la policía a menudo estaba para disuadir a otros.

"Cuando estás lidiando con talamontes, quieres que la policía esté en el sitio de la protesta porque los talamontes te podrían matar", dijo Roselle, quien dice que ha sido arrestado unas 50 veces en su carrera como activista. "Había un poco de violencia de la policía hacia nosotros, pero no era el problema principal".

En Atlanta, mientras los manifestantes ambientales se enfrentan directamente con el plan del departamento de policía para contar con un nuevo centro de capacitación, están haciendo que las preocupaciones por la justicia social, como la brutalidad policial, se vuelvan una parte fundamental de su movimiento.

Ebony Twilley Martin, codirectora ejecutiva de Greenpeace USA, calificó la situación en Georgia de “perturbadora” y dijo que las redadas policiales en los bosques eran “un ataque a algo que es esencial para la democracia estadounidense”.

“La justicia ambiental y la justicia racial están indisolublemente unidas”, aseguró Martin. “No hay forma de que puedas promover la justicia ambiental sin ver el papel que juega el racismo en eso”.

El jefe de policía de Atlanta, Darin Schierbaum, dijo que ya no quedaban más manifestantes en el bosque. Ese mismo día, el alcalde de Atlanta, Andre Dickens, y el funcionario ejecutivo del condado de DeKalb, Michael Thurmond, anunciaron que se había emitido un permiso para comenzar a despejar el terreno para erigir el centro de capacitación.