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“Desgarran un cuerpo en pedazos”: los trabajadores de funerarias describen la devastación que dejan los rifles de asalto

“Me encantaría que [los congresistas] vinieran a mi funeraria y trataran de justificar ese tipo de muerte ante una familia. Necesitan ver la realidad de estas armas”, declaró un director funerario.

Por Melissa Chan - NBC News

No hay muchas cosas que sorprendan a Hari Close, director de ceremonias funerarias, después de haber embalsamado más de 12,000 cuerpos en los últimos 30 años.

Pero Close se quedó sin palabras esta primavera cuando se le encargó preparar el cuerpo de un hombre al que le habían disparado en la cabeza con un rifle de asalto.

Durante 26 horas repartidas en tres días, Close trabajó solo en su funeraria en Baltimore, con la esperanza de que el yeso, la arcilla y otros materiales que usa pudieran darle a la familia una despedida de ataúd abierto.

El presidente de la Asociación nacional de directores de funeral y embalsamadores, Hari Close.
El presidente de la Asociación nacional de directores de funeral y embalsamadores, Hari Close.Rosem Morton / NBC News

Pero no había mucho que pudiera hacer al respecto. La mitad superior de la cabeza del hombre había desaparecido.

“Imagina una cara completa, cortada por la mitad. Parecía la mitad de un huevo”, dijo Close. “No había nada allí”, agregó.

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Para Close, esa fue la última vez que vio de cerca la destrucción que causan las armas de fuego de alto poder, como las que recientemente se usaron para matar a 35 niños y adultos en una escuela primaria en Uvalde, Texas, un supermercado en Buffalo, Nueva York, y un centro médico en Tulsa, Oklahoma.

“Están hechas para la devastación”, afirmó Close, de 61 años, quien también es presidente de la Asociación Nacional de Directores de funerarias y Embalsamadores. “Desgarran un cuerpo en pedazos”, añadió.

Ahora que la violencia armada ha aumentado en los últimos dos años de la pandemia, más cuerpos han llegado a las salas de preparación de su funeraria. Por ello, Close y otros embalsamadores se han unido al llamado nacional para que los legisladores federales impulsen y promuevan cambios.

“Me encantaría que vinieran a mi funeraria y trataran de justificar ese tipo de muerte ante una familia. Necesitan ver la realidad de estas armas”, declaró Close.

Los ataúdes abiertos ayudan al duelo

Cuando le disparan a alguien en la cabeza a corta distancia con una pistola, todavía se puede realizar un funeral con ataúd abierto, algo que ayuda a los familiares y amigos a despedirse de su seres queridos mientras viven el duelo de una muerte traumática y repentina, explicaron varios directores funerarios.

“Es casi como si no creyeras que se han ido”, afirmó Mónica Torres, embalsamadora y especialista en reconstrucción cosmética en Phoenix, Arizona. “Esa visualización, poder ver a esa persona, lo hace real”.

Los embalsamadores pueden volver a pegar un cráneo roto con una técnica especial, usando fotografías del difunto de cuando estaban vivos como referencia.

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“Hacemos todo lo posible para usar nuestras habilidades, no es diferente de lo que haría un cirujano. Solo que es post-mortem”, explicó Vernie Fountain, embalsamador y especialista en reconstrucción mortuoria en Springfield, Missouri.

Otras estrategias básicas incluyen ajustar la iluminación u ordenar un ataúd inverso si la herida solo es visible desde el lado derecho de la cara.

Pero si alguien recibe un disparo en la cabeza a corta distancia con un rifle de asalto, los embalsamadores están extremadamente limitados en lo que pueden hacer.

“Disminuyen enormemente las posibilidades de que se logre con éxito”, afirmó Dominick Astorino, un embalsamador que enseña ciencia mortuoria en escuelas de Chicago y Detroit.

En la última década, Astorino dijo que ha trabajado en varios cuerpos de militares estadounidenses que murieron en el extranjero por heridas causadas con armas de guerra, y también ha trabajado en los cuerpos de civiles que fueron asesinados en Estados Unidos con rifles de asalto.

“La naturaleza de las heridas en la cabeza es explosiva”, señaló. “Es muy aleccionador e innecesario ver a cualquier ser humano en esa condición”.

El reto que enfrentan los embalsamadores

Cuando algunos directores funerarios reciben a las víctimas de los tiroteos para prepararlos, muchos de los cuerpos ya se han sometido a autopsias, especialmente si los forenses han tenido que recuperar balas para las investigaciones policiales, dijo Close.

Eso se suma a los desafíos de un embalsamador, y cada caso es diferente, dijo Astorino.

La edad de la víctima también puede complicar las restauraciones, ya que los niños menores de 6 años tienen huesos más blandos y una piel más delgada, agregó Astorino.

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Además de los cirujanos traumatólogos y los médicos forenses, los directores funerarios se encuentran entre las pocas personas que tienen que presenciar semejante carnicería durante largos períodos de tiempo.

En aras de la consistencia, las funerarias generalmente intentan que el mismo embalsamador trabaje en un cuerpo de principio a fin, dijo Close. Cada preparación lleva entre cuatro y nueve horas.

“Podríamos trabajar horas y horas tratando de reconstruir, y para el resultado final, la familia dirá que cierren el ataúd. ‘Este no es él’ o ‘Esto no es ella’. Eso es algo difícil de digerir”, dijo.

"Pulverizado por las balas"

En emotivas conferencias de prensa y testimonios ante el Congreso, los médicos y cirujanos que trataron a las víctimas de las masacres recientes describieron con detalles insoportables la forma en que muchos de ellos murieron.

Debido a que estas armas de alta velocidad causan heridas en los tejidos “extremadamente destructivas”, las lesiones son “terriblemente letales” a corta distancia, dijo el Dr. Ronald Stewart, quien atendió a las víctimas del tiroteo en la escuela del 24 de mayo en Uvalde. La mayoría de las víctimas no sobreviven lo suficiente como para llegar a una sala de emergencias, dijo.

En Uvalde, dos niños fueron “decapitados” y “pulverizados por las balas que les dispararon una y otra vez”, dijo el Dr. Roy Guerrero, el único pediatra de la ciudad. Guerrero les dijo a los legisladores la semana pasada que su carne había sido desgarrada a tal punto que la única pista sobre sus identidades era la “ropa de dibujos animados salpicada de sangre que todavía se les adhería”.

La gravedad de las heridas, extrema incluso entre los que sobrevivieron, fue similar en Buffalo, donde las autoridades dijeron que un hombre blanco mató a 10 personas en un ataque racista contra la gente negra en el Tops Friendly Market el 14 de mayo.

Aunque sobrevivió al tiroteo, Zaire Goodman, de 20 años, quedó con una herida de bala en el cuello, dos en la espalda, otra en la pierna izquierda, así como fragmentos de metralla incrustados en su cuerpo, según testificó ante el Congreso su madre, Zeneta Everhart.

“Mientras limpio sus heridas, puedo sentir pedazos de esa bala en su espalda”, dijo a los legisladores. “Ahora quiero que se imagine ese mismo escenario para uno de sus hijos”.

"Ya no pueden quedarse de brazos cruzados"

El domingo, un grupo bipartidista de senadores estadounidenses anunció un acuerdo para una nueva legislación de control de armas. Si se aprueba, los activistas dicen que sería la primera legislación federal importante sobre la tenencia de armas en casi 30 años.

El paquete inicial no prohíbe rotundamente los rifles de asalto ni aumenta la edad legal para comprarlos, dos restricciones que han defendido muchos legisladores demócratas y proponentes de la seguridad en las armas. Pero sí incluye medidas que mejoran las verificaciones de antecedentes de los compradores de armas y proporciona recursos sustanciales para que los estados implementen leyes de “bandera roja”, que tienen como objetivo evitar que las personas compren o posean armas de fuego cuando demuestran que son amenazas para ellos mismos o para otros.

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El acuerdo tentativo se anunció un día después de que miles de manifestantes salieran a las calles para exigir acción en más de 450 mítines en todo el país.

Mientras tanto, Close está instando a más de sus colegas, particularmente aquellos en estados predominantemente conservadores, a unirse a la lucha.

“Con el debido respeto y sin faltarle el respeto, los directores de funerarias ya no pueden quedarse de brazos cruzados cuando ven los resultados de todo esto”, dijo Close.

“Vemos la realidad todos los días”, agregó. “¿Cómo no nos vamos a conmover?”.