Por Scott Stump – TODAY
La piloto Taylor Hash se sintió "nerviosa" cuando fue informada de que una parte importante del tren de aterrizaje de su avioneta de un solo motor se había desprendido durante su tercer vuelo en solitario.
Hash, de 21 años, estaba pensando en cómo iba a sobrevivir al aterrizaje el viernes en un pequeño aeropuerto en Pontiac, Michigan, cuando una voz calmada le llegó por la radio. Era exactamente lo que necesitaba para volver a tierra segura.
El veterano piloto Chris Yates estaba volando cerca cuando vio los pedazos del tren de aterrizaje desprenderse del avión de Hash en pleno vuelo y caer sobre la pista. Hash estaba obligada a aterrizar sin la rueda del frente.
"Estaba pensando en mi hija y cuán asustada y sola [Hash] probablemente se sentía", relató Yates el miércoles.
La torre de control le informó a Hash sobre lo que pasaba.
"Fue definitivamente el momento más aterrador que he vivido, probablemente en toda mi vida", comentó.
La entrevista conjunta a ambos pilotos por parte del programa de televisión TODAY sirvió de ocasión para que estos se vieran por primera vez virtualmente, ya que Yates estaba en pleno vuelo cuando Hash tenía que hacer su aterrizaje.
Yates, exdirector de aviación en SpaceX, podía detectar la ansiedad en la voz de Hash cuando ella le preguntó a través de la radio si debía tratar esta situación como un aterrizaje suave y normal.
El veterano piloto y el controlador aéreo le dijeron a Hash que diera vueltas sobre el aeropuerto hasta que estuviera lista para aterrizar, lo que le dio tiempo a Yates para calmarla. Cuando Hash le dijo a Yates que su nombre era Taylor, el piloto se emocionó porque así también se llama su hija.
"No pude responder en la radio porque apenas podía hablar", dijo. "Las palabras no salían".
"Fue definitivamente el momento el momento más aterrador que he tenido, probablemente en mi vida"
Sin embargo, se calmó rápidamente e hizo todo lo posible por guiar a Hash a un aterrizaje seguro.
"Taylor, te habla Chris", dijo. "El nombre de mi hija es también Taylor y la enseñé a volar. Vamos a estar bien".
"Muchas gracias", respondió la joven. Esas pocas palabras fueron suficiente para ayudar a Hash a controlar el pánico.
"Podías notar como mi voz fue de nerviosa, 'qué voy a hacer', a 'puedo hacerlo', y eso fue 100% gracias a él", relató Hash.
Yates le preguntó a Hash si se iba a convertir en una piloto profesional. Ella contestó que tenía "eso en planes".
"Este es un buen comienzo", dijo Yates. "Es una buena historia para tu legado, niña".
Yates la guió hasta el momento crítico en que tocó tierra de manera segura.
"¡Bien, chica, buen trabajo!, dijo Yates a través de la radio. "Ahí viene, la nariz [del avión] está bajando. Estás bien, estás bien, estás bien. Háblame, niña".
"Estoy bien", respondió Hash. "Todo está bien".
"¡Bien, chica. Estoy orgulloso de ti!", respondió Yates.
La frase sonó como el mejor "bien, niña" que Hash jamás hubiera escuchado.
"Tan pronto él dijo eso, añadió: 'estoy orgulloso de ti', y empezó el mar de lagrimas", confesó Hash.
"Podías escuchar que mi voz había cambiado", comentó Yates. "Yo también estaba llorando".
La Administración Federal de Aviación está investigando el hecho que, según Hash, no la ha disuadido de convertirse en una piloto profesional. Si pudo lidiar con esa situación –piensa– va a poder enfrentar cualquier cosa que salga mal en un vuelo futuro.
Hash y Yates le dan crédito al controlador aéreo, quien permitió que Yates hablara con Hash durante todo el vuelo. Ambos pilotos ahora están haciendo planes para conocerse en persona y volar juntos.