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Más de 200 republicanos que niegan la legitimidad de la elección de 2020 han ganado en los comicios de medio período

Al menos 24 negacionistas triunfaron para cargos como gobernador, secretario de estado y fiscal general. Más de 170 estarán en la Cámara de Representantes y otros 16 en el Senado. Algunos pueden tener un rol clave en certificar la elección presidencial de 2024.

Más de 200 candidatos republicanos que han impulsado las mentiras del expresidente, Donald Trump, de que la elección del 2020 le fue robada, fueron electos a puestos para los que competían en el Senado, la Cámara de Representantes y cargos clave en todo el país, algunos en estados donde la carrera presidencial del 2024 será reñida y donde tendrán poder para tomar decisiones sobre el proceso electoral.

Pero también cerca de un centenar de candidatos negacionistas que apoyan la teoría conspirativa de Trump —desmentida por autoridades electorales, jueces e investigadores en todo el país— perdieron sus contiendas, entre ellos figuras estridentes como Doug Mastriano, quien perdió su nominación a gobernador de Pennsylvania, y J.R. Majewski, quien buscaba representar a Ohio en la Cámara baja del Congreso y que participó en el ataque al Capitolio en enero de 2021.

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Así se desprende el recuento elaborado por diversos medios, entre ellos los diarios The New York Times y The Washington Post. El total de ganadores y perdedores seguirá cambiando en las próximas horas y días mientras avanza el conteo de votos en diversos estados.

De ocho puestos clave en estados reñidos para la elección general de 2024, donde las personas electas podrían tener un rol importante en la certificación de los resultados, cuatro fueron ganados por demócratas.

Para los otros cuatro aún no hay ganador, pero casi todos los negacionistas —Mark Finchem, Kari Lake y Abraham Hamadeh, quienes buscan ser secretario de Estado, gobernadora y fiscal general de Arizona— van perdiendo el conteo de votos.

Jim Marchant, nominado a la secretaría de estado de Nevada y que dijo que él no hubiese certificado el resultado de la elección del 2020 y prometió eliminar la votación anticipada y por correo en ese estado (al igual que Lake en Arizona). Marchant aventaja al demócrata Francisco Aguilar por un estrecho margen, 48.5% vs 47.4%, según el conteo de la Mesa de Decisión de NBC News.

Según los datos de The New York Times, hasta el momento (3:42 pm hora del Este), de los republicanos que ponen en duda la legitimidad de las elecciones del 2020, 24 han ganado sus contiendas estatales para cargos como gobernador, secretario de estado y fiscal general, entre ellos el gobernador de Florida, Ron DeSantis y la recién electa gobernadora de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, ex secretaria de prensa de la Casa Blanca durante la Administración Trump.

"No creo que alguna vez sepamos las profundidades de cuánto fraude existió", dijo Sanders al diario de Arkansas, The Texarkana Gazette, en mayo.

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Otros 16 republicanos escépticos del triunfo que obtuvo Joe Biden hace dos años han sido electos en el Senado, entre ellos tres que abiertamente han dicho que la elección le fue robada a Trump: Tom Cotton (Arkansas), Markwayne Mullin (Oklahoma) y J.D. Vance (Ohio), quien reemplazará al senador retirado Rob Portman.

De acuerdo al análisis de The New York Times, más de 170 republicanos que han manifestado dudas sobre la integridad de la elección del 2020 fueron electos en la Cámara de Representantes, entre ellos figuras que abiertamente hablan de una elección robada como Marjorie Taylor Greene (Georgia), la hispana Ana Paulina Luna (Florida) y Mary Miller (Illinois).

La latina Anna Paulina Luna —con su esposo Andy Gamberzky durante la celebración de su triunfo en San Petesburgo el 8 de noviembre— representará al distrito 13 de Florida en la Cámara de Representantes. Ella cree que a Donald Trump le robaron la elección del 2020.
La latina Anna Paulina Luna —con su esposo Andy Gamberzky durante la celebración de su triunfo en San Petesburgo el 8 de noviembre— representará al distrito 13 de Florida en la Cámara de Representantes. Ella cree que a Donald Trump le robaron la elección del 2020. The Washington Post / The Washington Post via Getty Images

"Yo creo que el presidente Trump ganó esa elección, y creo que ocurrió un fraude electoral”, dijo Luna en una entrevista con MSNBC en junio de este año.

"¡Es hora de limpiar Washington y recuperar nuestro país!", tuiteó Luna el martes por la noche, cuando ya se preveía que ganaría un puesto en el Congreso.

Desde que perdió la elección presidencial en noviembre del 2020, el expresidente Trump ha insistido falsamente en que le robaron el chance de seguir en la Casa Blanca. Cientos de figuras republicanas han repetido esas mentiras y utilizaron la narrativa de un falso fraude para impulsar sus propias candidaturas en todo el país.

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Lo cierto es que posterior al triunfo de Biden, más de 86 jueces ubicados en todos los niveles del sistema judicial —desde los juzgados estatales hasta la Corte Suprema— rechazaron al menos una de las demandas por supuesto fraude que presentaron Trump y sus aliados, según un análisis del diario The Washington Post

Autoridades electorales y diversos expertos han demostrado que es prácticamente imposible que ocurra un fraude electoral de tal magnitud que afecte el resultado de las elecciones nacionales.

Es importante recalcar que el sistema electoral estadounidense es altamente descentralizado. Las elecciones son administradas por más de 8,000 gobiernos locales, con reglas y leyes únicas para cada estado, por lo que no es realista pensar en un fraude nacional. Además, el 90% de los estadounidenses votan con papeletas de papel, sometidas a diversos controles en estados que incluso requieren medidas de seguridad adicionales, como números de serie o marcas de agua, según explica la Comisión de Asistencia Electoral, una agencia federal independiente.

La mayoría de estados ya utilizan algún tipo de código de barras en los sobres de las boletas electorales. Estos códigos de barras permiten a los funcionarios electorales darle seguimiento al procesamiento de la boleta y ayudan a los votantes a saber si su voto fue recibido. “Los códigos de barras también permiten que los estados identifiquen y eliminen boletas duplicadas si un votante emite más de una, ya sea por error o corrupción”, explica el Centro Brennan para la Justicia de la Universidad de Nueva York.