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Esta actriz tenía una vida “de cuento de hadas”. Ahora irá a la cárcel por una estafa “para alcanzar aún más”

Las hijas de Lori Loughlin no son atletas, pero sus padres participaron en un engaño para que fueran admitidas como tales en una prestigiosa universidad. Fue un crimen “motivado por la arrogancia”. Así lo van a pagar ahora ella y su marido.

Por Doha Madani y David K. Li - NBC News

La actriz Lori Loughlin fue sentenciada este viernes a dos meses de prisión, y su esposo, el diseñador de moda Mossimo Giannulli, a cinco, por su participación en el escándalo de las trampas en la admisión a universidades.

La actriz de la serie Full House (Tres por tres, en español) le dijo al juez federal de distrito Nathaniel Gorton, que se "redimirá" y "usará esta experiencia como catalizador para hacer el bien y retribuir” durante el resto de su vida.

Loughlin pareció estar leyendo una declaración preparada, luego se secó los ojos y dijo sus últimas palabras al juez aparentemente fuera del guion.

"Su señoría, lo siento verdadera, total y profundamente", aseguró, "estoy lista para enfrentar las consecuencias y reparar el daño".

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Loughlin se declaró culpable de un cargo por conspiración para cometer fraude electrónico y postal en mayo, más de un año después de que ella y Giannulli batallaran con los fiscales por su participación en el escándalo nacional más grande de este tipo, denominado Operación Varsity Blues.

La actriz, de 56 años, fue sentenciada en un tribunal federal horas después que su esposo. Ambos participaron en un complot que ayudó a sus hijas a ingresar en la Universidad del Sur de California.

la actriz Lori Loughlin y su esposo el diseñador Mossimo Giannullia
En esta fotografía del 3 de abril de 2019, la actriz Lori Loughlin y su esposo el diseñador Mossimo Giannullia salen de una corte en Boston tras enfrentar cargos por sobornos para admisiones universitarias. AP

Giannulli también se declaró culpable en mayo de un cargo por conspiración para cometer fraude postal en conexión con la estafa.

Los fiscales dijeron que Giannulli asumió un papel mucho más activo en el plan, que retrataba falsamente a las hijas de la pareja como atletas de élite, y que por eso merecía más tiempo en la cárcel. Aunque el juez pareció mostrar simpatía por Loughlin, cuestionó por qué la actriz tomó tan malas decisiones.

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"Aquí tenemos a una actriz profesional admirada y exitosa con un matrimonio duradero, dos hijas aparentemente sanas y resilientes, más dinero del que podrían necesitar, una hermosa casa en el soleado sur de California: una vida de cuento de hadas", dijo Gorton.

"Sin embargo, estoy delante de una criminal convicta. ¿Y por qué? Por el inexplicable deseo de alcanzar aún más", añadió.

En las universidades que practican deportes importantes, como la Universidad del Sur de California, se otorga una amplia libertad a los entrenadores y departamentos de atletismo para que capten a los atletas de primer nivel y los consideren de manera especial para ser admitidos.

Al hacer que sus hijas fueran admitidos fingiendo que eran atletas de élite (cuando no tenían una conexión sustancial con el deporte), Loughlin y su esposo negaron a otros dos adolescentes la oportunidad de asistir a esa universidad, dijo el fiscal federal adjunto Justin O'Connell.

La familia ya tenía una inmensa riqueza y conexiones para ayudar a que sus hijas entraran a una amplia gama de escuelas, dijo O'Connell.

"Para la mayoría, esas ventajas son una quimera, pero para este acusada simplemente no eran suficientes", dijo O'Connell al juez.

"Entonces, cuando llegó el momento de que sus hijas se postularan a la universidad, Loughlin optó por hacer trampa, usar el fraude para que estas pudieran robarse dos puestos de admisión pertenecientes a estudiantes más capaces y merecedores", añadió.

Si bien el abogado defensor de Loughlin, William Trach, admitió la culpabilidad de su cliente, dijo que la actriz y sus hijas están siendo castigadas indebidamente en el tribunal de la opinión pública.

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Trach citó resultados de búsquedas en internet que, según afirma, muestran cómo el nombre de Loughlin ahora es sinónimo del escándalo, a pesar de haber intercambiado sólo 15 correos electrónicos en tres años con el autor intelectual de la estafa, William Singer.

"Creo que es justo decir que de todos los padres acusados ​​en esta amplia investigación, ninguno tuvo una participación menos activa en este fraude que Lori", dijo Trach.

"Debido a su celebridad, Lori ha sido el rostro indiscutible del escándalo nacional", añadió.

La audiencia tras la que se pronunció la sentencia este viernes fue virtual, debido a la pandemia de coronavirus.

El juez Gorton vistió su bata y habló desde su sala de audiencia en Boston. Los fiscales, los acusados ​​y sus abogados intervinieron por computadora.

Gorton le dirigió duras palabras a Giannulli, regañando al acusado por aprovecharse cruelmente de un privilegio.

"Veo a muchos traficantes de drogas, traficantes de armas y personas que han cometido crímenes violentos que han crecido sin modelos a seguir, a veces abusando de ellos mismos", dijo Gorton.

“No estás robando pan para alimentar a tu familia. No tienes excusa para tu crimen. Eso te hace aún más culpable", añadió.

Giannulli llevaba “una buena vida en el sur de California", pero aun así cometió un crimen "motivado por la arrogancia", según el juez.

"Ayudaste a patrocinar un fraude impresionante en nuestro sistema de educación e involucraste a tu esposa y tus dos hijas en engañar y fingir para ingresar a una universidad prestigiosa", le dijo Gorton.

Ninguna de las hijas ha sido acusada. Tampoco están ya matriculadas en la Universidad del Sur de California.

Loughlin y Giannulli recibieron la orden de presentarse en prisión el 19 de noviembre.

La defensa espera que Giannulli sea enviado a una cárcel federal en Lompoc, California, a unas 150 millas al noroeste del centro de Los Ángeles. Se espera que Loughlin cumpla su tiempo en una instalación en Victorville, a unas 90 millas al noreste del centro de Los Ángeles.

El juez dijo que pasaría estas solicitudes a los funcionarios de prisión, quienes tendrán la última palabra sobre dónde cumplirán su sentencia ambos.

Además de los cinco meses en la cárcel, a Giannulli se le ordenó pagar una multa de 250,000 dólares y realizar 250 horas de servicio comunitario. Loughlin recibió una multa de 150,000 dólares y 100 horas de servicio comunitario.

La sentencia de este viernes llega después de que investigadores federales descubrieran el año pasado una red de padres adinerados que pagaron miles de dólares a un hombre de California por aumentar las posibilidades de que sus hijos ingresaran a universidades de élite.

El plan fue dirigido por Singer, que manejaba un negocio de preparación y asesoramiento universitario con fines de lucro. Singer destapó toda la operación cuando aceptó cooperar con los investigadores y ponerse un micrófono que condujo a más evidencia.

Varios otros padres privilegiados se vieron envueltos en el escándalo, incluida la actriz de Desperate Housewives (Esposas Desesperadas, en español) Felicity Huffman.

Huffman cumplió 11 días de una sentencia de 14 días en octubre, después de que admitió haber pagado para que alguien supervisara y corrigiera el examen de la junta universitaria de su hija. Como resultado, la puntuación de su hija subió 400 puntos por encima de su rendimiento en el examen  PSAT a 1420 de un posible 1600.