Por Alex Seitz-Wald - NBC News
WASHINGTON — Los perdedores de las elecciones de mitad de período de este año se están ganando los elogios por hacer algo que sería totalmente irrelevante en otra época: admitir la derrota.
Desde Maine hasta Michigan, desde el Senado hasta la legislatura estatal, desde los republicanos hasta los demócratas, la mayoría de los candidatos de alto perfil que se quedaron cortos en las elecciones intermedias de 2022 están ofreciendo rápidas concesiones y amables felicitaciones a sus oponentes. Entre ellos se encuentran candidatos que se ganaron el respaldo del expresidente. Donald Trump, al abrazar sus falsas afirmaciones de que las elecciones están amañadas contra los republicanos.
“Sé que es un listón bajo, de verdad, pero me alienta el número de republicanos derrotados que están concediendo y felicitando a sus oponentes”, tuiteó Josh Chafetz, profesor de derecho constitucional en la Universidad de Georgetown.
Por supuesto, decenas de candidatos republicanos que cuestionaron la legitimidad de la elección del presidente, Joe Biden, ganaron el martes y acabarán en el Congreso, incluido J.D. Vance, por Ohio, que obtuvo un escaño en el Senado. Y algunos, como la candidata a gobernadora de Arizona, Kari Lake, aún no han visto sus carreras convocadas y han insinuado que invocan reclamaciones infundadas de fraude.
Pero la mayoría de los que perdieron no siguieron la tendencia negacionista y conspiratoria de Trump.
Los observadores de la democracia respiran aliviados, sobre todo porque muchos temían que Trump hubiera sentado un precedente que los republicanos podrían utilizar para negar los resultados de otra elección.
“La democracia depende de que los perdedores reconozcan la legitimidad de su derrota”, recordó Brendan Nyhan, un politólogo de Dartmouth que cofundó Bright Line Watch, un grupo de vigilancia que supervisa el estado de la democracia estadounidense. “Donald Trump y el negacionismo que se ha extendido por el Partido Republicano (GOP, por su sigla en inglés) han destrozado esa norma. Por eso es alentador ver a los candidatos concediendo: tenemos que celebrar estos actos de gracia".
El célebre médico Mehmet Oz, que se ganó el respaldo de Trump y con él las primarias del Partido Republicano al decir cosas como que “no podemos seguir adelante” con las elecciones de 2020, extendió una rama de olivo al conceder la carrera al Senado de Pennsylvania al demócrata John Fetterman.
“Nos enfrentamos a grandes problemas como país, y necesitamos que todo el mundo baje sus espadas partidistas y se centre en hacer el trabajo”, declaró Oz el miércoles. “Le deseo a él y a su familia todo lo mejor, tanto personalmente como en su calidad de próximo senador de los Estados Unidos”, agregó.
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El año pasado, Dan Cox ayudó a organizar autobuses turísticos para llevar a los partidarios de Trump a Washington el 6 de enero y asistió al mitin que precedió a la insurrección mortal en el Capitolio. Aunque dijo que nunca entró en el Capitolio, sí tuiteó “Pence es un traidor” después de que el exvicepresidente, Mike Pence, certificara el resultado de 2020.
Este año, Trump ayudó a Cox a derrotar a un moderado bien conectado en las primarias del Partido Republicano para postularse como gobernador de Maryland.
Pero cuando Cox perdió las elecciones generales el martes, no lloró ni insistió en que la carrera había sido robada, aunque dijo que “el resultado fue una completa sorpresa".
“Deseo al gobernador electo Wes Moore y a la vicegobernadora electa Aruna Miller y a sus familias todas las bendiciones y el éxito para que cumpla su palabra y gobierne positivamente para todos los habitantes de Maryland”, afirmó Cox en una declaración de concesión de dos páginas. “Rezaré por ellos y por su nuevo papel para todos nosotros”, añadió.
La mayoría de los candidatos republicanos perdedores siguieron guiones más parecidos al de Cox que al de Trump.
“Acepto los resultados de las elecciones de ayer”, dijo Paul LePage, el incendiario ex gobernador republicano de Maine, en un comunicado después de no haber recuperado su antiguo puesto.
Lee Zeldin, que como congresista acudió a la Cámara de Representantes horas después de la insurrección del 6 de enero para despotricar contra los “funcionarios electorales deshonestos” a los que culpó falsamente de la derrota de Trump, no hizo tales afirmaciones después de que perdiera su campaña para gobernador de Nueva York frente a la titular demócrata Kathy Hochul. En su lugar, publicó un comunicado el miércoles felicitándola.
La candidata a gobernadora de Michigan, Tudor Dixon, dijo inicialmente el martes por la noche que quería ver más resultados antes de admitir su derrota. Pero a la mañana siguiente, emitió un comunicado diciendo: “Nos quedamos cortos”.
Ruth Ben-Ghiat, historiadora del autoritarismo y la propaganda en la Universidad de Nueva York, señaló que poderosos medios conservadores como Fox News ya no son reflexivamente pro-Trump.
“Fox News, que ha apoyado la ‘gran mentira’ desde sus inicios, convocó rápidamente las carreras para los demócratas. Eso marcó la pauta”, explicó. “¿Por qué Fox News eligió este curso de acción después de apoyar el intento de golpe de Estado del 6 de enero? Es probable que sea una señal del giro de la cadena para alejarse de Trump, aunque su nuevo héroe, [el gobernador de Florida Ron] DeSantis, también propugna las reclamaciones de fraude electoral", apuntó.
En el pasado se esperaba que los políticos tuvieran gracia en la derrota, y las concesiones eran rutinarias.
A la mayoría de la gente no le gusta parecer un mal perdedor. Y antes de que Trump obligara al Partido Republicano a dedicarse a relitigar su derrota, la mayoría de los candidatos querían parecer amables en la derrota, aunque estuvieran devastados en privado.
Que los candidatos aceptaran los resultados no se daba por descontado este año, ya que muchos candidatos alineados con Trump parecían estar preparando el terreno para las reclamaciones de fraude postelectoral.
En cambio, los candidatos de ambos partidos parecían reconocer la importancia de ser un perdedor amable en un clima político marcado por el miedo a la violencia política.
“Tengo el privilegio de conceder esta carrera a J.D. Vance”, dijo el martes por la noche el representante demócrata Tim Ryan. “Porque la forma en que funciona este país es que cuando se pierde una elección se concede. Se respeta la voluntad del pueblo. No podemos tener un sistema en el que si ganas es una elección legítima y si pierdes alguien la ha robado”.
Trump no se inventó el negarse a conceder. Y algunos candidatos de ambos partidos, presumiblemente desde que existen las elecciones, se han negado a admitir la derrota por una u otra razón.
Pero este año, algunos de los que se habían metido en líos con sus elecciones en el pasado se centraron en el panorama general.
La demócrata de Georgia Stacey Abrams nunca concedió formalmente su carrera de 2018 contra el gobernador Brian Kemp, alegando que el republicano había utilizado su posición como secretario de Estado para suprimir el voto, con la ayuda de aliados en la Legislatura estatal.
Pero este año, después de presentarse contra él y volver a perder, Abrams llamó a Kemp para conceder y marchó ella misma al atril para admitir su derrota antes de que NBC News y otros medios de comunicación hubieran dado la carrera en su contra.
“Esta noche debemos ser honestos. Estoy haciendo lo que es claramente lo más responsable. Suspender mi campaña”, declaró a sus partidarios el martes por la noche en Atlanta.