El gobernador de Mississippi, Tate Reeves, declaró este martes el estado de emergencia por la falta de agua corriente que sufre la capital, Jackson, debido a problemas en una planta de tratamiento por las inundaciones, y movilizó a la Guardia Nacional para ayudar.
“El estado está reuniendo enormes recursos para proteger a los habitantes de nuestra capital”, manifestó Reeves en un comunicado, “llevará tiempo que esto dé sus frutos. Pero estamos aquí en tiempos de crisis, para cualquier persona del estado que lo necesite. Esa es mi responsabilidad como gobernador, y es lo que todo el mundo en mi Administración se ha comprometido a garantizar".
La planta O.B. Curtis presenta serios fallos de presión que han dejado prácticamente sin agua corriente a toda la ciudad, así como a las zonas aledañas al condado de Hinds.
Los problemas han provocado que Jackson es incapaz de suministrar suficiente agua para que funcionen los inodoros, ser capaz de combatir incendios y satisfacer otro tipo de necesidades.
Como consecuencia, existe "un problema extremo para la seguridad de las personas", subrayó la oficina del gobernador en el comunicado.
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La Agencia de Gestión de Emergencias de Mississippi liderará el operativo para distribuir agua potable y no potable a los residentes de Jackson.
El estado ha creado además una estructura de mando de incidentes y ya ha enviado recursos a las instalaciones de tratamiento de agua de la ciudad para iniciar las tareas de reparación.
La peligrosa crecida del río Pearl
Jackson se quedó sin agua corriente el lunes después de que el río Pearl creciera a niveles peligrosos debido a las fuertes lluvias registradas en los últimos días, según informaron las autoridades.
El alcalde Chokwe Antar Lumumba ya declaró la emergencia del sistema de agua el lunes por la noche.
“Es probable que la escasez de agua dure el próximo par de días”, avanzó la ciudad en un comunicado.
Jackson, que además es la ciudad más grande del estado, tenía problemas de agua incluso antes de las precipitaciones que hicieron temer por el río Pearl.
La ciudad mantenía una advertencia emitida el mes pasado para hervir agua porque se detectó una calidad turbia en el suministro que podría obstaculizar el proceso de desinfección y provocar enfermedades.
Los residentes deben hervir el agua durante al menos tres minutos.
El gobernador reconoció la noche del lunes que el sistema de agua de la ciudad no podía producir suficiente agua.
“Hasta que se arregle, significa que no tenemos agua corriente potable a escala”, declaró Reeves. “Significa que la ciudad no puede producir suficiente agua para luchar contra los incendios, para tirar de la cadena de forma fiable y para satisfacer otras necesidades básicas”, añadió.
Las inundaciones en Jackson, donde viven unos 153,000 habitantes, fueron menos graves de lo que se temía después de que el estado registrara lluvias récord, según las autoridades.
Se pronosticó que el río Pearl se mantendría a un poco más de 35 pies (10.6 metros), pero que comenzaría un lento descenso el lunes por la noche, según el Servicio Meteorológico Nacional.
“La buena noticia es que los niveles de agua fueron más bajos de lo previsto”, señaló Lumumba en una sesión informativa celebrada el lunes, y añadió que en ese momento se creía que el agua sólo había entrado en una casa.
Sin embargo, el agua del río que entraba en lo que, según él, era una “instalación de tratamiento de agua muy frágil”, debía ser tratada de forma diferente y provocaba una reducción del agua que salía al sistema, dijo.
“Se trata de un problema que afecta a toda la ciudad y del que están trabajando para recuperarse”, dijo Lumumba.
Reeves dijo que habría declaraciones de emergencia estatales además de la de la ciudad.
La Agencia de Gestión de Emergencias de Mississippi distribuirá agua a los residentes, y el estado también iniciará las reparaciones de emergencia y el mantenimiento para que el agua fluya de nuevo, apuntó Reeves.
El funcionario de Salud del estado, Daniel Edney, dijo en una conferencia de prensa: “El agua no es segura para beber. Incluso diría que no es segura para cepillarse los dientes, porque no estamos viendo una cloración adecuada y una incapacidad para desinfectar el agua de forma consistente", explicó.
Reeves dijo que la instalación principal de tratamiento de agua de la ciudad había estado “operando con cero redundancias”, o sistemas de respaldo, y que sus bombas principales se habían dañado recientemente.
Las Escuelas Públicas de Jackson anunciaron que todas las clases cambiarían a la enseñanza virtual y que no habría instrucción en persona a partir del martes debido a la escasez de agua.