Bárbara Lagoa, la jueza federal de apelaciones cubano-estadounidense bajo consideración del presidente, Donald Trump, para ocupar la vacante en la Corte Suprema, es una jurista conservadora cuyo currículum incluye un papel en una acalorada batalla internacional por la custodia de un niño cubano y la distinción de ser la primera hispana en un tribunal superior de Florida.
Si Trump la nomina y el Senado la confirma para reemplazar a la jueza liberal Ruth Bader Ginsburg, quien murió de cáncer de páncreas a los 87 años el viernes, Lagoa, de 52 años, se convertiría en la segunda hispana en servir en el máximo tribunal, después de la jueza puertorriqueña Sonia Sotomayor. Le daría a la corte una mayoría conservadora de 6-3.
Lagoa tiene menos de un año de experiencia como jueza federal, y se unió a la Corte de Apelaciones del 11º Circuito, con sede en Atlanta, en diciembre después de ser nominada por Trump y confirmada por el Senado en una votación de 80 a 15.
Una victoria en Florida se considera crucial para la posible reelección de Trump el 3 de noviembre, y la elección de una candidato para la Corte de ese estado potencialmente podría darle un impulso entre sus votantes al presidente.
Si bien Lagoa no ha servido por mucho tiempo en el 11 ° Circuito, participó en un fallo importante que revirtió la decisión de un juez de anular una ley de Florida que requiere que las personas con condenas penales graves en el pasado paguen todas las multas, restituciones y honorarios legales antes de recuperar el derecho al voto.
Los críticos han comparado esa ley, respaldada por los republicanos, con los impuestos electorales que en el pasado impusieron algunos estados para evitar que las minorías votaran.
El primer acto oficial del gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, un aliado de Trump, fue la nominación de Lagoa para la Corte Suprema de Florida en enero de 2019, un gran impulso para la carrera del exfiscal federal que había servido en un tribunal estatal intermedio desde que fue propuesto para ese puesto por ex gobernador republicano de ese estado Jeb Bush en 2006.
Lagoa es miembro de la influyente comunidad cubano-estadounidense de Florida. Sus padres huyeron de Cuba después de la revolución comunista de Fidel Castro. Creció en Hialeah, en las afueras de Miami, se graduó de la Universidad Internacional de Florida (FIU) y obtuvo su título de abogada en la Universidad de Columbia, la misma escuela en la que se graduó Ginsburg.
Los asesores de Trump la ven como un "voto conservador confiable"
En 2000, participó en un importante incidente internacional entre Estados Unidos y Cuba que involucró a un niño de 5 años llamado Elián González, que fue rescatado del océano después de que su madre se ahogara mientras huía de la isla con él. El padre del niño en Cuba buscó su regreso y se inició una batalla legal con los familiares del menor en Florida.
Lagoa brindó servicios legales gratuitos a la familia del niño en Florida, que querían retenerlo en Estados Unidos. Finalmente, fue enviado de regreso a Cuba.
Lagoa ha dicho que la huida de sus padres de la Cuba de Castro moldeó sus puntos de vista y su carrera. “En el país donde huyeron mis padres, el capricho de un solo individuo podría significar la diferencia entre comida o hambre, libertad o prisión, vida o muerte”, dijo Lagoa en un evento el año pasado. "A diferencia del país del que huyeron mis padres, somos una nación de leyes, no de hombres", en referencia a Castro.
El grupo activista liberal Alliance for Justice ha dicho que las decisiones de Lagoa "plantean preocupaciones porque se pondrá del lado de los ricos y poderosos a expensas de los estadounidenses comunes como jueza federal". También citó un fallo de 2019 en el que Lagoa se puso del lado de las empresas que impugnaban el salario mínimo de Miami Beach, así como una decisión a la que se unió y que dificultaba que los propietarios luchen contra los procedimientos de ejecución hipotecaria.
Ese mismo año, Lagoa confirmó la suspensión decidida por DeSantis de un sheriff por presunta incompetencia luego del tiroteo en una escuela secundaria en Parkland, Florida.
Los asesores de Trump ven a Lagoa como una jueza que inclinará la balanza de la Corte Suprema con su posible voto conservador, dijo Carl Tobias, profesor de Derecho de la Universidad de Richmond, y experto en nominaciones judiciales.
Leonard Leo, quien ha sido una figura clave en el grupo legal conservador de la Federalist Society y que trabajó en estrecha colaboración con Trump en las nominaciones para la Corte Suprema de los jueces Neil Gorsuch en 2017 y Brett Kavanaugh en 2018, entrevistó y respaldó a Lagoa cuando estaba bajo consideración para el cargo en la corte de Florida.
"No rehuye a sus credenciales de la Federalist Society y es conservadora", dijo Tobias sobre Lagoe.
El Florida Family Policy Council, un grupo que se opone a la legalización del aborto y los derechos de la comunidad LGBT, dijo el año pasado que Lagoa "tiene una filosofía judicial conservadora" y "también está profundamente comprometida con su fe". Lagoa es católica y asiste a una iglesia en Miami.
En su entrevista para la Corte Suprema de Florida, Lagoa se describió a sí misma como una "nerd legal" y aseguró que en sus interrogatorios es dura y hace preguntas directas, “pero siempre lo hago con respeto ”, destacó Lagoa.
El esposo de Lagoa, Paul Huck Jr., es abogado en la oficina de Miami de Jones Day, un bufete que a menudo se involucra en causas republicanas. Tienen tres hijas. El suegro de Lagoa, Paul Huck Sr., es un juez federal semi-retirado en Miami, designado por el expresidente demócrata Bill Clinton. Habla español con fluidez.