Por Sarah Yáñez-Richards
EDINBURG, Texas.— Muchos latinos del Valle del Río Grande, en el sur de Texas, se despertaron este miércoles con un sabor agridulce al ver los resultados electorales, por un lado están contentos de poder haber expresado su voz con su voto por primera vez, pero por otro están tristes de que el presidente, Donald Trump, haya ganado los 38 votos electorales del gran estado tras haberse hecho con el 52.2% de los votos, según la proyección de Noticias Telemundo.
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Pese a que la noche electoral ya ha pasado, ninguno de ellos descruza los dedos, pues esperan que el candidato demócrata, Joe Biden, pueda hacerse con la presidencia de Estados Unidos una vez todos los votos hayan sido contados. “Miro la actualización de los resultados cada 10 minutos y están muy ajustados. No sé qué va a pasar, pero creo que Biden tiene oportunidades de convertirse en presidente”, dice Frida Avilés, una estudiante de la Universidad de Texas Valle del Río Grande.
“Cuando Texas estuvo de color azul durante 15 minutos (al inicio del recuento de los votos) estaba muy emocionada, pero no duró. El estado es rojo, como siempre”, señala la veinteañera mexicana estadounidense que en estas elecciones votó por primera vez por un presidente y creía que este año Texas —donde la última vez que ganó un demócrata fue en 1976 con el presidente Jimmy Carter— iba a dar sus votos electorales a Joe Biden. “La mayoría de la gente que sigo y conozco se decanta por la izquierda y pensé: Tal vez ahora que más gente joven está votando se va a volver azul”.
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Otra estudiante de comunicación, que prefiere mantenerse en el anonimato, revela que ella también votó demócrata. “Fue agridulce porque tenía esperanza por otro resultado, pero sabía que aunque a veces la gente trata de cambiar las cosas, a veces el cambio no pasa, ya que no todo el mundo está en el mismo barco. Nuestro país está muy dividido ahora, todo el mundo quiere cosas distintas”, explica la estudiante de comunicación mexicana americana sentada desde una terraza de la universidad que, al igual que el resto del campus, está vacía debido a la pandemia.
La joven latina anota tras una mascarilla con flores amarillas que hasta en su familia puede ver la división, ya que sus padres votaron demócrata, pero sus abuelos y tíos le dieron sus papeletas a Donald Trump.
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“Estoy contenta de que esta zona haya votado azul, por todas las manifestaciones que hemos tenido”, señala haciendo referencia a las caravanas pro-Trump que se han dado todos los fines de semana en la ciudad de McAllen, urbe perteneciente al condado de Hidalgo, donde los demócratas ganaron con el 57.9 % de los votos.
Jonathan Martinez, pese a no haber votado por ninguno de los dos candidatos, anota que estaba seguro de que el Valle del Río Grande votaría demócrata porque su mayoría de habitantes son latinos y no les “gusta Trump”.
“La voz latina es muy importante y más desde que se está volviendo la mayoría en Texas —según el último censo, el 39.7 de la población es hispana—, esperaba que tuviéramos más votantes latinos, pero siempre hay circunstancias distintas como permisos de residencia, que impiden que los latinos sean oídos”, subraya la estudiante Mariana García, quien en estas elección no solo votó en su nombre sino también en el de su padre, que al ser residente y no ciudadano estadounidense no pudo votar en los comicios.
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Bajo una mascarilla negra, un universitario que prefiere mantenerse en el anonimato defiende por su parte que las personas tienen tanto el derecho a votar como no votar y señala que él se decantó por no ejercer su derecho al voto, pues sentía que votar en estos comicios era como “elegir tu veneno”.
“He estado investigando toda esta campaña, pero no quería votar solo para elegir entre el menos malo”, recalca el joven latino.