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La primera, pero no la última: por qué importa la nominación de Kamala Harris a la vicepresidencia

La aspirante a la vicepresidencia por el lado demócrata hereda un legado de mujeres que se han acercado a los puestos más altos del Gobierno sin lograrlo. ¿Será este el año en que los votantes abandonan los estereotipos sobre las políticas?
/ Source: Telemundo

Kamala Harris acaba de hacer historia al ser nominada como la primera mujer negra y de descendencia surasiática en una fórmula presidencial. Y puede que lo más importante no sea su logro esta noche, sino el legado que este deja: el camino para las futuras candidatas como ella.

La misma Harris lo indicó hace un año, cuando contó que su madre le decía que “puede que seas la primera en hacer muchas cosas, lo importante es asegurarse que no seas la última”.

Cuatro años después de la primera candidata presidencial estadounidense y en un año donde se ha hablado mucho a nivel mundial sobre los beneficios de tener a mujeres políticas en los más altos niveles, como la discusión de que países liderados por mujeres han sobrellevado mejor la pandemia de COVID-19, parece que los votantes en Estados Unidos también están dejando atrás ciertos estereotipos que en el pasado han afectado a las candidatas.

Eso beneficia a la política estadounidense –las funcionarias suelen promover más leyes y ser vistas como más confiables y capaces de lograr compromisos–, y también promueve la participación de futuras generaciones de mujeres al normalizar su presencia en la política, coinciden especialistas.

“Mientras más mujeres haya en puestos así de visibles, más mujeres se postularán”, dijo a Noticias Telemundo  Karen O’Connor, académica del Instituto sobre Mujeres y Política de la American University y autora de varios libros sobre las políticas y legisladoras en EE.UU.

Las seis aspirantes a la candidatura demócrata en 2019, de izquierda a derecha: Marianne Williamson, Kamala Harris, Amy Klobuchar, Elizabeth Warren, Tulsi Gabbard y Kirsten Gillibra
Todos los aspirantes a la candidatura demócrata, incluidas las seis mujeres que contendieron, en junio de 2019. En primera fila y de izquierda a derecha: Marianne Williamson, Kamala Harris, Amy Klobuchar, Elizabeth Warren, Tulsi Gabbard y Kirsten Gillibrand.Getty Images / Getty Images

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Ayuda que Harris, hija de inmigrantes, es ahora parte de la fórmula presidencial mejor posicionada para ganar en noviembre: las encuestas muestran una preferencia por Joe Biden sobre Donald Trump de hasta 11 puntos, a diferencia de otras candidatas a la vicepresidencia en el pasado que no tenían tantas posibilidades de llegar a las esferas más altas de poder en el país. 

Votantes demócratas mujeres y los más jóvenes expresaron emoción de que hubiera una mujer en la boleta desde antes de que Harris fuera nombrada, de acuerdo con una encuesta de la publicación Político. Otro sondeo de YouGov mostró que los votantes negros y de mayor edad también la respaldan, y los latinos también tienen buena impresión de Harris, de acuerdo con la firma LatinoDecisions.

Si Harris “tiene una posición destacada, se abre camino no solo para ella volver a postularse para la presidencia en el futuro, sino para que otras mujeres lo hagan”, dijo la politóloga O’Connor.

En 2001, un 42% del público de Estados Unidos consideraba que un hombre siempre sería mejor que una mujer para el puesto presidencial. Para mayo de este año, el 94% de los estadounidenses encuestados por Gallup dijeron que votarían para que en la Casa Blanca haya una presidenta.

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Solo 13% admitió públicamente en sondeos este año que considera que los varones están más capacitados para el cargo, en contraste con 20% que decían hace 20 años que al país le iría peor si hubiera más mujeres en el Gobierno.

Con esas percepciones cambiantes, y logros como una cifra inédita de candidatas votadas al Congreso en 2018, “se van formando olas que crecen con el tiempo, al caer en cuenta los partidos de que las mujeres son instrumentales y valiosas”, dijo a Noticias Telemundo  Christabel Cruz, directora del programa NEW Leadership de la Universidad de Rutgers, destinado a promover el ingreso de más mujeres jóvenes al campo político con capacitaciones de liderazgo.

Además de tener a Harris como posible vicepresidenta, este 2020 hay un número récord de mujeres buscando llegar al Congreso, tanto demócratas como republicanas, según el Center for American Women and Politics.

Sin embargo, sigue habiendo obstáculos de parte de los votantes.

Foto de archivo de Hillary Clinton en 2016. Clinton fue la primera política en conseguir la candidatura presidencial de uno de los dos principales partidos de EE.UU.
Foto de archivo de Hillary Clinton en 2016. Clinton fue la primera política en conseguir la candidatura presidencial de uno de los dos principales partidos de EE.UU.AP / AP

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En los sondeos, la gente dice que, aunque votaría personalmente por mujeres, no cree que sus vecinos lo hagan, una pregunta que se incluye para medir el sentimiento real en caso de que las personas estén mintiendo para quedar bien con los encuestadores.

Es decir, los estereotipos siguen existiendo entre muchos electores, solo de manera menos notoria. Entre estos una idea falsa entre votantes hombres de que si la economía o temas “duros” van mal una mujer es menos capaz de arreglarlo, aunque la evidencia no respalde esa idea, según muestra un estudio de psicólogos de la Universidad de Northwestern.

Estándares más altos para ellas

Hay expectativas más exigentes hacia las mujeres que se postulan, de parte de votantes y también de ellas mismas.

En el caso del electorado, hay un círculo vicioso en torno a la “elegibilidad” y estereotipos: la gente dice que quiere a personas experimentadas y confiables, pero al mismo tiempo perciben a las mujeres con antecedentes políticos como “demasiado” ambiciosas. También critican más que ellas presuman sus logros que cuando lo hacen varones, según demuestran estudios psicológicos, análisis de organizaciones y encuestas.

A los votantes les gusta que ciertas candidatas demuestren empatía, aunque algunos consideran que eso implica “debilidad” para hacer política, de acuerdo con sondeos del Pew Research Center.

Es un patrón que repiten hasta las posibles candidatas al ellas mismas al determinar si buscar un puesto político.

“Las mujeres que se postulan normalmente tienen más calificaciones, pero son más mesuradas al considerar hacer campaña”, explicó Cruz. “Ellas piensan: ‘Mejor no lo hago hasta que logre x o y’. Mientras que los hombres dicen directamente: ‘Ah, lo hago de una vez’”.

Es menos probable que ellas mismas consideren entrar a una campaña, y también menos probable que reclutadores o funcionarios las busquen para hacer campaña, añadió Cruz.

Entonces aunque los votantes estén más dispuestos a respaldarlas en la papeleta, en ocasiones ni siquiera tienen la oportunidad de hacerlo.

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Los votantes de las primarias demócratas dijeron consistentemente que querían a alguien que pudiera ganar una elección federal, especialmente contra Trump, y lo consideraban más importante que las propuestas específicas de cada aspirante.

Aunque en febrero el alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg, consiguió la mayoría de votos en el caucus de Iowa, una de las elecciones primarias más importantes, a pesar de que su único éxito previo era ser votado alcalde de una localidad con 150,000 habitantes. 

En cambio, Elizabeth Warren, quien concibió el Buró Federal de Protección del Consumidor, luego rompió récords de recaudación de campaña cuando se postuló al Senado en 2012 y venció a un republicano con más de millón y medio de votos en Massachusetts, quedó en tercer lugar.

Hay diversos factores que contribuyen a resultados como este; no obstante, resultados como este se siguen viendo una y otra vez.

Geraldine Ferraro fue candidata a la vicepresidencia en 1984, con el demócrata Walter Mondale.
Geraldine Ferraro fue candidata a la vicepresidencia en 1984, con el demócrata Walter Mondale. Después fue votada a la Cámara de Representantes por Nueva York y se desempeñó como embajadora estadounidense.Reuters

Harris ha ganado contiendas políticas locales, estatales y federales, como fiscal y actualmente senadora; tiene un historial tanto legislativo como judicial. Y aunque ella retiró en diciembre su precandidatura presidencial en parte por la falta de recaudación de fondos, en cuanto fue anunciada para la fórmula con Biden se multiplicaron las donaciones de campaña para el exvicepresidente.

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Por qué importa que haya más mujeres en la política 

Votar a una candidata a puestos políticos conlleva beneficios para la población en general, de acuerdo con análisis históricos.

Por ejemplo, se impulsan más medidas de salud y economía a favor de las familias. En el Congreso estadounidense las legisladoras, en promedio, logran la aprobación del doble de las leyes que sus colegas hombres y tienen mayor disposición a trabajar de manera bipartidista, según estudios.

En promedio, entre 1984 y 2004, las congresistas lograron que se destinaran más fondos a sus distritos que lo que lograron los legisladores hombres, de acuerdo con un análisis de especialistas de la Universidad de Stanford.

“Al nivel legislativo, los votantes suelen ver a las mujeres como más honestas, trabajadoras y cumplidoras para asuntos internos”, señaló O’Connor, la politóloga de American University.

Pero siguen siendo subrepresentadas en diversos cargos porque “es difícil que quieran exponerse ellas y someter a sus familias a los maltratos y comentarios sexistas o racistas de las campañas”, dijo O’Connor.

Por ejemplo, que las llamen antipáticas o groseras, como el presidente Trump describió a Harris hace unos días.

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En Estados Unidos se ha ido quebrando el llamado ‘techo de cristal’ político poco a poco. Apenas hace 100 años se reconoció en el país el derecho de las mujeres al voto, conmemorado el martes en el aniversario de la 19ª Enmienda.

Los progresos han sido cada vez más notorios desde que Shirley Chisholm contendió por el Partido Demócrata en 1972 y que Margaret Chase Smith hizo lo mismo por el Republicano en 1964, las primeras en lograr clasificar para aparecer en las boletas de las dos principales agrupaciones.

Desde entonces 11 políticas se han postulado para la presidencia, con seis más para la elección de este año.  En ese mismi periodo siete hicieron avances en candidaturas a vicepresidente –notablemente, la demócrata Geraldine Ferraro en 1984 y la republicana Sarah Palin en 2012; ambas parte de campañas que tenían la derrota casi asegurada–, más Harris este año.

Hoy en día hay un historial amplio de gobernadoras, senadoras y representantes que han ayudado a normalizar la capacidad política de las candidatas.

Se fue abriendo camino así para que, en 2008, Hillary Rodham Clinton estuviera más cerca que nadie hasta ese momento y que, ocho años después, incluso ganara el voto popular (aunque no el electoral) en la elección de 2016 como la primera candidata presidencial de uno de los principales partidos.

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En los años siguientes fueron votadas al Congreso un número récord de candidatas, para sumar 127 de los 535 escaños, entre ellas políticas más jóvenes como Alexandria Ocasio Cortez.

Son ganancias en las que hay que esperar para notar el cambio”, indicó O’Connor.

Shirley Chisholm en 1972, cuando fue la primera mujer en postularse a la presidencia por el Partido Demócrata.
Shirley Chisholm en 1972, cuando fue la primera mujer en postularse a la presidencia por el Partido Demócrata. Chisholm también fue la primera mujer negra en ser votada al Congreso.AP

O'Connor agregó que ver una campaña en la que la aspirante vicepresidencial es más que adorno, y una relación de trabajo Biden-Harris favorable si es que llegan a la Casa Blanca, tendrán un efecto positivo para la población femenina del país.

La politóloga incluso vaticinó que, de ganar la fórmula presidencial demócrata el 3 de noviembre, el posible futuro gabinete será más paritario y con más mujeres de lo que ha sido hasta ahora en la historia estadounidense.

“Creo que esta vez la balanza ahora sí está a favor de que se reconozcan notoriamente los aportes que hacen las mujeres, y especialmente las mujeres negras, asiáticas o latinas”, señaló.

Así que aunque en esta ocasión ninguna de las aspirantes logró la candidatura presidencial, la nominación oficial de Harris como candidata a la vicepresidencia igual dejará huella.