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En California, los doctores inmigrantes cubren la escasez de médicos latinos

En California, los doctores inmigrantes cubren la escasez de médicos latinos

Por Nina Terrero

Desde que la Dra. Michelle Bholat comenzó a practicar la medicina familiar, la necesidad de médicos latinos atendiendo a los pacientes latinos en su estado de California ha crecido exponencialmente. De acuerdo a las estadísticas publicadas por la universidad UCLA, solamente el cinco por ciento de los médicos licenciados en California son latinos, en un estado que es aproximadamente 40 por ciento hispano, lo que indica una grave escasez de médicos para la atención primaria conectados tanto por el idioma como por la cultura para atender a los pacientes hispanos.

“En el cuidado de la salud, es importante la capacidad de comunicar su historia, de esa forma es como nosotros, los médicos, podemos realizar nuestros diagnósticos”, explica la Dra. Bholat, quien es mexicana-estadounidense y actualmente Vicepresidenta ejecutiva de la unidad de Medicina Familiar de la Universidad de California, Los Angeles. “Así que mis primeros retos fueron ¿cómo conseguir más doctores latinos que trabajen en las áreas que más necesitan atención primaria?”

La respuesta yace en los doctores inmigrantes. En los Estados Unidos, más del 25 por ciento de los médicos son de países extranjeros y principalmente del Medio Oriente y de la India. “Muy pocos” doctores inmigrantes son de América Latina, dice la Dra. Bholat, y desde los últimos años ella ha convertido en su misión crear una vía para que los médicos latinos ejercen en los Estados Unidos, para de ese modo ir cerrando el hueco de la atención a la salud para los pacientes hispanos, un doctor inmigrante de uno en uno.

El Programa Internacional de Médicos Graduados de UCLA —fundado en 2006 por la Dra. Bholat y su colega el Dr. Patrick Dowling— les da a los doctores formados en América Latina una oportunidad para enfocarse en estudios e instrucción para licenciarse en los EE.UU. El programa les ofrece a los participantes clases de preparación para los exámenes, cursos de inglés, un internado clínico y un estipendio; solamente los exámenes de la junta médica de EE.UU. ascienden a tres mil dólares y es una empresa muy cara para los doctores inmigrantes. Al completar los exámenes, los participantes solicitan para una residencia médica de tres años, que se exige para ejercer en los Estados Unidos.

“Yo misma vine de una situación difícil y sé lo duro que es graduarse de la escuela secundaria, la universidad e ir a la escuela de medicina”, dice la Dra. Bholat, quien se mantuvo por sí sola como una madre adolescente, graduándose de una universidad comunitaria antes de asistir a la escuela de medicina en el Colegio de Medicina Irvine de la Universidad de California. “Pero la cantidad de doctores latinos no iba a crecer en 24 horas. Nos dirigimos al médico inmigrante porque ya está aquí y le apasiona la medicina. Ayudando a facilitarle los obstáculos en el camino, estamos ayudando a cerrar los huecos de la atención a la salud en las comunidades que más lo necesitan”.

Una vez que se gradúan del programa, los participantes del IMG deben servir en una de las áreas médicamente desatendidas de California por dos o tres años. En algunas clínicas de Los Angeles puede haber tan poco como dos médicos por 4.000 pacientes hispanos, enfatizando la grave escasez de doctores latinos.

“Mi pasión es ayudar a la gente”, dice Abril Arias, una doctora graduada del programa IMG. La Dra. Arias asistió a la escuela de medicina de Tijuana, México, y sin el programa no habría sido capaz de enfocarse solamente en sus estudios para lograr licenciarse en los EE.UU. “Muchos de nosotros somos médicos bilingües que deseamos enfocarnos en atender a las comunidades latinas, pero encontramos que el proceso para los exámenes de la junta y obtener una residencia es muy caro y consume mucho tiempo. Actualmente, como una residente de tercer año en el Centro Médico de San Diego de la Universidad de California, la Dra. Arias se ha enfocado en atender a la población hispana e intenta desarrollar su carrera en lo mismo.

La Dra. Arias representa el tipo de graduado por el que la Dra. Bholat espera que el programa sea reconocido. Ella recibe 8 solicitudes por cada vacante en el altamente competitivo programa, y hasta la fecha el programa ha ubicado a 54 médicos de América Latina en programas de capacitación de medicina familiar, aproximadamente como la cantidad de médicos hispanos de las diez escuelas de medicina de California, todas juntas. Y los graduados del programa, que proceden de países como México, Perú, Costa Rica, Argentina, El Salvador, Cuba y Venezuela, tienen los atributos que hacen que los inmigrantes sean tan valiosos en este país.

“Ellos desean trabajar sin descanso para hacer lo que se necesita”, dice Bholat de los participantes de su programa. “Y lo que nosotros les ofrecemos es un sustento, porque sin el estipendio, estos son inmigrantes que de otra forma habrían sido empacadores de carne, trabajadores de la construcción o empleados de una fábrica”.

Y aquellos son los atributos —esfuerzo, dedicación y empatía— que hace que sus médicos estén entre los mejores del estado.

“Usted es capaz de comunicarse mejor con los pacientes si comprende su cultura, su idioma y sus necesidades”, dice Blanca Samira Campos, una graduada del programa que recibió su diploma médico en Costa Rica. La Dra. Campos, quien originalmente es de Belice, actualmente trabaja en un área predominantemente latina de bajos ingresos del sur de California y dice que ahora ella es “capaz de trabajar con la gente que más necesita su atención”.

Y esto es un privilegio que la Dra. Arias dice que no se puede subestimar.

“Ciertamente, dado que soy de México, puedo relacionarme más con todos mis pacientes”, dice la Dra. Arias. Hay muchísimas ideas equivocadas con respecto a los latinos y cositas que se pierden en la traducción”.

“Es un placer para mí atender a mis pacientes. Y la manera en que ellos dicen ‘gracias por prestarme atención’ vale más que cualquier cosa en el mundo”.