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Los funcionarios electorales se están preparando para una ola de amenazas alimentadas por teorías conspirativas

El acoso, posibles retrasos en los conteos, y varios incidentes preocupantes en buzones de votación en estados indecisos, alimentados por conspiraciones de supuesto fraude en 2020, tienen a muchos trabajadores electorales en alerta máxima.

Por Allan Smith y Adam Edelman - NBC News

Los funcionarios electorales de algunos de los distritos más disputados y observados en el país cuentan que se están preparando para hacerle frente a una nueva ola de amenazas en su contra motivadas por las teorías conspirativas, aunque confían en su capacidad para desempeñar su trabajo en circunstancias adversas.

En entrevistas con una docena de funcionarios electorales locales en los estados clave de Nevada, Georgia, Wisconsin, Pennsylvania, Michigan y Arizona, la mayoría de ellos expresó preocupación de que el negacionismo electoral y las teorías de conspiración ya han cobrado nuevo aliento (a pesar de sus esfuerzos por combatirlas durante los últimos dos años) y ya han causado dos incidentes aislados en buzones electorales de Arizona y Pennsylvania.

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Los funcionarios también advirtieron que en contiendas muy disputadas, la falta de un resultado inmediato puede ser uno de los factores que propicie la creación de teorías conspirativas y acusaciones infundadas de fraude. Aun así, no tienen ninguna duda de su habilidad para llevar a cabo un conteo de manera segura y precisa.

Trabajadores electorales en el condado de Maricopa, supervisados por observadores republicanos y demócratas, el 25 de octubre de 2022.
Trabajadores electorales en el condado de Maricopa, supervisados por observadores republicanos y demócratas, el 25 de octubre de 2022.OLIVIER TOURON / AFP via Getty Images

“No es una exageración decir que los ojos del mundo están puestos en nosotros”, afirmó a NBC News Bill Gates, el presidente republicano de la Junta de Supervisores del Condado de Maricopa, cuyo condado se vio inmerso en las acusaciones infundadas de fraude que hizo el expresidente Donald Trump.

Después de las elecciones de 2020, los funcionarios electorales locales se convirtieron en el blanco de las acusaciones infundadas de fraude de los partidarios de Trump.

Las teorías de conspiración con un mensaje engañoso o a veces completamente falso sobre las máquinas de votar se esparcieron en internet como un reguero de pólvora y Trump y sus aliados las amplificaron a nivel nacional. Esos reclamos han persistido a pesar de que no hay evidencia de que estos buzones, que se usan para depositar las boletas electorales enviadas por correo, hayan sido manipulados de alguna forma.

Decenas de funcionarios electorales alrededor de todo el país abandonaron sus trabajos en medio del aluvión de acusaciones y ataques personales. Ahora los que se quedaron aseguran que todavía están lidiando con las consecuencias de esa campaña de desprestigio.

“Desafortunadamente, todavía estamos viendo un clima muy similar, con mucha sospecha e ira”, dijo en una entrevista Lisa Schaefer, directora ejecutiva de la Asociación de Comisionados de los Condados de Pennsylvania.

Señales de alarma que preocupan a los oficiales

NBC News entrevistó a trabajadores electorales en seis de los siete estados más reñidos en la elección presidencial de 2020, donde se originaron casi el 60% de las denuncias de amenazas a los trabajadores electorales que cumplieron con los requisitos del Departamento de Justicia para iniciar una investigación este año.

En estos estados clave, los funcionarios dijeron que estaban en alerta máxima por las fuerzas potencialmente disruptivas en las elecciones de 2022. Estas incluyen las tácticas intimidatorias en contra de ellos y de los votantes; varias demandas jurídicas que desafían ciertas reglas de votación; candidatos que se niegan a decir que aceptarán los resultados de su contienda y las teorías conspirativas, que se agravan cuando el conteo de las contiendas más reñidas se prolonga.

El secretario del condado de Dane, Scott McDonell, el principal funcionario electoral en el segundo condado más poblado de Wisconsin, indicó que ha recibido un número cada vez mayor de llamadas e emails en las últimas semanas de personas que expresan teorías sobre qué votos pueden y no pueden contarse.

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McDonell remitió al grupo de trabajo del Departamento de Justicia un correo electrónico de una persona que solicitaba acceso a “datos realmente seguros”, y dijo que también se reunió con agentes locales para prepararse ante posibles escenarios el día de las elecciones. En su oficina instalaron barreras de plexiglás, botones de pánico y cámaras seguridad en todas las habitaciones del edificio.

“Espero que todo esto sea una reacción exagerada”, dijo McDonell. “Pero podría haber 'observadores electorales' extremadamente disruptivos. Eso es probablemente lo que más me preocupa... las personas que podrían presentarse en los lugares de votación con listas falsas tratando de intimidar a los votantes”.

Las preocupaciones de McDonnell se producen en un momento en el que las autoridades federales han alertado sobre el peligro que representan los extremistas internos. Una evaluación conjunta realizada por el Departamento de Seguridad Nacional, el FBI, el Centro Nacional de Contraterrorismo y la Policía del Capitolio indicó que los extremistas nacionales “representan una mayor amenaza para las elecciones de mitad de período de 2022” y pueden tener a los trabajadores y funcionarios electorales como “objetivos”.

Hasta junio, los investigadores federales ya habían revisado más de 1,000 incidentes referidos al grupo de trabajo federal a cargo de investigar las amenazas a los trabajadores electorales en el año en curso.

El Departamento de Justicia indicó recientemente que un hombre de Iowa fue arrestado tras haber sido acusado de dejar mensajes de voz amenazantes a un funcionario electoral local en Arizona y un funcionario de la oficina del fiscal general del estado. Además, se ha visto a individuos armados vigilando buzones electorales en Arizona. Un juez les ordenó el miércoles que se mantuvieran al menos a 250 pies de distancia de los lugares.

Otros funcionarios en estos estados clave aseguran que han visto cada vez más observadores partidistas que quieren supervisar los centros de votación e incluso desafiar a los votantes. El Comité Nacional Republicano, los partidos estatales y sus aliados han promocionado el reclutamiento y capacitación de los monitores electorales antes de la votación de 2022.

Sheryl Guy, la secretaria del condado de Antrim, Michigan, una localidad de mayoría republicana que estuvo en el centro de conspiraciones infundadas a favor de Trump después de la votación de 2020, estimó que la cantidad de observadores electorales aumentó en su localidad en aproximadamente un 90%, aunque ella dijo que esperaba que los grupos se fueran sin causar muchos problemas porque mirar los votos se vuelve “aburrido después de un tiempo”.

Pero hay algunas preocupaciones, incluso en Georgia, donde individuos y grupos de activistas ya han cuestionado la elegibilidad de decenas de miles de votantes en el estado. El supervisor electoral del condado de Bartow, Joseph Kirk, el principal funcionario electoral en un condado rojo en la esquina noroeste del estado, dijo que tendría a las fuerzas del orden locales “en espera” el día de las elecciones para lidiar con cualquier observador electoral que perturbe el orden.

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Los funcionarios electorales también dijeron que los tribunales podrían generar caos si tardan semanas en resolver las posibles impugnaciones. Estos posibles retrasos también aumentarían la presión sobre los funcionarios y los convertirían en blanco de hostigamiento y amenazas.

Como informó The Associated Press, este año ya se han presentado más de 100 demandas, en su mayoría presentadas por republicanos, antes del día de las elecciones. Las demandas se enfocan en todo, desde las reglas de votación por correo hasta el registro de votación y el acceso para los observadores electorales partidistas.

¿Otro posible desafío? Candidatos que se niegan a aceptar los resultados de las elecciones, como Trump se negó a hacerlo después de 2020.

Una ciudadana emite su voto en un lugar de votación en Pittsburgh, Pennsylvania, el martes 17 de mayo de 2022. Pennsylvania se encuentra en el corazón de una dramática carrera. En el lado republicano hay un exejecutivo de Wall Street compitiendo con un médico célebre y un agitador conservador emergente. Su rival es un demócrata que se recupera de un derrame cerebral.
Una ciudadana emite su voto en un lugar de votación en Pittsburgh, Pennsylvania, el martes 17 de mayo de 2022. Pennsylvania se encuentra en el corazón de una dramática carrera. En el lado republicano hay un exejecutivo de Wall Street compitiendo con un médico célebre y un agitador conservador emergente. Su rival es un demócrata que se recupera de un derrame cerebral.Nate Smallwood/Bloomberg via Getty Images

“Bueno, ciertamente espero que no veamos una repetición de eso, porque sería muy dañino para nuestra democracia, particularmente aquí en Arizona”, afirmó Gates, quien expresó su preocupación de que algunos candidatos republicanos se hayan negado a comprometerse a aceptar el resultados de sus elecciones.

Un problema que podría surgir en algunos estados donde la contienda es reñida es la gran cantidad de tiempo que tomaría un recuento legalmente obligatorio si la diferencia es muy poca, lo que posiblemente dejaría a los votantes esperando durante casi un mes o más para saber quién ganó.

“Cuando las medidas comienzan a prolongar o retrasar significativamente el proceso de quién ganó realmente las elecciones, las ideas extremas de repente se vuelven [parte del] proceso”, dijo el experto en elecciones Rick Pildes, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York.

“En el ambiente en el que estamos”, agregó, “esa es una situación peligrosa”.

‘Una peligrosa espiral’

Si bien los incidentes disruptivos aún no están generalizados, a muchos funcionarios electorales y expertos les preocupa que estén ocurriendo y que parezcan estar firmemente arraigados en las teorías de conspiración que surgieron después de las elecciones de 2020.

“Existe una preocupación por la seguridad de los trabajadores electorales, no necesariamente por amenazas directas o cosas por el estilo, pero recién saliendo de 2020 y todo lo que sucedió allí, nuestros condados van a ser muy cuidadosos y quieren asegurarse de que los trabajadores electorales están seguros el día de las elecciones”, dijo Steve Currie, director ejecutivo de la Asociación de Condados de Michigan.

En el condado de Maricopa, Gates señaló que está trabajando con la policía local para brindar seguridad adicional a los trabajadores electorales, y denunció que “recientemente hemos visto algunos de los correos electrónicos y publicaciones en las redes sociales más viles aquí”.

Los funcionarios electorales también han estado lidiando con un éxodo masivo de empleados tras las elecciones de 2020.

En Nevada, el principal funcionario electoral en 10 de los 17 condados del estado renunció, se jubiló o decidió no buscar la reelección desde el día de las elecciones de 2020, informó la oficina del secretario de Estado. Multitudes de trabajadores electorales en todo Georgia renunciaron a sus puestos después de las elecciones de 2020. Y en Pennsylvania, casi 50 altos funcionarios electorales han dejado su cargo en los últimos dos años.

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Algunos entrevistados por NBC News sostuvieron que las oficinas electorales han demostrado ser resistentes y señalaron que otros funcionarios han tomado el lugar de los que se han ido y en algunos casos ha aumentado el reclutamiento desde las elecciones de 2020.

“He visto a mucha gente decir: ‘No me ahuyentarán; Estoy en esto para proteger la democracia’, y así sucesivamente”, explicó Mark Evans, director de comunicaciones del condado de Pima, Arizona. “Y entonces es como si hubiera sido un catalizador”.

Pero incluso en algunos de esos escenarios más prometedores, “definitivamente hay una pérdida de conocimiento institucional”, indicó Schaefer, directora ejecutiva de la Asociación de Comisionados del Condado de Pennsylvania, quien agregó que sigue confiando en la capacidad de los administradores locales para supervisar el conteo. “Ciertamente, ha tomado un poco de tiempo poner a la gente [nueva] al día”.

Aun así, sigue siendo un solo aspecto positivo en lo que es un “ciclo muy peligroso”, según Lawrence Norden, director principal de elecciones y programas gubernamentales en el Centro Brennan para la Justicia, una organización no partidista.

“Si los trabajadores electorales y los funcionarios electorales se van o dejan de llegar, eso puede provocar más errores, lo que a su vez puede alimentar la desinformación”, advirtió.

Cuando se agrega esto a todos los demás factores, incluidos “observadores electorales ultrapartidistas que esparcen más teorías de conspiración”, eso “conduce a una disminución de la confianza en el proceso electoral y eso a su vez genera más amenazas”, explicó Norden.

“Esa una espiral peligrosa”, afirmó.