Uno de los avales presidenciales más solicitados en un Estado clave de votación anticipada es el de una mujer que no puede votar.
Mientras los demócratas buscan apoyo en Nevada, una reunión con Astrid Silva, una activista por los derechos de los migrantes de 31 años que se ha convertido en una cara pública de los dreamers, es algo que no se puede saltar.
Silva ha cenado con Kamala Harris, mesas redondas de política con Elizabeth Warren y Joe Biden y tamales veganos con Cory Booker. Justo esta semana, después de que Pete Buttigieg se dio cuenta de que asistía a los argumentos de la Corte Suprema sobre el programa que la protegía de la deportación, la candidata llamó para asegurarse de que ella supiera que apoyaba su causa.
"Los aspirantes presidenciales, cuando vienen aquí, no conozco a ninguno que no se haya reunido con ella", dijo Harry Reid, el exlíder de la mayoría del Senado de EEUU, que ayudó a elevar el perfil de Silva durante su campaña de reforma migratoria. "No tengo dudas de que los candidatos están bien atendidos para visitarla".
El ocupado calendario de Silva destaca el poder de los votantes latinos en Nevada, el tercer estado en el calendario primario de los demócratas. El estado tiene una gran comunidad de migrantes, y los latinos representan aproximadamente el 19% del electorado, según el Centro de Investigación Pew. Muchos de esos votantes son demócratas, lo que hace que el concurso de Nevada sea una prueba crítica del atractivo de los candidatos entre un grupo con creciente poder político en el partido.
Si bien la migración ha pasado a un segundo plano respecto a la atención médica y la acusación en el debate primario nacional, sigue siendo la vanguardia para los demócratas de Nevada, muchos de los cuales quieren que los candidatos tengan un plan para proteger permanentemente a los Dreamers y ofrecer un camino a la ciudadanía, entre un anfitrión de otros cambios.
Silva, uno de los aproximadamente 13,000 jóvenes migrantes en el estado que están temporalmente protegidos de la deportación bajo el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, se ha convertido en una figura visible en el impulso de la reforma migratoria desde que se reunió con Reid en 2009. El presidente Barack Obama la citó en un Discurso de migración de 2014, y habló en la Convención Nacional Demócrata de 2016. En 2016, declaró que el plan de migración de Hillary Clinton era el más factible y la apoyó, ayudando a Clinton mientras ganaba las asambleas de Nevada y luego llevaba el estado púrpura.
Su respaldo "le da a ese candidato la capacidad de decir que ha sido investigado por alguien que está luchando con la comunidad migrante por la comunidad migrante", dijo la senadora estatal demócrata Yvanna Cancela, una amiga íntima de Silva.
Silva desconfía de dar ese sello de aprobación fácilmente. En los últimos meses, ha pasado horas en reuniones privadas en Las Vegas con los candidatos, generalmente trayendo consigo un equipo de activistas, migrantes y abogados voluntarios.
Con papas fritas y salsa en restaurantes mexicanos familiares o, en el caso de Booker, tamales veganos y oración en un altar en una casa local, Silva ha tratado de enfocar a los candidatos en historias personales. Ella y otros a menudo describen los temores que enfrentan los migrantes y las complejidades del sistema de migración de EEUU hablan de víctimas de agresión sexual que tienen miedo de denunciar a la policía porque no tienen estatus legal. Cuentan cómo los miembros de la familia se vieron obligados a irse y permanecer fuera del país por hasta 10 años antes de solicitar unirse legalmente a su familia.
"Es muy diferente cuando eres el que le tiene miedo a la policía, cuando eres el que le tiene miedo a ICE, cuando eres el que se acuesta por la noche pensando: '¿Vendré a casa mañana?'" dijo Silva.
Silva a veces les cuenta su historia, acerca de cruzar la frontera desde México a los 4 años con sus padres sin posesión legal. Hasta que tenía 26 años y Nevada comenzó a emitir tarjetas de privilegio de conducir a los migrantes, ella confió en el autobús para desplazarse por Las Vegas. Dirige una organización sin fines de lucro que conecta a los migrantes con apoyo y ayuda legal, pero dice que se asegura de que su familia o amigos puedan acceder a su cuenta bancaria para pagar sus facturas en caso de que su estado legal cambie y termine detenida. "Nuestro literal todo está en manos de otra persona", dijo. "No tengo nada que decir sobre mi vida".
Mientras se reúne con los candidatos, sus compañeros migrantes latinos a menudo les dan a los aspirantes al 2020 pequeñas fichas para recordarlos, como una imagen de San Judas, el santo patrón de las causas perdidas, o un "escapulario", un collar devocional con Nuestra Señora de Guadalupe, el santo patrón de México, eso es visto como una protección contra las cosas malas. "No pueden votar. Lo único que pueden dar es su tiempo y, literalmente, sus tesoros, que son sus artefactos religiosos ”, dijo Silva.
Booker, Warren y Harris, que tuvieron varias reuniones con Silva, han publicado planes de Dreamer que usarían acciones ejecutivas para extender las protecciones para aquellos que ya están cubiertos y permitir que otros inmigrantes, como los miembros de la familia de Dreamers, soliciten protección contra la deportación.
El senador Bernie Sanders ha propuesto extender la protección a los padres de los residentes legales, junto con la suspensión de todas las deportaciones y permitir que las personas sin estatus legal obtengan cobertura de salud bajo su plan "Medicare para todos". Su campaña ha estado trabajando para establecer una reunión con Silva. Buttigieg y Silva hablaron durante unos cinco minutos por teléfono el domingo. Biden, que no ha publicado un plan de inmigración detallado, ha pedido al Congreso que otorgue la ciudadanía a Dreamers.
Pero Silva sigue preocupado por el campo demócrata. Ella ha visto que pocos candidatos realmente llegan y organizan familias en la comunidad inmigrante, dijo. Le preocupa que los candidatos cambien su tono en las elecciones generales, cuando la lucha se traslade al Cinturón de Rust, donde la inmigración es un problema que podría alejar a algunos votantes blancos de la clase trabajadora.
"En este momento, podrían estar hablando muy bien, pero cuando tienen que ir moderados, o cuando tienen que ir a la derecha, nuestras familias son las primeras en ser sacrificadas", dijo Silva. “Somos los primeros en estar en la tabla de cortar porque no votamos. No podemos votar ". A otros les preocupa que las campañas piensen que un activista, o un tema, solo desbloqueará el voto latino.
Al igual que otros votantes, los latinos se preocupan por la atención médica, la educación y el cambio climático, entre otros temas, dijo Leo Murrieta, director de la organización de defensa Make the Road Nevada.
Mientras Silva juega un papel importante, los candidatos deben hacer más que reunirse con ella "solo para marcar una casilla", dijo Murrieta. "No se le puede pedir a una persona que represente a una población entera", dijo.
Mientras tanto, Silva reconoce que la carrera de la Casa Blanca se ha visto ensombrecida por las luchas cotidianas que ella y otros migrantes enfrentan, que se han intensificado bajo la administración Trump.
La Corte Suprema escuchó argumentos la semana pasada sobre si el presidente Donald Trump puede terminar el programa DACA, y se espera una decisión para fines de junio. Los opositores de la derecha argumentan que las protecciones de DACA recompensan a las personas que violaron la ley y alientan a más personas a migrar sin permiso legal.
Los republicanos moderados han respaldado un camino hacia la ciudadanía para los Dreamers, pero los esfuerzos anteriores se han derrumbado en el Congreso. “Si me quitan mi permiso de trabajo”, dijo Silva, “¿importa, mi respaldo? ¿Importa que estoy abogando por un candidato cuando no puedo ver a mi familia? "
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