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"Dios mío, ¿qué voy a hacer?". Ganar los $1,025 millones del Mega Millions puede ser una maldición que le arruine su vida

“Cuando te das cuenta de que has ganado, te llenas de emoción. Es increíble, mi vida va a cambiar”, dice un experto. Pero luego llega la ansiedad e incluso la 'maldición' de la lotería.

Su vida puede cambiar radicalmente la noche del viernes si acierta la combinación ganadora del Mega Millions, que sortea un premio de 1,025 millones de dólares. Pero eso no le aseguraría la felicidad.

Ganadores del grandes premios en el pasado han aprovechado el dinero para pagar deudas, invertir en casas, construir un parque de atracciones o simplemente apostar el dinero en el casino.

Otros lo perdieron todo. A veces, incluso la vida.

"Cuando te das cuenta de que has ganado, te llenas de emoción. Es increíble, mi vida va a cambiar", cuenta Robert Pagliarini, que dirige en California la gestora de capitales Pacifica Wealth Advisors.

Pero luego llega la ansiedad: “Dios mío, ¿qué voy a hacer? ¿Cómo voy a manejar esto? Mi vida puede cambiar, y quizá no en el buen sentido”, explicó en declaraciones al diario The Washington Post.

Los organizadores han animado a participar con mesura en el Mega Millions del 29 de julio de 2022.
Wilfredo Lee / AP

Uno de sus clientes compró una casa en Malibú con vistas al océano Pacífico, recuerda. Otro ganador, John Kutey, usó junto a su esposa, Linda, parte de los 29 millones que ganaron en construir un parque recreativo acuático en Green Island, Nueva York, según el diario.

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Louise White creó un fondo para su familia al que puso el mismo nombre que el sorbete que se compró junto al boleto que le premió con 336 millones del Powerball de Rhode Island, según ABC News.

Crystal Dunn convirtió sus más de 146,000 dólares ganados en la lotería de Kentucky en tarjetas de regalo de 100 dólares para que otras personas compraran alimentos.

Pero "hay muchas historias de ganadores de lotería que acaban con menos dinero que cuando empezaron", afirma el asesor financiero.

Evelyn Adams perdió los 5.4 millones de dólares que ganó jugando a la lotería de Nueva Jersey en 1985 y 1986 apostando en casinos de Atlantic City y haciendo malas inversiones, según la revista Forbes.

Algo similar le ocurrió a Jonathan Vargas, que con 19 años ganó 35.3 millones en el Powerball de 2008. Creó un equipo de lucha libre femenina y un espectáculo en el que aparecían artistas con poca ropa. Pero el proyecto sólo duró una temporada, según CBS News.

"Si tuviera que hacerlo todo de nuevo, recomendaría a la gente que se sentara a pensarlo durante un año", explicó Vargas en 2016, " que decidan realmente lo que quieren hacer con el dinero".

Una posibilidad entre 303 millones

"Ver cómo se acumula el premio durante meses y cómo se alcanza la marca de 1,000 millones de dólares es realmente impresionante", dijo este miércoles Pat McDonald, director del Mega Millions, que reconoció en un comunicado la "expectación" que se ha generado.

No es por casualidad: tanto el sorteo de Mega Millions como el Powerball están diseñados a propósito para atraer a compradores de última hora con premios asombrosos que convencen hasta a los más escépticos, según el diario The Washington Post.

En esta ocasión, si se cobra en efectivo, el premio se estima en 600 millones, acumulado en 29 sorteos sin ganador desde el 29 de abril.

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Millones de personas podrían comprar los boletos de 2 dólares para el sorteo del viernes, que se juega en 45 estados más Washington y las Islas Vírgenes. Pero la probabilidad de acertar los seis números es 1 entre 303 millones.

En comparación, había 1 entre 11,000 de que un meteoro chocara contra la Tierra provocando una explosión cientos de veces más potente que la bomba atómica que destruyó la ciudad japonesa de Hiroshima durante la II Guerra Mundial.

La posibilidad de ser fulminado por un rayo a lo largo de su vida es 1 entre 15.000. La posibilidad de morir por una planta o un animal venenoso es de 1 entre 45.000. La posibilidad de tener una cita con un o una supermodelo es de 1 entre 88.000.La posibilidad de morir en un accidente de avión es de 1 entre 188.000. Y la posibilidad de ser atacado por un tiburón es de 1 entre 3,7 millones, por ejemplo.

A veces, además, ganar la lotería puede ser una maldición.

Jim Hayes, por ejemplo obtuvo 19 millones de dólares y terminó robando bancos para pagar su adicción a la heroína; Willie Hurt fue acusado de asesinato dos años después de ganar 3,1 millones, en este caso también por adicción a la droga. No fueron los únicos.

Jack Whittaker, que ganó 314 millones en un sorteo de Powerball en 2002. Decidió cobrar el premio entero, 113 millones después de impuestos, por entonces el mayor entregado a un solo ganador.

Whittaker, que tenía 55 años y había trabajado en la construcción desde los 14, prometió donar el 10% del premio a la caridad, y compartirlo con la mujer que le había vendido el boleto. Su cara se hizo famosa en West Virginia y sus vecinos e incluso desconocidos comenzaron a pedirle dinero, llegando incluso a amenazarle.

El Departamento del Sheriff de Putnam le puso protección a él y a su familia. Pero seguían llegando las cartas pidiendo dinero. Incluso llegó a contratar a un detective privado para averiguar si quienes aseguraban tener un hijo con cáncer estaban diciendo la verdad.

Terminó perdiendo dinero en malas inversiones, desperdiciándolo en casinos y clubes de baile exótico, cerrando su fundación por exceso de peticiones, y siendo detenido por manejar borracho.

Fue asaltado y robado. Perdió a parte de su familia en muertes trágicas. Pero nunca le echó la culpa al dinero de la lotería.