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Expertos advierten que mejorar la salud mental no basta para prevenir los tiroteos

Culpar a las enfermedades mentales de las masacres es una desviación del hecho de que no puede haber una solución efectiva para frenar tales atrocidades sin el control de armas, apuntaron los expertos.

Por Melissa Chan y Elizabeth Chuck - NBC News

A raíz de otra masacre, algunos políticos de Texas han pedido más servicios de salud mental para ayudar a prevenir la próxima tragedia.

Pero los expertos en ese ramo advierten que no existe una solución completamente efectiva a partir del cuidado de la salud mental para detener estos tiroteos y algunos dicen que atribuirlo a esto es una desviación del hecho de que el control de armas es una parte necesaria de la prevención.

“Podemos hacer todo lo que podamos para ayudar a los estudiantes, pero al final del día, si un estudiante tiene la idea de ir a disparar a una escuela y tiene acceso a las armas para hacerlo, no estoy seguro de que las medidas que se hayan o no tomado necesariamente lo impedirían”, dijo Jill Cook, directora ejecutiva de la Asociación Estadounidense de Consejeros Escolares.

Altar para las víctimas mortales del tiroteo en Uvalde, Texas, el 27 de mayo de 2022.
Altar para las víctimas mortales del tiroteo en Uvalde, Texas, el 27 de mayo de 2022.Anadolu Agency / Anadolu Agency via Getty Images

“Si alguien llega a la puerta con un arma semiautomática”, dijo Cook, “entonces eso es todo”.

El martes, 19 niños y dos maestros fueron asesinados a tiros en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, por un atacante armado de 18 años. Las autoridades estatales han dicho que a los pocos días de cumplir 18 años a principios de este mes, el tirador había comprado dos rifles semiautomáticos en una armería local. También compró 375 rondas de municiones.

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Aunque el gobernador de Texas, Greg Abbott, afirmó el miércoles que un “problema de salud mental” había desempeñado un papel en la masacre, el pistolero no tenía antecedentes penales conocidos ni un historial de problemas de salud mental.

Y Abbott no fue el único que señaló la salud mental. En los días posteriores al tiroteo, el alcalde de Uvalde, Don McLaughlin, le dijo a News 4 San Antonio que la tragedia podría haberse evitado si se hubieran dedicado más recursos de salud mental en su región.

“Tal vez podríamos haberlo atrapado”, dijo. “Tal vez si tuviéramos consejeros, tal vez si tuviéramos personal de salud mental, podríamos hacerlo”.

Obstáculos para predecir con precisión la violencia y asegurar el tratamiento

El Dr. Ziv Cohen, psiquiatra clínico y forense con sede en la ciudad de Nueva York, dijo que impulsar los servicios de salud mental en las comunidades y hacerlos más asequibles podría ayudar a reducir las muertes por armas de fuego, en particular los suicidios, pero no existe una solución de salud mental completamente efectiva para detener los tiroteos masivos.

Eso se debe en gran parte a que pueden ser difíciles de predecir. Los atacantes rara vez muestran signos evidentes de una enfermedad mental grave, como tener alucinaciones o estar completamente fuera de contacto con la realidad, explicó Cohen. En cambio, de aquellos que muestran signos de enfermedad mental, la gran mayoría comparte puntos en común con muchas personas que no se convierten en asesinos.

Esas características incluyen depresión, aislamiento de la familia y los compañeros de clase, narcisismo, paranoia y sospecha, precisó Cohen. Muchos pueden sentirse fácilmente amenazados o insultados por otros o sentir que tienen la misión de probar un punto.

“Si observas a un grupo de personas con esos problemas de salud mental, es casi imposible elegir al que realmente va a cometer un tiroteo masivo”, afirmó Cohen. “Es por eso que realmente no hemos encontrado una solución”.

Un artículo de 2015 en el American Journal of Public Health señala que “el diagnóstico psiquiátrico es en gran medida una herramienta de observación”.

“En gran parte por esta razón, la investigación que data de la década de 1970 sugiere que los psiquiatras que utilizan el juicio clínico no son mucho mejores que los legos para predecir qué pacientes cometerán delitos violentos y cuáles no”, escribieron los autores.

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Cook dijo que ninguna prueba, evaluación o métrica por sí sola podría identificar a un multihomicida lo suficientemente a tiempo como para buscarle un tratamiento de salud mental.

Las escuelas deben asegurarse de que todos los adultos en el sistema (maestros, conductores de autobuses, entrenadores, conserjes y trabajadores de la cafetería) entiendan las señales de advertencia de alguien en riesgo de lastimarse a sí mismos o a otros y tener sistemas para informar amenazas potenciales.

Pero incluso entonces hay obstáculos, advirtió. Los proveedores de salud mental están limitados cuando una persona sospechosa de estar en riesgo rechaza la ayuda o miente a través de una evaluación psiquiátrica.

A principios de este mes, las autoridades dijeron que un adolescente blanco en el norte del estado de Nueva York se sometió a una evaluación de salud mental después de que un maestro reportara un comentario escalofriante que hizo en clase sobre un asesinato-suicidio. Pero no se le detuvo y finalmente mató a tiros a 10 personas negras en un ataque racista en un supermercado en Buffalo, según las autoridades.

Y el año pasado, antes de un tiroteo en Oxford High School en Michigan que dejó cuatro muertos, un maestro alertó a los funcionarios de la escuela sobre dibujos encontrados en el escritorio del sospechoso de 15 años que mostraban escenas de violencia. Un consejero mostró el dibujo a los padres del sospechoso, a quienes se les dijo que necesitaban llevar a su hijo a terapia en un plazo de 48 horas.

Los padres, que compraron el arma utilizada en el tiroteo y desde entonces han sido acusados ​​de homicidio involuntario, se negaron a llevar a su hijo a casa y lo regresaron al salón de clases. El adolescente supuestamente perpetró la masacre más tarde ese mismo día. Sus padres se han declarado no culpables de los cargos.

Y la idea de que los consejeros de salud mental pueden identificar amenazas y prevenir tiroteos no está claramente respaldada por las investigaciones.

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En un artículo publicado el año pasado en Harvard Review of Psychiatry, los autores argumentan que definir el papel de los proveedores de salud mental en la prevención de masacres es “inherentemente difícil”.

“La suposición de que lostiroteos masivos son impulsados ​​única o principalmente por una psicopatología diagnosticable raya en el límite del conocimiento experto sobre salud mental”, afirma el artículo. “También establece una falsa expectativa de que el avance de la neurociencia y mejores terapias para controlar los síntomas psiquiátricos proporcionarán ‘la respuesta’ para resolver la violencia armada”.

“No existe una teoría unificada existente o futura sobre el deterioro del funcionamiento cerebral o de la desregulación cognitiva, del estado de ánimo o del comportamiento que pueda explicar adecuadamente los tiroteos o los homicidios con armas de fuego con múltiples víctimas”, agregó.

Evitar estigmas

El tema es complicado, pero el discurso público en torno a esto “tiende a ser muy simplificado”, dijo Peter Langman, un psicólogo que ha estudiado a los atacantes armados y es el autor de Señales de advertencia: identificación de los atacantes escolares antes de que ataquen.

“Tenemos que ser cuidadosos de no estigmatizar los problemas de salud mental y asociarlos con la violencia armada porque eso es un error”, dijo. “Por otro lado, las personas felices y bien adaptadas no cometen asesinatos en masa”.

Pero el tratamiento de salud conductual no ha sido una solución única para prevenir matanzas, agregó. Langman afirmó que se requiere de un enfoque múltiple, que incluye poner más equipos de evaluación de amenazas en las escuelas y restringir el acceso a las armas de fuego, particularmente en hogares con menores.

“Ha habido tiradores escolares que estaban recibiendo un tratamiento de salud mental y aún así llevaron a cabo ataques porque querían, y no revelaron lo que estaba pasando en sus mentes a los profesionales de la salud”, dijo Langman.

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Cook aseguró que millones de personas en Estados Unidos tienen problemas de salud mental, pero el porcentaje de quienes cometen asesinatos en masa es minúsculo.

“Equiparar esto únicamente con la salud mental es un paso en falso y una desviación”, afirmó.

Menos del 10% de los tiroteos en todo el país involucran a un sospechoso que tiene una enfermedad mental, según la Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales.

Los expertos explicaron que no hay mucho que puedan hacer los proveedores de salud mental, porque la violencia armada y las compras de armas de fuego aumentan en todo el país.

“La salud mental no nos llevará hasta allí”, dijo Cohen. “La comunidad de salud mental no puede resolver el problema de la violencia armada en Estados Unidos”, agregó.