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El líder del grupo extremista Oath Keepers es hallado culpable de sedición por su papel en el asalto al Capitolio

El veredicto contra Stewart Rhodes y otros miembros de la organización de extrema derecha que intentaron revertir los resultados electorales de 2020, es una victoria para el Departamento de Justicia, que ha acusado a unas 900 personas por el ataque del 6 de enero.

Un jurado federal en Washington declaró este martes a Stewart Rhodes, el fundador de la organización de extrema derecha Oath Keepers, culpable de conspiración para cometer sedición por su papel en el asalto al Capitolio del 6 de enero.

Kelly Meggs, también miembro del grupo, fue igualmente hallado culpable del mismo cargo, un estatuto de la época de la Guerra Civil que es raramente utilizado. Y otros tres miembros de la organización que fueron juzgados junto a Rhodes y Meggs —Jessica Watkins, Kenneth Harrelson y Thomas Caldwell— fueron declarados inocentes de esa acusación.

Los cinco acusados fueron declarados culpables de obstrucción por su intento de evitar la certificación electoral de Joe Biden sobre Donald Trump, y también de complicidad por sus acciones el 6 de enero.

Adicionalmente, Watkins fue hallada culpable de otros cargos, tras admitir que empujó a las fuerzas del orden dentro del Capitolio. Caldwell, que también fue declarado culpable cargos complicidad, fue el único de los cinco que esperó el juicio en libertad.

En el sentido de las agujas del reloj, desde la parte superior izquierda: Jessica Watkins, Kelly Meggs, Stewart Rhodes, Kenneth Harrelson y Thomas Caldwell.
En el sentido de las agujas del reloj, desde la parte superior izquierda: Jessica Watkins, Kelly Meggs, Stewart Rhodes, Kenneth Harrelson y Thomas Caldwell.NBC News; Getty Images; Documentos de la corte

El caso contra los miembros de Oath Keepers ha sido el más importante como parte de la extensa investigación del Departamento de Justicia sobre la violencia en el Congreso.

En las pruebas presentadas por el Gobierno, Stewart Rhodes y Kelly Meggs mostraron un especial desprecio por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y hablaron de su deseo de ejercer violencia contra ella.

Las declaraciones de apertura del juicio comenzaron el 3 de octubre y el jurado empezó a deliberar el 22 de noviembre. Tres de los acusados —Rhodes, Caldwell y Watkins — se defendieron ellos mismos.

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Los fiscales federales alegaron que los cinco acusados conspiraron para oponerse al traspaso pacífico de poder tras la derrota electoral de Trump, pero no demostraron que hubiera un complot precoordinado para asaltar el Capitolio.

En cambio, los fiscales federales alegaron que los miembros del grupo que entraron en el edificio —Meggs, Watkins y Harrelson — lo hicieron luego de ver a otros irrumpir.

Durante el juicio, la fiscalía les acusó de haber guardado armas, munición y granadas de mano en un hotel cercano a la capital estadounidense con el objetivo de impedir a varios congresistas certificar las elecciones.

Durante el asalto al Capitolio, que dejó cinco fallecidos y más de 140 agentes heridos, Rhodes se mantuvo fuera del edificio supervisando la operación, mientras que Meggs encabezó un grupo de 14 personas hasta el interior del edificio, donde se dividieron en dos subgrupos de siete, uno dirigido al Senado y el otro a la Cámara de Representantes.

La defensa de Rhodes, por su parte, trató de convencer al jurado de que los grupos armados de Oath Keepers que había apostados en hoteles alrededor de Washington no tenían intención de impedir la confirmación de Biden, sino de “reaccionar” en caso de que Trump les pidiera intervenir.

El Departamento de Justicia ha acusado a unas 900 personas en relación con el ataque al Capitolio y está pidiendo al Congreso más recursos para la investigación. Se están preparando cientos de casos adicionales contra otros asaltantes.

Otros cuatro Oath Keepers acusados junto con Rhodes —Roberto Minuta, Joseph Hackett, David Moerschel y Ed Vallejo— irán a juicio a principios de diciembre.

Los Oath Keepers son una organización poco estructurada vinculada a milicias ciudadanas. Aunque acepta a cualquiera como miembro, el grupo centra sus tareas de reclutamiento en exmilitares, policías y personal de primeros auxilios.