IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Católicos gastaron $4 millones para saber qué sacerdotes usaban aplicaciones gay como Grindr y denunciarlos con obispos

El grupo de católicos conservadores de Colorado defendió sus acciones diciendo que “algunos clérigos estaban ofreciendo públicamente su interés en actos que contradecían sus promesas de celibato”. Algunos catalogaron esta práctica como “espionaje”.

Un grupo de católicos conservadores de Colorado gastó millones de dólares en información de aplicaciones celulares de mensajería y citas utilizadas por personas gay para saber qué sacerdotes o seminaristas las usaban y denunciarlos con sus superiores, según una investigación de The Washington Post.

El grupo, llamado Laicos y Clérigos Católicos por la Renovación, invirtió al menos 4 millones de dólares en datos de las aplicaciones para citas Grindr, Scruff, Growlr y Jack’d —usadas principalmente por hombres gais o bisexuales—, y luego contactó a una docena de obispos para compartir los hallazgos, precisó el diario.

Los datos fueron comprados a los anunciantes de esas aplicaciones, no a las aplicaciones en sí.

La información obtenida abarca la actividad virtual de los sacerdotes entre 2018 y 2021 y, aunque no incluye sus nombres ni los mensajes que intercambiaron, sí suficientes detalles como la ubicación de dónde usaron las app, el tipo de celular y el proveedor del servicio de internet.

“Esto no se trata de si los sacerdotes y seminaristas son heterosexuales u homosexuales”, reaccionó a la investigación del Post Jayd Henricks, vocero de la organización en un artículo. “Se trata de un comportamiento que perjudica a todos los implicados, en algún nivel y de alguna manera, y es un testimonio contra el ministerio de la Iglesia”.

Sacerdotes durante una misa en Los Ángeles, California, el 2 de marzo de 2023.
Sacerdotes durante una misa en Los Ángeles, California, el 2 de marzo de 2023.MediaNews Group/Los Angeles Dail / MediaNews Group via Getty Images

Según el vocero, los datos que obtuvieron demuestran que “algunos clérigos estaban ofreciendo públicamente su interés en actos que contradecían sus promesas de celibato”. Destacó que no se encontraron evidencias de relaciones inapropiadas con menores.

El grupo dijo que puso sus hallazgos “al servicio de los obispos” para que los usen “en la mejor forma que consideren oportuna”, según Henricks, quien dijo que han “aprendido del lado oscuro de la tecnología”. Para él, el acceso a la conectividad y contenido en línea “fácilmente puede convertirse en un instrumento para el pecado”.

Consecuencias para los sacerdotes

Uno de los informes que el grupo entregó a un obispo y fue revisado por el Post indica que los datos se compraron a través de “intermediarios que consiguieron la información de intercambios publicitarios”, que son sitios donde se venden y compran los anuncios en tiempo real.

El grupo cruzó los datos con las ubicaciones de parroquias, seminarios y otros lugares para encontrar a las personas que usaban las aplicaciones, informó el Post.

“Después de todo, todas las grandes empresas utilizan datos (online), ¿por qué no la Iglesia?”, justificó el portavoz. “Los datos podrían utilizarse para conocer mejor la vida dentro de la Iglesia, por ejemplo, qué tipo de actividades eclesiásticas atraen a la gente a una parroquia, o incluso cuándo y cómo se programan las liturgias”, defendió.

Dos fuentes vinculadas al caso aseguraron al Post que no estaban de acuerdo con la práctica, calificándola como “espionaje” y “nociva”. También dijeron que es difícil evaluar sus consecuencias, pero que es posible que impida que los sacerdotes sean promovidos a otras posiciones dentro de sus parroquias o sean forzados a una jubilación temprana.

Los documentos no detallan los sitios específicos en los que se compró la información, según el Post, pero sí se encontró que los datos incluyen imágenes con direcciones.

Henricks aseveró que toda la información se adquirió respetando la ley y criticó la investigación del diario, asegurando que su intención era conseguir visitas.

Las app condenan la filtración

Grindr, la aplicación de la que más se extrajo información, respondió al diario que ya no compartían este tipo de datos de sus usuarios por preocupaciones de seguridad.

Patrick Lenihan, vocero de Grindr, reaccionó: “Estamos furiosos por las acciones de estos vigilantes anti-LGBTQ”. “Todo lo que este grupo busca es dañar a las personas”, agregó.

La aplicación Growlr respondió que antes compartía esta información con sus anunciantes pero que dejó de hacerlo en mayo de 2022. Y OkCupid, por su parte, aseguró al Post que nunca lo ha hecho, “por razones de seguridad”.