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Melania Trump destaca sus raíces de inmigrante a pesar de las duras políticas migratorias de su esposo

En su discurso más crucial, la primera dama habló de la importancia de la amabilidad y la compasión, en un intento por humanizar a su marido. Dijo ser “afortunada” de vivir en EE.UU. como inmigrante, pero fue tildada de hipócrita por las políticas que Trump ha adoptado contra esta comunidad a la que pertenecen ella y sus padres. 
/ Source: Telemundo

Como primera dama, Melania Trump rara vez habla en público, pero esta noche lo hizo desde el recién remodelado Jardín de las Rosas de la Casa Blanca para tratar de pintar al presidente, Donald Trump, como un líder con empatía que lucha por el bienestar del pueblo y merece la reelección en la votación de este noviembre.

En su discurso, leído con la ayuda de una pantalla, Melania afirmó que como mujer inmigrante entiende el “privilegio” de vivir en Estados Unidos y “disfrutar de las libertades y oportunidades que tenemos”. 

Sus palabras no fueron bien recibidas por sus críticos, en particular en la red social Twitter, donde su nombre fue tendencia desde que comenzó su alocución.

La primera dama, Melania Trump.
La primera dama, Melania Trump, en la segunda noche de la Convención Nacional Republicana, en el Jardín de las Rosas en la Casa Blanca. AP/Evan Vucci

Muchos apuntaban a la contradicción de que ella y sus padres lograron establecerse en este país con las mismas políticas migratorias que ahora Trump le reprocha a extranjeros de bajos recursos, políticas que de hecho busca derogar.

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Durante una entrevista en 2011, Melania Trump se sumó a quienes exigían pruebas del acta de nacimiento del entonces presidente, Barack Obama, en el marco del movimiento “birther” en el país: quienes cuestionaban la nacionalidad del expresidente (el primer mandatario negro en la historia del país) en gran parte motivados por el racismo.

Para ser presidente, la Constitución exige que el candidato haya nacido en suelo estadounidense, y Obama nació en Hawaii de madre estadounidense y padre keniano. Pero Trump, Melania, y sus otros críticos siempre pusieron en duda su elegibilidad para el cargo.

Modelo de profesión, Melania Trump emigró de Eslovenia a EE.UU. y consiguió en 2001 la llamada visa “Einstein”, o EB-1, concedida a personas con grandes talentos o destrezas extraordinarias. Luego pudo patrocinar la residencia, o green card, de sus padres después de obtener la ciudadanía estadounidense cinco años más tarde.

Eso es notorio, pues el presidente ha criticado y prometido acabar con el supuesto fenómeno de la “migración en cadena”, que, a su juicio, permite que incluso familiares lejanos puedan obtener la residencia permanente sin mayor esfuerzo, pese a que, por lo general, las visas de reunificación familiar sólo tienen validez para miembros del núcleo familiar.

[El presidente Trump firma la orden ejecutiva que suspende la inmigración y solicitud de ‘green cards’ por 60 días]

Trump ha reducido drásticamente el límite anual de refugiados en EE.UU., ha propuesto reducir la inmigración legal, y ha impuesto más restricciones para quienes buscan la green card.

Habló de la pandemia, pero no hubo mascarillas ni distanciamiento

La intervención de Melania, la más esperada de la noche, no fue controversial solo por sus comentarios como inmigrante. 

La primera dama pronunció su discurso frente a varias decenas de asistentes y, a pesar de hablar de manera extensa sobre la pandemia del coronavirus, ni a ella ni a su público se les vio portando mascarillas o cumpliendo con el recomendado distanciamiento social.

Melania dijo que su esposo "no descansará hasta que haya hecho todo lo posible para cuidar de todos los afectados por esta terrible pandemia". Poco antes de que ella tomara el podio, el presidente emitió un indulto y participó en una ceremonia de naturalización en la Casa Blanca, junto al secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf. En ambos eventos, ninguno de los participantes usó mascarillas.

La Casa Blanca cuenta con una alta capacidad de pruebas rápidas para detectar el virus, por la importancia del enclave, aunque este tipo de exámenes no están disponibles en la mayor parte del país.

Los discursos y eventos sin mascarillas esta noche y la anterior  contrastaron fuertemente con la Convención Nacional Demócrata de la semana pasada, que incluyó montajes de videos con personas que sí las usaban, incluyendo a los candidatos Joe Biden y Kamala Harris. 

Los oradores de la Convención Demócrata criticaron el manejo del virus por parte de Trump, y una de las participantes dijo que su padre de 65 años murió porque había confiado en el presidente cuando este le restó importancia al virus, que ya ha dejado más de 177,000 estadounidenses muertos.