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En la era Trump, muchos estadounidenses se están mudando a una lejana isla

Es un país remoto, con excelentes condiciones naturales y el menor índice de corrupción.
Nueva Zelanda
WILLIAM WEST/AFP/Getty ImagesAFP/Getty Images / AFP/Getty Images

No fueron pocos quienes anunciaron que, de llegar Donald Trump de la presidencia de los Estados Unidos, se mudarían a otro país donde se sintieran más a gusto.

Pues semejante aviso se ha estado cumpliendo, sobre todo en esta última semana, tras la toma de posesión del magnate neoyorkino. Algunos lo han hecho al vecino Canadá, pero otros han optado por un trayecto mucho más largo.

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Con cuatro millones y medio de habitantes según el último censo de población, y a trece horas de vuelo desde la costa oeste de Estados Unidos, Nueva Zelanda, ubicada al sureste de Australia, se ha convertido en un destino de prioridad, sobre todo para personas con mucho dinero.

Este país que en realidad aparece muy poco en la prensa mundial ha sido considerado por el Banco Mundial el mejor lugar para hacer negocios, además de ser el país con menos corrupción en el planeta, según Transparency International.

Esto explica una especie de invasión silenciosa que se ha ido produciendo en las últimas semanas.

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De acuerdo con el The New Zealand Herald, quienes llegaron entre todo 2016 y este primer mes de 2017 ocupan -¡porque los han comprado legalmente!- más de 3.500 kilómetros cuadrados de territorio neozelandés: cuatro veces más que la superficie adquirida en 2015.

Desde que el republicano Donald Trump se hizo de las llaves de la Casa Blanca, ya 13.401 ciudadanos de Estados Unidos han presentado los documentos de solicitud de la residencia en Nueva Zelanda.

Esta cifra sería 17 veces mayor que el promedio histórico para ese lejano país, del que desconocemos mucho, su historia, su cocina y su cultura.

Tal vez el más célebre de estos ‘nuevos colonos’ sea Peter Thiel, el cofundador de Paypal, un multimillonario que según Forbes atesora nada menos que 2700 millones de dólares.

El aire puro neozelandés, las características benéficas de su clima, sus reservas de agua potable, además del desarrollo de su infraestructura en comunicaciones, con un poderoso servicio de internet, y una situación en Estados Unidos que acentúa los temores de no pocos de sus habitantes, todo suma para que este país pase de ser una ilusión, a convertirse en un real proyecto de vida.

De ahí que las cifras aportadas por ese gobierno confirmen lo que ya varios medios de prensa han testimoniado: a través de la legación diplomática neozelandesa en territorio estadounidense y de las plataformas online habilitadas para tal efecto, 17.584 personas ya han manifestado su deseo de estudiar, trabajar o invertir en aquel remoto país, desde que el 8 de noviembre pasado se supo que Donald Trump sería nuestro nuevo presidente.

Esta cifra contrasta con las 1.272 solicitudes que se llevaron a cabo un año antes, en noviembre de 2015.

Y como si esto no fuera poco, en lo transcurrido de este mes de enero, 3.159 estadounidenses se han manifestado a favor de la aventura, mientras que en el primer mes de 2016 solo fueron 1.724.

"Estamos experimentando en este momento un ligero aumento en los visados ​​emitidos a ciudadanos estadounidenses, tanto para visas de trabajo temporal como de residencia permanente", aseguró Steve McGill, gerente general de la oficina nacional de inmigración, en unas palabras para BBC.

"Se tiene la sensación de que hay quien quiere crear un globo en el hemisferio sur, lejos de algunos de los problemas que enfrenta el mundo occidental", dijo McGill.