Por Mike Schneider - The Associated Press
Para Allyson Jacobs, la vida en su veintena y treintena se centraba en su carrera profesional y en disfrutar la ciudad de Nueva York. No fue hasta que cumplió 40 años que ella y su esposo comenzaron a intentar tener hijos. Tuvieron uno cuando ella tenía 42 años.
En las últimas tres décadas, historias como ésta son cada vez más comunes en Estados Unidos. Las tasas de natalidad han caído entre las mujeres de 20 años, y aumentaron entre las de 30 y 40 años, según un nuevo informe de la Oficina del Censo. Esta tendencia ha llevado a que la edad promedio de las estadounidenses que dan a luz pase de 27 a 30 años, la más alta desde que se tienen registros.
Como madre adulta que celebra el Día de las Madres este domingo, Jacobs siente que tiene más recursos para ofrecer a su hijo, de 9 años, de los que habría tenido cuando ella tenía 20.
“Definitivamente hay más sabiduría, y definitivamente más paciencia”, explica Jacobs, de 52 años, quien es administradora de servicios a pacientes en un hospital. “Como éramos más mayores [cuando nació], teníamos dinero para contratar a una niñera. Es posible que no hubiéramos podido permitirnos eso si hubiéramos sido más jóvenes”, señaló.

Si bien las tasas de fertilidad cayeron en general entre 1990 y 2019, la disminución se considera bastante estable en comparación con épocas anteriores. Pero la edad a la que las mujeres tienen bebés sí cambió notablemente. Las tasas de fertilidad se redujeron en casi un 43% para las mujeres entre 20 y 24 años y en más del 22 % para las de 25 a 29. Y aumentaron en más del 67% para las mujeres entre 35 y 39, y en más de 132% para de 40 a 44 años, según el análisis del Censo basado en datos del Centro Nacional de Estadísticas de Salud.
Las decisiones de mujeres con educación universitaria de invertir en sus estudios y en sus carreras para que poder estar mejor situadas económicamente en el momento de tener hijos, así como el deseo de las mujeres de clase trabajadora de esperar hasta tener mayor estabilidad financiera, han contribuido a este cambio, según Philip Cohen, sociólogo de la Universidad de Maryland.
En el pasado, las familias a menudo dependían de sus hijos para obtener ingresos, y debían ponerlos a trabajar en los campos de cultivo, por ejemplo, cuando la economía se basaba principalmente en la agricultura. Pero durante el último siglo o más en EE.UU., las familias han invertido más en el futuro de sus hijos, apoyándoles para ir a la escuela y formarse como adultos, indicó el especialista.
“Tener hijos más tarde generalmente pone a las mujeres en una mejor posición”, dijo Cohen, “tienen más recursos, más educación. Las cosas que exigimos de las personas para ser buenos padres son más fáciles de cumplir cuando uno es más mayor”.
Lani Trezzi, de 48 años, y su esposo tuvieron su primer hijo cuando ella tenía 38 años, y luego una hija tres años más tarde. Aunque ella estaba con su marido desde los 23 años, no sentía ninguna urgencia por tener hijos. Eso cambió cuando estaba a punto de cumplir 40 años, una vez que alcanzó un punto cómodo en su carrera como ejecutiva de una empresa minorista.
“Fue una edad en la que me sentí segura en todas las áreas de mi vida”, dijo Trezzi, que vive a las afueras de la ciudad de Nueva York. “No tenía la confianza entonces que tengo ahora”, indicó.
[Muy pocas mujeres creen estar ahorrando lo suficiente para su retiro. Así pueden ponerse al día]
Durante las últimas tres décadas, los mayores aumentos en la edad promedio a la que las mujeres dan a luz en Estados Unidos se han producido entre las nacidas en el extranjero, pasando de los 27 a los 32 años, y en las mujeres negras, pasando de los 24 a los 28 años, según la Oficina del Censo.
Con las mujeres nacidas en el extranjero, Cohen dijo que no estaba muy seguro de las razones pero apuntó que podía ser una “historia complicada” vinculada a sus circunstancias o razones para emigrar.
Para las mujeres negras, buscar una educación y una carrera juega en su opinión un papel importante: “El promedio de mujeres negras que buscan lograr una educación superior es cada vez más alto”, dijo Raegan McDonald-Mosley, obstetra y ginecóloga, y directora de Power to Decide, que trabaja para reducir los embarazos adolescentes y los nacimientos no deseados.
“Las mujeres negras se están involucrando mucho en su educación y eso es un incentivo para retrasar la maternidad”, dijo.
Dado que la cifra de embarazos no deseados es más alta entre las adolescentes y las mujeres de 20 años, y la mayoría terminan en aborto en comparación con las mujeres de mayor edad, la posible anulación del fallo Roe v. Wade (que reconoce el derecho constitucional al aborto) podría adelantar la edad media de la maternidad, revirtiendo la tendencia de las últimas tres décadas.
“Se desconoce la magnitud” del posible impacto de un fallo en ese sentido de la Corte Suprema, dijo Laura Lindberg, investigadora del Instituto Guttmacher, un grupo que apoya el derecho al aborto.
[Estos son los riesgos para la salud de las mujeres si se anula el caso Roe v. Wade]
Pero "la carga recaerá de manera desproporcionada en las mujeres de color, las inmigrantes indocumentadas, las personas que viven en áreas rurales y en Sur y el Medio Oeste", puntualizó McDonald-Mosley, quien también se desempeñó anteriormente como directora médica de Planned Parenthood Federation of America.
La maternidad también se ha retrasado en los países desarrollados de Europa y Asia. En EE.UU. esto podría contribuir a que se desacelere el crecimiento demográfico, ya que la capacidad de tener hijos tiende a disminuir con la edad, dijo Kate Choi, experta de la Universidad Western en London, Ontario.
En áreas de EE.UU. donde no hay suficientes nacimientos y donde la inmigración es baja, la caída de la población puede generar escasez de mano de obra, disparar los costos laborales y complicar el apoyo económico a los jubilados, agregó.
“Estos cambios ejercerán una presión significativa sobre los programas destinados a apoyar a las personas mayores como el Seguro Social, Medicaid y Medicare”, dijo Choi. “Es posible que los trabajadores tengan que pagar impuestos más altos para apoyar al creciente número de jubilados”, agregó.
Aunque los datos del informe de la Oficina del Censo llegan sólo hasta el año 2019, la pandemia de coronavirus ha retrasado aún más la maternidad para muchas mujeres, con una caída del 4% en las tasas de natalidad de EE.UU. en 2020, la mayor disminución en un solo año en casi medio siglo.
Choi dijo que parece haberse registrado un pequeño repunte en la segunda mitad de 2021 hasta niveles similares a los de 2019, pero se necesitan más datos para determinar el alcance de esta tendencia.
[Conozca una tecnología prehispánica que puede rescatarnos de la sequía en América]
Durante la pandemia, agregó, algunas mujeres al final de sus años reproductivos pueden haber renunciado a convertirse en madres o tener más hijos debido a la incertidumbre económica y los mayores riesgos para la salud de las embarazadas que contraen el virus.
“Estas mujeres pueden haber perdido su oportunidad de tener hijos”, dijo Choi. “algunos padres de niños pequeños pueden haber renunciado a un segundo porque estaban abrumados con las demandas adicionales de cuidado infantil que surgieron durante la pandemia, como la necesidad de educar a sus hijos en el hogar”.