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“No hay un camino a la victoria”: aliados de Trump están preocupados porque se niega a aceptar la derrota

Mientras surgen más casos de coronavirus entre los colaboradores del presidente, sus asesores reconocen que las demandas legales no van a cambiar el resultado electoral, pero pocos se lo dicen.
El presidente Donald Trump se detuvo para hablar con los reporteros mientras caminaba para abordar el Marine One y partir del Jardín Sur de la Casa Blanca, el 26 de septiembre.
El presidente Donald Trump se detuvo para hablar con los reporteros mientras caminaba para abordar el Marine One y partir del Jardín Sur de la Casa Blanca, el 26 de septiembre.Getty Images

Por C. E. Lee, P. Alexander, H. Jackson y M. Alba – NBC News

Mientras el presidente, Donald Trump, continúa luchando contra los resultados de las elecciones presidenciales, numerosas personas de su círculo más cercano expresan su preocupación ante la posibilidad de que sea víctima de la furia y afecte su propio legado, así como al Partido Republicano.

Esas preocupaciones se exacerbaron el lunes cuando Trump sorprendió a los funcionarios de la Casa Blanca y del Pentágono al despedir al secretario de Defensa, Mark Esper, con un mensaje en la red social Twitter, según dijeron varias personas cercanas al presidente.

La esperanza, según estas personas, es que esta semana termine de manera distinta a la anterior y que las demandas del mandatario sobre los resultados de las elecciones en varios estados sigan su curso rápidamente.

El momento es particularmente peligroso incluso para una Casa Blanca que ha atravesado el caos durante casi cuatro años, con toda la incertidumbre por el nuevo brote de coronavirus entre los asesores más cercanos del presidente, incluido su jefe de gabinete y el principal abogado del equipo legal de su campaña.

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“Es necesario que alguien converse de manera sincera con el presidente. No hay un camino a la victoria”, dijo una persona cercana a Trump, quien también afirmó que el mandatario “se merece su día en la corte”, pero agregó que continuar poniendo en duda los resultados de las elecciones “destruye su legado”.

“Eso lo distrae de un legado del que debe estar orgulloso, y lo margina”, dijo esa persona, “no le corresponde alargar esto mucho más”.

Otro aliado afirma que el objetivo de las demandas y las declaraciones públicas que alegan fraude electoral es intentar “presentar a Trump como algo más que un perdedor”.

La mayoría de las personas cercanas al presidente reconocen que las batallas legales no van a cambiar el resultado, pero pocos se lo dicen.

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Según estos aliados, las acciones de algunos funcionarios muestran la poca confianza que hay sobre la posibilidad de que prevalezca la estrategia legal de Trump. Por ejemplo, está previsto que el vicepresidente, Mike Pence, viaje el martes a Florida, donde estará de vacaciones durante el fin de semana.

“Todo lo que necesitas saber es que Pence se va de vacaciones”, dijo una persona cercana a Trump cuando se le preguntó sobre las perspectivas de sus procesos legales.

Incluso antes de las elecciones, Trump tenía dudas de que ganaría. Según una persona familiarizada con las conversaciones, el presidente le dijo a sus asesores en las semanas previas al 3 de noviembre que, si perdía, podría postularse de nuevo en 2024. La semana pasada volvió a mencionar esa idea, y sus aliados ya han discutido la posibilidad de establecer un comité de acción política.

También existen divisiones y tensiones dentro del equipo de Trump sobre la propuesta de que participe en los mítines de recuento que su campaña ha sugerido que podrían realizarse.

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Trump le ha dicho a la gente que quiere agradecer y honrar a sus simpatizantes de alguna manera, según una persona familiarizada con las discusiones. Pero sus aliados están preocupados por la óptica y las consecuencias de los mítines de “recuento” porque los resultados electorales parecieran ser bastante claros.

También preocupa que Trump no se haya dirigido al público desde el jueves.

En los últimos días, el estado de ánimo del mandatario ha oscilado entre evadir el hecho de que perdió la reelección y negarse a aceptar la derrota, según afirman algunos de sus aliados.

Sin embargo, los funcionarios de la Casa Blanca y de la campaña de Trump ya comenzaron a actualizar sus currículos.

“Todo el mundo está preocupado por su legado después de la presidencia”, dijo un aliado de Trump.

Durante el fin de semana, cuando Trump pasó un tiempo en su club de golf en Virginia, hubo momentos en los que planteó la idea de que podría perder y cómo podría proceder en la Casa Blanca durante las próximas semanas y después de dejar el cargo. Pero luego se enfrascó más en la noción de fraude electoral y, a veces, se quejaba con los invitados de su club.

“Nunca, jamás admitirá que no ganó”, dijo otro aliado.

Se espera que Trump tome algunas decisiones antes de dejar el cargo, incluidas posibles órdenes ejecutivas e indultos y maniobras para incorporar a los designados políticos en agencias gubernamentales como funcionarios de carrera pero, a partir de ahora, no existe una estrategia general para realizar esas acciones.

Después de que Trump despidiera a Esper, uno de sus asesores dijo que “no se lo habría aconsejado”.

Al principio, algunas personas cercanas al mandatario respaldaron su instinto de luchar con el fin de que pensara que estaban de su lado para luego tratar de convencerlo. Pero ahora, hablar con él es como tratar con un “adolescente recalcitrante”, dijo una persona cercana a la Casa Blanca.

En privado, muchos reconocen la realidad de los resultados. “Comenzó a ser evidente que esto había terminado cuando los líderes extranjeros, que están aliados con el presidente, comenzaron a felicitar a Joe Biden”, dijo una persona cercana a la Casa Blanca.

El gerente de campaña de Trump, Bill Stepien, y su adjunto, Justin Clark, sostuvieron una reunión de todo el personal en su sede de Virginia el lunes por la mañana, instando a los asistentes a mantenerse enfocados en “la pelea” que se avecina, según dos empleados que asistieron.

Sin embargo, se espera que la campaña del presidente termine oficialmente el domingo, y que la mayoría de los empleados pierdan el seguro médico y sus cheques de pago, a menos que algunos vuelvan a ser contratados durante la próxima semana.

Eso está provocando cierta ansiedad y preocupación, particularmente entre los empleados de base, que no saben si ya deberían estar buscando nuevos trabajos. Varios han comenzado a ponerse en contacto con posibles empleadores.